Estrellas de media noche

Fortuna

El sol brillaba al igual que mis ánimos, baje a tomar el desayuno mientras canturreaba una cursi melodía, mis padres parecían más cariñosos entre ellos, siempre habían llevado una buena relación, nunca conocí a alguien que se amara más que ellos dos,eran mi orgullo, me quedé mirándolos mientras papá abrazaba a mamá por la cintura y se mecían de un lado a otro.


 

Era de las pocas afortunadas que lograban tener a sus padres juntos, la mayoría de los chicos de la escuela eran hijos de padres divorciados y a menudo se les escuchaba decir lo difícil e insoportable que era aquella situación. Así que estaba feliz de que mi familia se mantuviera unida a pesar de tener como todas las familias problemas.


 

—Esta tarde comenzare el taller así que quizás llegue un poco más tarde. —Dije terminándome el vaso de leche.

—De acuerdo princesa pero mantennos al tanto está bien —respondió papá de la forma más cariñosa posible.


 

No quise seguir interrumpiendo sus muestras de afecto y salí de la casa en silencio. De forma intencional mire a todas partes trataba de engañarme pero sin duda en el fondo deseaba que Osvaldo apareciera de nuevo. Pero no se veía ni sus luces así que seguí mi camino.


 

Pensaba solo en la hora del taller de teatro, tendría que estar ahí, claro y también su chica, pero ella no me interesaba, ni él tampoco debía interesarme tenía que concentrarme en lo que realmente valía la pena. Tener un buen promedio final.


 

—Estás mejor hoy Ashley —apareció detrás de mí Lizzi comiendo un panecillo de chocolate.

Cerré con fuerza el casillero y me volví a ella.

—Sí lo de ayer fue un ataque de locura.

—Qué raro amiga a nosotras jamás nos pasa —me ofreció el otro bocadillo, lo tome, no podía resistirme al chocolate.

—Me disculpe con Osvaldo, resulta que no fue él —di un mordisco.

—Después de todo no es tan idiota como pensábamos —hablaba con la boca llena —o te obligo a pedirle disculpas frente a su adorada Ariana.

—No, de hecho él también fue a buscar a los de sistemas para que quitarán el video y después se ofreció para acompañarme a mi casa.


 

Lizzi escupió parte del pastelillo y me miró con los ojos muy abiertos.

—Cuéntamelo todo amiga qué está pasando con ese chico, ambas sabemos que no es cualquiera o sí...


 

Esperaba mi respuesta, pero una noche antes me lo había prometido, nada de decirle ni a Lizzi  ni a nadie más.


 

—Le dije que no amiga —comencé a seguir adelante— no deje que me acompañara tú lo has dicho es el novio de esa rubia boba no quiero problemas —succione el chocolate de la punta de mis dedos.


 

Cuando la hora de teatro llegó, me quede frente a la puerta sujetando mi mochila como si fuera mi escudo protector, no podía seguir así, no era de mí ser así, yo no, un chico tonto no podía estar poniendo de cabeza mi mundo entero.


 

Entré, sobre el escenario ya se encontraban los demás miembros del taller incluyendo a Osvaldo y a Ariana quien se aferraba a su brazo, el maestro explicaba algo cuando llegue me tire en la parte de atrás, lejos de los ojos de mis dos "amigos".


 

—Así que tenemos cinco meses para que quede perfecto, escenografía, ambientación, vestuario y claro a nuestro elenco. —Comentaba el profesor. —Bien les daré ahora sus papeles de acuerdo, como ustedes ya sabrán la mejor de las audiciones fue la de Ashley así que démosle un fuerte aplauso por qué ella será nuestra protagonista.


 

Los chicos comenzaron a aplaudir, volvieron el rostro a mi, estaba segura de que mi color había cambiado hasta un rojo tomate, me levante mirándolos a todos con una ligera angustia, las manos me temblaron a tomar el libreto.


 

El papel estelar era mío y todos parecían felices y de acuerdo, todos menos ella, la boba rubia quien fruncía el ceño mirándome con odio, pero a su lado, Osvaldo sonreía, me sonreia a mi.


 

—Y bueno necesitaremos a su compañero claro no hay Julieta sin Romeo así que un aplauso para Skylaw.


 

Todos volvieron a aplaudir yo abrí en seguida el libreto, era Romeo y Julieta, me lleve la mano a la frente cuando lo vi, Skylaw era él, era Osvaldo y sería Romeo, mi Romeo.


 

—Es una tontería —se levantó Ariana furiosa— el papel de la chica suicida debe ser mío, lo hice mejor que ella.


 

Busco mi rostro y me señaló con más furia que antes.

—No —respondió de forma cortante el profesor— Ashley fue la mejor, es tu primer año este taller así que deberías aprender algo de ella.


 

Ariana salió dejando al profesor hablando solo, eso le costaría un reporte de castigo seguramente, pero al verla salir me sentí más cómoda aún sabiendo lo que me esperaba a lado de Osvaldo.


 

Volvía a casa feliz aunque nerviosa, no podía ocultar mi felicidad por haber obtenido el papel principal, por haber puesto tan molesta a esa tonta y nerviosa por tener que pasar tiempo a lado de un chico que comenzaba a aparecer en mis pensamientos más seguido de lo necesario.


 

La bocina del auto me asusto, el motor rugió un momento y después la música que sonaba.


 

—Oye Julieta —me llamo desde la ventanilla del auto— te llevo a casa.


 

Me abracé  a mí misma pensando en una respuesta rápida para aquella pregunta.


 

—Dónde está Ariana, Osvaldo, deberías estar consolándola la pobre se veía realmente mal.

—Te burlas de su desgracia —pareció serio.

—Me crees capaz de eso —me acerqué un poco al auto.

—Sí, te creo capaz de eso y de mucho más.

Mire a un lado —sí, tienes razón sobre todo con ella, sabes que a sido muy desagradable conmigo;  cuando éramos pequeñas íbamos en la misma escuela, ella siempre me molestaba, me decía fea y gorda. Pero no me importaba eso era lo que más le molestaba —reí— aún así,  eso no quiere decir que no la odie.




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