Estaba sentada frente a la fogata para que me diera calor. Y Kaelirh estaba frente a mi. Afilando su daga qué llevaba horas haciéndolo y parecía no tener resultado aparte era molesto el ruido.
-¿Siempre haces tanto ruido para llamar la atención o para creerte mejor?- Dije seria y ya harta del ruido. El solo me miro con una mirada fría y volvió a ver su daga y afilarla.
-No me creo mejor, soy mejor- Dijo en un tono tan arrogante que me enfureció más.
Apreté los dientes con enojó.
-Al menos yo no obedezco a un consejo que encierra criaturas como si fueran herramientas rotas.
-Y tu no entiendes el daño que pueden causar cuando están descontroladas -Replico el levantándose con la daga en la mano-. ¿O ya se te olvido que Umbra casi parte el cielo entero cuando despertó?
-¡Porque ustedes lo encerraron como a una bestia!
Kaelirh se acercó a mi con calma.
-No eres especial por tener un vínculo prohibido Neriah. Solo eres peligrosa. Impredecible. Y si no lo controlas tu alguien más lo hará.
Me puse de pie llena de rabia. Sentía un poder llenarme el cuerpo entero, recorrer por mis venas. Quería salir de mi cuerpo.
-Intentalo -susurré-. Intenta controlarme si es lo que quieres -Una llama de color púrpura salió de mi mano. Me asombre pero no deje que viera esa emoción en mi.
Vi los ojos de Kaelirh llenarse de rabia y furia.
-Solo porque Umbra te protege no significa que confío en ti -Se alejo lentamente-. Cuando llegue el momento, haré lo necesario.
Esa noche no dormí para nada. Después de lo de Kaelirh tenía que estar alerta. Umbra se dio cuenta y me proyecto un recuerdo. Fragmentos reales de un pasado rotó.
Vi a los dragones encadenados con estrellas negras. Vi al consejo Estelar levantando armas contra Umbra y Lyssara. Vi al Kaelirh... niño, siendo entrenado con otros. Todos conectados con Dragones. Solo que el... era el único que sobrevivía cada prueba.
-Lo criaron para destruir vínculos -Dijo en voz baja-. Para manipular la conexión o cortarla.
-Entonces el es...
-Un arma que aun no sabe si quiere ser libre o seguir matando.
Me quedé asimilando eso hasta que me pude dormir un poco. Al abrir los ojos lo primero que vi fue la puesta de sol. Estaba recordando lo que vi y ahora entendía porque era así aunque eso no cambiaba mi odio hacia el. Pero odiaba más mi bondad... quiero entenderlo.
A la mañana siguiente un cuervo blanco sobrevolo nuestras cabezas y dejo caer un pergamino qué Kaelirh lo atrapó y lo empezó a leer. Al terminar de leer lo arrojo a algún lado y se veía... ¿serio? ¿enojado?
-¿Qué decía? -Alcé una ceja
-Nos han encontrado -Dijo fríamente y mirando a otra dirección
Un rugido se escucho a la distancia pero no fue de ninguno de nuestros dragones.
Editado: 23.06.2025