Prefacio

Mi corazón seguía latiendo, entonces…aún estaba vivo. Este corazón que ha sido robado por ella desde hace ya bastante tiempo, este corazón que no me pertenece porque se lo entregue. No es mío, no es mío. ¡Esto ya no es mío!

Al fin lo aviamos recordado…, la magia aún no había regresado, pero eso ya no importaba así que decidimos quedarnos aquí. Entonces… ¿este accidente era solo el destino? ¿Así debíamos de acabar?  ¿La muerte nos separaba otra vez? yo…quiero que ella siga viviendo-mire la sangre que se derramaba de alguna parte de mi cuerpo, cada gota que caía al suelo. Busco la mano de mi compañera de viaje y noto que esta fría.

-no, no. Esto no puede estar pasando. Por favor que este viva. ¡¡Por favor!! Solo ella…solo ella-mi visión se volvía más nublada y mi respiración se dificultaba.

Pedía por la vida de ella y no por la mía, deseaba que el dios de aquí pudiera escucharme aun si no era uno de sus hijos esperaba que oyera mi suplica desesperada.

-Por favor Dios, cambia mi vida por la suya aun si eso significa que no sea yo el que este a su lado-porque mientras ella este viva para mi es suficiente.

Lo ultimo que percibí con mi conciencia apunto de desvanecerse fue un circulo de luz con extraños símbolos que me recorrieron el cuerpo, para luego irse por mi mano que sostenía a mi compañera y comenzar a recorrer el suyo hasta que una luz segadora emano de su cuerpo sin vida, llevándome con ella a la paz de la inconciencia.

Tic tac- tic tac el sonido de unas manecillas girar se escuchó a lo lejos.