Esto no es mío

CAPÍTULO 20 VISITANDO SU TUMBA

El chico no pudo evitar sentir curiosidad por el collar

¿Tendrá una foto?

Eydan se contuvo de hacer más preguntas y se concentró en manejar, después de casi dos horas de un viaje que termino en silencio llegaron al cementerio.

-gracias por traerme -le dijo Leah con una sonrisa sincera

-me iré adelantando, adiós -la chica cogió su gran equipaje y se puso en marcha.

-puedo llevarte de regreso

-… -las palabras del muchacho hizo que Leah se volteara mirándolo confundida

- si está bien para ti

-está bien, regresemos juntos -dijo seria la chica

Aunque al principio no le gustó la idea de ser llevada en el auto del niño que era parte de la gerencia al final acepto, pues no tenía una expresión que demostrara otras intenciones y aunque eso no era algo seguro, el dinero que se ahorraría en el viaje era una razón muy fuerte para inclinarse en aceptar su oferta.

Sera una oportunidad para conocer sus intenciones -Dijo Leah entre sus pensamientos

Leah se adentro al cementerio camino lentamente, perdiéndose entre sus pensamientos… Había tanto en esa cabeza, muchos momentos felices con esa persona, muchos momentos felices con los padres adoptivos de ambos, entre ellos una pequeña reunión en la pequeña casa de Bastián

-el hijo de los señores nacerá pronto -dijo Bastián

-No hables así ahora son tu familia -dijo Leah dándole palmaditas en la espalda

-Lo siento es que… Aun no me acostumbro a la idea de que son mi familia -el pequeño Bastián miro hacia el cielo -ha pasado tanto tiempo que me cuesta acostumbrarme.

El pequeño Bastián tenía razón había pasado mucho pero mucho tiempo desde que tenía una familia nuevamente y acostumbrarse a esos cambios le era un poco incomodo, así como a las limitaciones de su edad actual.

-Bastián enséñame ese truco de nuevo por favor -la pequeña Leah le miro con una tierna impaciencia, sus ojos eran chocolate y brillaban por la emoción, era una niña común y corriente.

-esta bien

Junto sus manos y luego lentamente las separo para mostrar algunas flores brillantes hechas de una luz blanca, hermosa y cálida a la vista.

- ¡parecen copos de nieve como en las películas!

Podría decirse que eran similares al principio, pero cuando las tocabas florecían repentinamente mostrando toda su belleza para luego disiparse con el aire en pequeñas estrellas plateadas.

 Aunque era un espectáculo hermoso a la vista para Bastián era solo una minúscula demostración de su verdadera magia, sin embargo, no podía permitirse hacer demostraciones maravillosas por que actualmente el mana en su cuerpo era muy escaso, era un milagro que aun pudiera conservar un poco. Pero la magia en este mundo no significaba nada a si que por el momento se sentía tranquilo, solo miro a la niña sonriendo tratando de atrapar los copos de flores que flotaban en el aire.  

.

.

 

Recordando otra vez el pasado ya había llegado frente a la tumba de este ser querido…

-Hola mi querido Bastián, he venido este año también. Y como todos los años te extraño – las lágrimas comenzaron a surgir en la última frase -y los extraño también a ustedes.

Su voz estaba quebrada.

Junto a la tumba de Bastián estaban dos tumbas una a lado de otra. La razón del gran equipaje de Leah era por la cantidad de ofrendas que debía dar a los difuntos. En estos últimos días el animo de Leah no había sido bueno, aunque las personas con las que no compartía un lazo no lo notaran su único pariente lo hacía, por eso Naima cada mañana cuando iba a trabajar la abrazaba con unas palmaditas en la espalda, ella sabia que el aniversario de la muerte de los padres de Leah estaba cerca a si como también el aniversario por la muerte de Bastián. Antes cuando Naima visitaba a Leah en la casa de sus tíos había días que la veía jugando alegremente con un lindo niño de ojos claros más claros que la miel, cuyo rostro era como ver una escultura hecha de porcelana, tan blanca y brillante. Muy hermoso a la vista. Para ese entonces la pequeña Naima no sabia de la relación de su única prima con la de ese niño lindo, mas tarde lo supo por intuición, aunque Leah nunca se lo dijera hasta el día de hoy, ella sabia que ambos habían tenido un corto pero profundo romance. Su prima había perdido mucho.

 

-los extraño tanto a todos

Todo el llanto contenido durante estos días se soltó enfrente de aquellas tumbas blancas, se arrodillo derrumbándose cogiendo su rostro con ambas manos como si eso pudiera ocultar las lagrimas que brotaban como un grifo que ya se había cerrado hace algún tiempo atrás, pero persistía en abrirse una vez mas junto a un sonido lamentoso de gemidos contenidos. Ya no quería llorar más, cada año era lo mismo y cada día se contenía por no derrumbarse, ella estaba sola, realmente no tenía a nadie de sangre que podía llamar familia, lo mejor era alejarse antes que su mala suerte le quitara también a su pequeña prima y sus tíos. Lo supo desde que se vio a si misma en el espejo con esos extraños ojos rojos, al principio creía que fue solo su imaginación, pero cuando los vio nuevamente en su primer intento de suicidio le confirmaron todo lo contrario. Leah intento quitarse la vida varias veces, pero parecía que la vida se aferraba a ella con fuerza, la muerte no la busco, al menos en este mundo no la encontraba ¿entonces que quedaba? ¿solo vivir? Mas tarde supo de la muerte de los padres de Naima y eso solo hizo que los intentos de suicidios que se habían detenido por un tiempo volvieran a retornarse.




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