Capítulo 31: El Abismo Entre Nosotros
Las luces de la ciudad titilaban a lo lejos mientras ella miraba por la ventana de su pequeño departamento. Los últimos días habían sido una montaña rusa emocional, y aunque quería convencerse de que todo iba a mejorar, sabía que no podía continuar así. Lucas había sido el centro de su vida desde que lo conoció, pero ahora, después de todo lo que había pasado con Nicola, la confianza se había quebrado de una forma que parecía imposible de reparar.
Ella había tomado una decisión: ir a Australia. Desde hace semanas había estado investigando becas y oportunidades para alejarse. Necesitaba un cambio, algo que le permitiera escapar de la turbulencia emocional que la estaba consumiendo. Lucas la había amado, lo sabía, pero también sabía que quedarse significaba enfrentar un dolor que no estaba lista para soportar.
Al abrir su correo electrónico, su corazón se detuvo por un momento. Un mensaje resaltaba entre los demás, de una de las universidades de sus sueños. Sus manos temblaban mientras lo abría.
"Felicidades, has sido seleccionada para la entrevista final de la beca para estudiar en Australia..."
Lo había conseguido. La oportunidad de empezar de nuevo estaba al alcance de su mano. Sintió una mezcla de alivio y miedo al mismo tiempo. Por un lado, este era el escape que necesitaba, pero por otro, sabía que Lucas no lo entendería.
Esa misma tarde, Lucas apareció en su puerta sin previo aviso. Su expresión estaba cargada de inquietud, su ceño fruncido, como si supiera que algo no andaba bien. El silencio entre ellos era denso, cargado de una tensión que ninguno de los dos sabía cómo romper.
—¿Por qué no me lo contaste? —fue lo primero que salió de la boca de Lucas, su voz contenía un tono de reproche.
Ella lo miró, sorprendida, sin saber a qué se refería exactamente. —¿De qué hablas?
Lucas sacó su teléfono, mostrándole una captura de pantalla que le había enviado uno de sus amigos. Era un post de una de las universidades australianas anunciando a los finalistas de la beca, con su nombre en la lista.
El aire en la habitación se volvió más pesado.
—¿Ibas a irte sin decirme nada? —preguntó él, su tono más herido que furioso. Aunque había intentado contenerse, la idea de que ella estuviera planificando irse sin decirle nada lo destrozaba.
Ella apretó los labios, tomando aire antes de responder. —No lo había decidido aún, Lucas. No sabía cómo decírtelo… —Su voz se quebró un poco, las emociones contenidas empezaban a fluir.
—¿Cómo que no sabías? ¡Esto es enorme! —exclamó él, dando un paso hacia ella—. ¿Pensabas dejar todo atrás y simplemente desaparecer?
Ella lo miró a los ojos, con el corazón acelerado. Sabía que tenía que ser honesta, aunque doliera. —Lucas, no sé qué hacer. No sé si puedo seguir aquí, no después de lo que pasó con Nicola… No después de todo lo que ha sucedido entre nosotros.
El rostro de Lucas se endureció, sus emociones mezcladas entre la rabia y el miedo a perderla. Sabía que había cometido errores, pero no podía soportar la idea de que ella lo dejara por completo.
—¿Así que esto se trata de huir? —preguntó, su voz cargada de sarcasmo—. ¿Te vas porque es más fácil que enfrentarnos a lo que pasó? ¿Porque no quieres intentar arreglar las cosas?
Ella sintió una punzada en el pecho. No se trataba de huir, sino de sobrevivir. Estaba rota, y quedarse cerca de Lucas solo prolongaría el dolor. —No es eso… —comenzó, pero él la interrumpió.
—¡Sí lo es! —gritó Lucas, sus emociones desbordándose—. ¡Es más fácil para ti escapar que enfrentarte a lo que sentimos! ¡No me digas que esto no tiene que ver con nosotros, porque lo tiene todo que ver!
Ella retrocedió un paso, impactada por su intensidad. Claro que lo amaba, pero ese amor se había vuelto un campo de batalla lleno de cicatrices.
—Lucas, no quiero pelear… —murmuró, su voz agotada. Se sentía emocionalmente drenada, incapaz de soportar otra confrontación.
—Entonces dime por qué no me dijiste nada —exigió, su mirada buscando respuestas—. ¿Cómo se supone que arreglemos esto si ni siquiera me das la oportunidad de estar contigo en esto?
Ella bajó la mirada, incapaz de sostener su mirada. —Porque ya no sé si confío en ti, Lucas. No sé si puedo volver a creer en tus promesas.
Sus palabras lo golpearon como una bofetada. El dolor en su pecho era insoportable, como si todo lo que temía se estuviera haciendo realidad en ese momento. Ella realmente lo estaba dejando.
—¿Así que te vas a ir? —preguntó en un susurro, su tono ahora cargado de tristeza.
Ella no respondió de inmediato. Había una parte de ella que quería quedarse, que quería intentarlo, pero otra parte, la más racional, sabía que su relación con Lucas era como una llama que se estaba extinguiendo. La traición, la inseguridad, la falta de confianza… todo eso había dejado una marca demasiado profunda.
—No lo sé —admitió finalmente—. Necesito tiempo para pensar, para aclarar mis sentimientos. Y esta beca… es una oportunidad que no puedo dejar pasar.
Lucas asintió, aunque su corazón se rompía. No podía obligarla a quedarse, pero eso no hacía que doliera menos. Sentía que el amor de su vida estaba escapando de sus manos, y no sabía cómo detenerlo.
—Te amo —dijo de repente, con la voz rota. Era lo único que podía decir en ese momento, lo único que le quedaba por ofrecer.
Ella lo miró, y por un segundo, pareció que iba a decir algo, pero en lugar de eso, simplemente asintió, sus ojos llenos de lágrimas.
—Lo sé —respondió en un susurro—. Yo también te amo, Lucas. Pero a veces el amor no es suficiente.
El silencio cayó sobre ellos nuevamente, pesado y doloroso, como un presagio de lo que estaba por venir. Ella se alejó lentamente, mientras Lucas se quedaba allí, incapaz de hacer algo para detenerla, sabiendo que las palabras ya no eran suficientes.