Esto no es mío

Capítulo 8

El camino hacia el local principal de la franquicia no era largo pues solo eran quince minutos de distancia desde la oficina principal de la empresa donde trabajaba.

Si, solo era la empresa donde trabajaba, aunque al principio este chico odiaba la idea de trabajar en la empresa en donde todos sus familiares estaban, pues el prefería trabajar en otras empresas e independizarse a soportar a sus demás primos y tíos al caminar en el mismo camino lleno de animales rastreros listos para atacar con su veneno, pero fue su primo Álvaro quien le ofreció un trato conveniente que lo impulso a tomar el puesto de su asistente.

Le gustaba la idea de no depender de nadie y no estar atado a nada ni nadie. La imagen de un jardín amplio y una fuente con una sombra producto quizás de un árbol cerca a veces inundaban sus pensamientos.

-Respirar el aire fresco cada mañana no estaría mal.

Se obligo a regresar a la realidad de su vida y emprender el camino hacia el local principal de la franquicia. La idea de ir al mismo lugar le causo al principio un poco de incomodidad  aunque todos los videos filtrados en la red sobre el incidente fueron eliminados rápidamente de cualquier medio de interacción social virtual.

A veces Álvaro da miedo con su habilidad para controlar las situaciones- eran los pensamientos de Eydan

-Buenas tardes caballero-Yuliana fue la persona que lo recibió- ¿en qué puedo ayudarlo?

-Buenas tardes, busco al gerente de la tienda.

-oh ¿al jefe Iván?

-si, dile que vengo en representación de Mendosa y asociados.

Aunque Yuliana se mostró algo curiosa por la presentación del joven quien lucía increíblemente bien con traje y esa mirada seria que mostraba madures y responsabilidad.

Es mi tipo- pensó la jovencita universitaria

-esta bien, espere un momento mientras aviso al jefe. Tome asiento caballero-dijo Yuliana mostrando su mejor sonrisa

En la casa alquilada de Leah

- ¿segura que no vas a querer llevarte nada para el almuerzo? - pregunto Naima con un cucharon en la mano.

-Pues claro porque haya me dan una guarnición para comer-dijo Leah mientras amarraba los pasadores de sus tenis gastados.

-esa comida chatarra no te hace bien, no abuces de tu habilidad para no absorber la grasa en tu cuerpo.

-bueno esa habilidad que tengo no está nada mal

-…

-bueno ya me tengo que ir.

-al menos llévate algunas manzanas ¡ten! - le lanzo cada una de las manzanas como si fueran pelotas de beisbol

- ¡hey! – con un movimiento ágil pudo atraparlas

- ¡genial! ¡ahora ya puedo atraparlas!

-rayos-dijo una decepcionada Naima.

-bueno será mejor que me valla. Nos vemos Naima- el rostro de Leah mostraba una sonrisa satisfactoria lo cual dejo tranquila a su amiga pues eran pocas las veces que mostraba una sonrisa sincera.

Para Naima lo que Leah le conto sobre las difíciles situaciones que vivió después de dejar la única casa que la había acogido después de la muerte de sus padres adoptivos, no eran del todo ciertas. Ella sabía que había muchas cosas que no le había contado, pero prefirió no preguntar pues temía que al entrometerse otra vez en los asuntos de su querida prima, ella se alejara y eso significaba que Naima estaría de nuevo sola sin ningún familiar cercano a su lado, y eso era algo que odiaba.

-Aunque creas que no tienes una familia, mis padres te amaron como una hija y estoy segura que mis tíos también te amaron con todo su corazón. No hay mala suerte, solo fueron desafortunados eventos.

 

En el restaurante…

-Buenas tardes chicos-saludo Leah

- ¡Leah! -saludo muy contenta Yuliana.

-Hola Yuliana ¿y esa alegría?

- ¿se nota?

-pues sí. Su cara es tan obvia.

-Pues te contare que hoy vino un joven muy guapo hablar con el jefe Iván

- ¿tan apuesto era? -dijo mientras se colocaba el mandil y la gorra de trabajo pues la demás ropa de uniforme ya la llevaba puesta desde que salió de su casa alquilada.

-decir guapo o apuesto es quedarse corto es mejor decirle churrito de manjar

¡oh dios! Se podría decir que en los ojos de aquella jovencita se veían corazones latiendo de la emoción, las hormonas… las hormas…

-ah…ya veo-dijo Leah tratando de ir al compas de su compañera de trabajo

-mira ahí sale el churrito de manjar

- ¿Qué? ¿aún seguía aquí? Ojalá no haya escuchado la conversación ¡qué vergüenza seria!

Para Leah era mejor ocultarse de la vista del visitante, con solo escuchar esas voces de ambos hombres se puso a limpiar la zona baja del counter.




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