Esto no es mío

Capítulo 7

En la oficina…

-Estos son los informes para el siguiente proyecto jefe Álvaro-coloco una carpeta gruesa sobre la mesa.

-bien, mientras los reviso ¿podrías hacerme un favor?

- ¿De qué se trata ahora? -dijo suspirando de mala gana

-hay, no es algo de lo que tengas que preocuparte-dijo sonriendo

-contigo es mejor estar alerta.

-bueno, en fin. Lo que quiero que hagas es ir a la franquicia que adquirimos.

- ¿A la planta central?

-no, solo a uno de sus locales.

- ¿A cuáles de ellos?

- ¡ah por Dios! déjame terminar de hablar y solo escucha, después las preguntas ¿ok? 

-ok-suspiro

-Bien. Como te decía quiero que vallas al local donde tuviste el reciente incidente y hables personalmente con el gerente de la tienda, quiero que organices una reunión para este domingo en la que todos los gerentes, jefes de cocina y counters de todos los locales estarán presentes. Los que son de provincia también estarán presentes.

- ¿A qué hora será la reunión?

-será a las nueve de la mañana. Ya sabes que odio las tardanzas a si que coordina para que ninguno llegue tarde ¿está bien?

La mirada de Álvaro era seria lo cual demostraba su total compromiso con el nuevo proyecto que había tomado para el crecimiento de la empresa.

Aunque a veces el hombre mostraba una personalidad despreocupada y relajada en realidad era un tipo muy responsable con sus obligaciones como gerente. Desde joven se involucró con los negocios de la familia demostrando talento para cerrar buenos contratos que llevaron a crecer cada vez mas a la empresa que al inicio solo era una firma de abogados con una visión limitada.

¡Ah! Pero no por ello su otra personalidad juguetona desapareció, en cierta forma eso mismo le ayudo en su carrera, pero disfrutaba jugar con su primo favorito Eydan y hacerlo enojar, siempre fue así desde la operación que recibió Eydan impidiendo que saliera de casa y solo se preocupara en recuperarse. En aquel tiempo cuando solo tenía nueve años, el pequeño de su primo fue sometido a una operación de urgencia para salvar su vida, luego el tratamiento de recuperación fue duro los primeros años el cual consistía en tomar muchos medicamentos que sin importar su mal sabor debía tomarlos, las actividades físicas y escolares eran supervisadas desde casa por lo que no tenia permitido asistir a las clases con sus amigos. Fue por ese mismo hecho que su primo mayor Álvaro lo visitaba todos los días después de la escuela y a sí formaron una estrecha relación de hermanos.

Durante el tiempo que pasaron juntos después de la operación de Eydan. Álvaro noto ciertos cambios en la personalidad de su pequeño primo, como por ejemplo su bullicioso tono de voz ahora era tranquilo, hacia las cosas calmado sin dejarse llevar por los impulsos infantiles propios de su edad. Claro que al principio creyó que se debía a las indicaciones que recibía siempre de su madre, pero un niño a esa edad no acata todo al pie de la letra, su repentino cambio de actitud frente a las diferentes situaciones sobrellevados con una madures no solo sorprendieron a su primo Álvaro quien a veces pensaba que estaba con sus amigos del aula. Lo que más inquieto a su primo fue la noche en la que se quedó a dormir en su habitación y lo encontró caminando en estado sonámbulo hacia la puerta de la habitación intentando salir...

- ¡Eydan! -cogió su mano para guiarlo de nuevo a su cama, pero grande fue su sorpresa cuando violentamente sacudió su mano de su agarre y lo miro con unos ojos que brillaban como si en las pupilas tuviera polvo de hada.

-no interfieras- la mirada seria que mostraba a su edad intimido al pequeño Álvaro, quien estaba confundido

- ¿Eydan? -al escuchar su sombre el pequeño Eydan se tambaleo perdiendo la estabilidad, si no fuese por su primo el duro piso hubiese sido su aterrizaje.

-ella…ella

- ¿Qué?

-…me está esperando- fue lo ultimo que dijo antes de volver a dormirse.

- ¿Qué ha sido esto?

Después de aquel extraño suceso Álvaro no dijo lo sucedido a nadie incluso si el pequeño Eydan no recordaba nada de su acto.

.

.

-ok entonces iré a preparar todo para la reunión del domingo.

-cuento contigo mi buen mano derecha.




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