La vida tiene una manera peculiar de presentarte sorpresas, aunque en mi caso, esas sorpresas eran más escasas que una estrella fugaz en el cielo. Cada día transcurría como una repetición de los anteriores: clases, tareas, y un sinfín de pensamientos sobre él, el cantante que hacía vibrar mi corazón. Sin embargo, todo cambió una mañana, cuando el rumor comenzó a recorrer mi universidad como un rayo.
La noticia era simple pero impactante: el famoso cantante Leo Vázquez daría un concierto exclusivo en nuestra ciudad, y lo mejor de todo, una selecta lista de estudiantes tendría la oportunidad de conocerlo en persona después del espectáculo. No podía creer lo que escuchaba. Mi mente no podía procesar la idea de que él, mi Leo, podría estar tan cerca. El aire parecía cargarse de electricidad y mis sueños comenzaron a tomar forma tangible.
El día del anuncio, mi corazón latía con fuerza mientras me dirigía a la universidad. Las pantallas de los pasillos mostraban carteles brillantes y coloridos, informando sobre el evento. Las voces emocionadas de mis compañeros llenaban el aire, cada uno compartiendo sus propias esperanzas de ser uno de los afortunados que asistirían al evento.
"¡Es una locura!", exclamó mi amiga Valeria, con los ojos brillando de emoción. "¿Te imaginas poder hablar con él? Es como un sueño hecho realidad". Su entusiasmo era contagioso, y aunque traté de mantener la calma, mi corazón palpitaba con la posibilidad de que mi fantasía pudiera volverse realidad.
A medida que el día avanzaba, la noticia se esparció, y las inscripciones comenzaron. La universidad estaba organizando un concurso donde se seleccionarían a los afortunados. Los requisitos eran sencillos: enviar un breve ensayo sobre por qué querías conocer a Leo. Tenía que ser impactante, algo que destacara entre miles de aplicaciones.
Aquel día, volví a casa con una mezcla de nervios y determinación. Pasé horas sentada frente a mi computadora, luchando por plasmar en palabras lo que significaba Leo para mí. No quería ser otra chica que solo admiraba su talento; quería que supiera que había algo más detrás de mi devoción. Escribí y reescribí, capturando cada emoción, cada pensamiento fugaz que se había instalado en mi mente desde que lo conocí. Al final, lo envié con un suspiro profundo, sintiendo que había dejado una parte de mi alma en esas líneas.
Los días que siguieron fueron una mezcla de ansiedad y emoción. Mis amigos me animaban, pero la realidad siempre estaba presente: ¿y si no me elegían? Era una posibilidad real y dolorosa. Sin embargo, el universo parecía sonreírme cuando, una semana después, recibí un correo que cambiaría todo.
“¡Felicidades! Has sido seleccionada para asistir al concierto de Leo Vázquez y conocerlo en persona después del espectáculo. Detalles a continuación…”
No podía creerlo. El brillo de la pantalla parecía iluminar mi mundo. Todo el ruido que había en mi cabeza se desvaneció mientras mi corazón se aceleraba. Había dado el primer paso para transformar mi fantasía en realidad. Ahora solo quedaba una pregunta en mi mente: ¿estaba realmente lista para enfrentar a la estrella de mis sueños?
Nota del autor
Voya subir nuevos capitulos a las 10 de la noche, para que esten pendientes. Cuidense les mando un abrazo.