El mensaje de Lucas había sido claro: quería verla y hablar. Después de las semanas llenas de dudas, silencio y distancia, esa oportunidad no podía dejarla pasar. Aunque su cabeza estaba llena de incertidumbres, su corazón aún latía fuerte por él. Así que, sin pensarlo mucho, decidió que lo encontraría en el pequeño café donde solían verse.
Cuando Lucas llegó, la vio sentada sola, con los ojos clavados en su taza de café. Se acercó despacio, consciente de que ella se sentía herida. No había sido fácil para ninguno de los dos, pero Lucas sabía que debía recuperar lo que habían perdido en esas semanas de distancia.
—Hola, —dijo, sentándose frente a ella—. Gracias por venir.
Ella levantó la mirada, buscando alguna señal de sinceridad en sus ojos. Pero aún había un muro entre ambos.
—No estoy segura de por qué vine, Lucas. Me has hecho sentir tan lejos de ti, como si no importara.
—Tú sí importas, más de lo que crees —dijo él, inclinándose hacia adelante con preocupación en la mirada—. Y lo siento. De verdad, lo siento. La gira fue un caos, pero me doy cuenta de que dejé que te sintieras sola, y eso no está bien.
Ella dejó escapar un suspiro, sin saber si creerle. Sabía que él estaba inmerso en el mundo de la música, la fama, y la atención constante de los medios y las fans. Pero ella quería ser algo más que una espectadora desde lejos.
—Lucas, no sé si puedo seguir así. —Le dijo finalmente, su voz temblando por la mezcla de emociones—. Tú allá, rodeado de chicas, de personas que no conozco, y yo aquí, sin saber si alguna vez me darás el lugar que merezco.
Él tomó su mano con suavidad, algo en su mirada parecía genuino esta vez.
—Te lo juro, voy a estar más pendiente de ti. Quiero que estés conmigo, no solo a la distancia. Quiero que seas parte de mi vida, no alguien que queda al margen. —Lucas apretó su mano con fuerza, queriendo transmitir que hablaba en serio—. Voy a hacer que las cosas cambien. Te prometo que voy a estar más presente, que no dejaré que nada se interponga entre nosotros.
Sus palabras la hicieron dudar. Había esperado mucho tiempo escuchar algo así de su parte, pero aún sentía el dolor de haberlo visto tan lejos, de haberlo sentido inalcanzable. Lucas siempre había sido una figura casi mítica en su vida, primero como un famoso cantante, y luego, como alguien que estaba a su lado, pero siempre un poco distante.
—¿Cómo puedo estar segura de que no será igual la próxima vez que te vayas de gira? —preguntó ella, soltando suavemente su mano.
Lucas la miró directamente a los ojos, con una expresión que no había visto en él antes: vulnerabilidad.
—Porque quiero que vengas conmigo la próxima vez —dijo él, sorprendiendo a ambos con sus palabras—. No quiero que te quedes esperando, quiero que estés a mi lado. Vamos a hacerlo juntos.
El impacto de esa propuesta la dejó sin palabras. Ir con él en su próxima gira... estar a su lado mientras recorría el mundo… Era lo que había soñado, pero también lo que más la había asustado.
—¿De verdad lo dices? —preguntó ella, tratando de entender si era algo impulsivo o si realmente lo sentía.
—Sí —dijo él, más seguro que nunca—. Quiero que estés conmigo. Quiero que veas que no tienes nada que temer, que soy serio con esto, contigo.
Ella bajó la mirada, sintiendo que su corazón luchaba entre el deseo de confiar en él y el miedo a ser lastimada de nuevo. Pero había algo en sus palabras, en su tono, que la hizo sentir que tal vez, solo tal vez, esta vez podría ser diferente.
—Voy a intentar confiar en ti, Lucas —dijo finalmente, con la voz aún vacilante—. Pero necesito que lo demuestres, que no sean solo palabras.
Lucas sonrió, aunque sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer. Pero había dado un primer paso, y no pensaba retroceder.
—Lo haré —dijo él con firmeza—. Esta vez no te voy a fallar.
Ambos se levantaron de la mesa, y cuando él la tomó de la mano al salir del café, ella sintió un pequeño rayo de esperanza en medio de la tormenta de dudas. Pero la promesa estaba hecha. Ahora todo dependía de si Lucas realmente podía cumplirla.
Mientras caminaban juntos por las calles, ella miró de reojo a Lucas, quien hablaba sobre lo emocionante que había sido la gira, pero cómo nada se comparaba con tenerla a su lado. Tal vez, solo tal vez, todo esto podría funcionar si él realmente se comprometía a estar a su lado.
Pero, en el fondo, todavía había una parte de ella que no podía dejar de preguntarse cuánto tiempo duraría esta ilusión antes de que volviera a caer.