El día siguiente fue una mezcla de sonrisas forzadas y pensamientos intrusivos. Ella ya no sabía si sus sentimientos eran suficientes para soportar las dudas. Cada vez que miraba a Lucas, algo dentro de ella gritaba por respuestas, pero su exterior mostraba una calma que ni siquiera ella reconocía.
Decidió que, por ahora, la mejor forma de obtener información sería quedarse en silencio. No le diría nada a Lucas sobre el video ni sobre sus sospechas. Quería descubrir quién le había enviado ese mensaje y por qué, sin que él supiera que estaba investigando. Si lo confrontaba de inmediato, él podría cerrar cualquier puerta que la llevara a la verdad.
Por eso, cuando Lucas salió esa tarde para una reunión con su equipo, ella aprovechó la oportunidad para empezar a moverse. Tenía que investigar. Sabía que la chica del video era parte de su equipo de gira, pero necesitaba confirmar su identidad.
Se dirigió al perfil público de Lucas en redes sociales. Navegó por las fotos y videos de las giras, observando detenidamente a las personas que siempre lo rodeaban. Fue ahí donde encontró lo que buscaba: una foto de la última fiesta durante la gira, la misma fiesta que aparecía en el video. Lucas estaba en el centro, rodeado de varias personas, incluida la chica del video. Era una de las asistentes personales del equipo. Se llamaba Nicole.
—Nicole… —murmuró para sí misma, su corazón acelerándose—. Entonces eras tú.
Con el nombre ahora claro en su mente, decidió que tenía que acercarse más. Buscó en su propio teléfono el contacto de una de las asistentes de Lucas a la que había conocido durante una de las giras. Se llamaba Alicia, y aunque no eran amigas cercanas, siempre habían tenido una relación cordial.
—Hola, Alicia —escribió en un mensaje de texto—. Tengo una pequeña duda sobre el equipo de Lucas. ¿Podrías ayudarme con algo?
Alicia respondió rápidamente, con amabilidad:
—¡Claro! Dime, ¿qué necesitas?
—¿Sabes si Nicole sigue trabajando con Lucas? No la he visto mucho últimamente y me preguntaba si sigue en el equipo.
La respuesta de Alicia la dejó sorprendida:
—Oh, Nicole ya no está en el equipo. Terminó su contrato justo después de la última gira. ¿Por qué preguntas?
El corazón de ella dio un vuelco. Nicole ya no estaba en el equipo, lo que significaba que podría haber enviado el video como una forma de venganza o, peor aún, que tal vez Lucas había terminado con ella después de algo que pasó entre ambos.
—Gracias, Alicia —respondió rápidamente, intentando mantener la calma—. Solo tenía curiosidad.
Ahora las piezas comenzaban a encajar. Nicole era la chica del video, y si había sido despedida o se había marchado justo después de la gira, eso explicaba por qué ella había recibido ese mensaje anónimo. Quizás Nicole quería advertirle de algo. O tal vez solo quería arruinar su relación con Lucas por despecho.
No podía estar segura de las motivaciones de Nicole, pero algo era claro: había más secretos escondidos de los que Lucas le había contado. Necesitaba enfrentarse a él, pero no aún.
Esa noche, mientras Lucas dormía profundamente a su lado, ella no pudo evitar mirar su rostro. Lo amaba, pero el dolor de la traición aún pesaba en su corazón. ¿Cómo podría seguir con él sabiendo lo que había visto?
Cerró los ojos, decidida a descubrir toda la verdad antes de tomar una decisión definitiva. El amor no podía sobrevivir en un mar de mentiras, y ella no estaba dispuesta a seguir hundiéndose sin luchar.
Los días pasaron lentamente, y aunque todo parecía normal entre ellos, la tensión era palpable. Ella seguía sin mencionar el video, pero Lucas comenzaba a notar que algo no estaba bien. Cada vez que intentaba acercarse más, la sentía distante, perdida en sus pensamientos.
—¿Pasa algo? —preguntó una noche, mientras cenaban juntos—. Te noto distraída.
—No, todo está bien —mintió ella, sin mirarlo directamente. No estaba lista para confrontarlo aún, pero sabía que pronto tendría que hacerlo.
Sin embargo, las cosas se precipitaron más rápido de lo que esperaba.
Unos días después, mientras estaban en casa, ella recibió otro mensaje anónimo. Esta vez, no había video, pero el texto la dejó helada.
“¿Todavía no te has dado cuenta? No es la única chica.”
El mensaje golpeó directamente en su corazón. Las palabras flotaban en su mente, multiplicando sus dudas y su dolor. ¿No era la única chica? ¿Cuántas más había?
Esta vez, no pudo controlarse. Guardó el teléfono y se levantó bruscamente. Lucas la miró, confundido.
—¿Qué pasa? —preguntó, claramente preocupado.
Ella no respondió de inmediato. La furia se apoderó de ella. No podía seguir fingiendo que todo estaba bien. No podía seguir ocultando lo que sabía. El video, los mensajes anónimos, todo la estaba consumiendo por dentro.
—¿Cuántas más, Lucas? —preguntó finalmente, su voz quebrada por la rabia contenida.
Lucas se quedó en silencio, parpadeando, sin entender de inmediato a qué se refería.
—¿De qué estás hablando? —dijo, intentando acercarse a ella, pero ella lo apartó con la mano.
—¡No me toques! —gritó—. ¡Lo sé todo, Lucas! ¡El video de esa chica en la gira, los mensajes que me han enviado! ¿Cuántas más han sido? ¡Dime la verdad!
Lucas se congeló. El impacto de sus palabras lo dejó inmóvil por un segundo, pero luego su expresión cambió. Pasó de la confusión al reconocimiento, y finalmente al arrepentimiento. Sabía exactamente de qué estaba hablando.
—Yo… —comenzó a decir, pero no encontró las palabras.
—¡Mírame a los ojos y dime que no es verdad! —exigió ella, sintiendo cómo las lágrimas quemaban en sus ojos—. ¡Dime que no me has mentido todo este tiempo!