Estúpido y perfecto Evans

Capítulo 14| Corazón roto

Soundtrack: Sorry - Halsey

Salgo de la casa de Ethan con el corazón tan acelerado que siento como palpita en mis sienes.

Mi cabeza está hecha un nido de dudas, nunca antes me había sentido tan confundida en mi vida.

Ethan me había confesado que me amaba y yo no sabía como lidiar con su confesión.

Dejé que me besara y cuando quise parar con todo era tarde, Ethan me abrazaba a su cuerpo, resistiéndose a que lo dejase.

No pude terminar con lo nuestro, solo hui como una cobarde, estoy tan avergonzada.

Cuando pongo un pie en mi casa mi situación no mejora al ver quien está en mi sala. Mi hermano y Harry están jugando videojuegos y aunque intento pasar desapercibida no lo consigo, logrando captar la atención de ambos.

Nuestras miradas se encuentran y juro que colapso en un segundo.

Harry me sonríe mirándome de una manera tan intensa. Nuestro encuentro el día anterior vuelve a mi cabeza dejándome estática. ¿Qué mierda haré ahora?

— Tierra llamando a Emma. — mi hermano se burla y le dedico una mala mirada. — ¿Qué ocurre? Estás pálida.

— Solo… necesito algo de agua. — muevo mis pies a la cocina dejándolos a los dos atrás.

Entro a la cocina y llevo una mano a mi pecho. Mi corazón está a punto de detenerse por la fuerza con la que late.

No quiero enfrentarlo justo ahora.

No quiero decirle que fallé a mi palabra, que no pude terminar con Ethan como se lo había dicho ayer en mi habitación.

No podía.

Me doy media vuelta y doy un respingo perdiendo el aliento cuando lo veo frente a mí.

— Joder, Harry me matarás de un susto. — me observa sin decir nada, solo se mantiene quieto, sin retirar sus azules ojos de mi tembloroso ser. — ¿Qué pasa?

— Eso te lo pregunto yo a ti. — se acerca dejándome de piedra. — ¿Por qué llegaste en ese estado?

No encuentro la valentía para abrir la boca, solo sello mis labios buscando ridículamente una manera de escapar de esta situación.

— Mi hermano está en la sala. — recalco.

— Y yo estoy aquí, justo frente a ti. ¿Tienes algo que decirme? — abro los ojos totalmente asustada.

¡Soy una cobarde!

¿Cómo rayos se lo digo?

Y es que ni siquiera sé qué decirle… “Oye Harry, sabes que te quiero, pero tengo un novio al que adoro y no sé qué camino tomar” o “Harry, no puedo decidirme por uno de los dos, así que he decido practicar el poliamor”

¡Qué estupidez!

Pego mi espalda al refrigerador cuando lo tengo a unos centímetros. Su presencia me pone a temblar y me obligo a mantenerme en pie cuando su mano toma mi rostro. Lo levanta para observarme con detalle, un espasmo me toma cuando sus ojos se enfocan en mis labios, paso saliva con dificultad y su semblante cambia, noto como cuadra la mandíbula y vuelve a mirarme fijamente.

— Te besó. — me congelo. — dime Emma… ¿Crees que soy un imbécil con el cual puedes jugar y yo seguiré detrás de ti como un idiota que se conforma con ser el premio de consolación?

Abro la boca intentando explicarme, pero mi hermano interrumpe en la cocina.

Harry se separa de mí y todo se vuelve tan incómodo.

Alex carraspea. — me preguntaba por qué te demorabas tanto en traer las bebidas.

— En eso estaba. — dice Harry y me muevo para que pueda sacar lo que busca de la refrigeradora.

Miro al piso evitando la mirada acusadora de mi hermano mayor. El castaño sujeta las botellas en sus manos y me da una última mirada fría antes de irse rumbo a la sala.

Cierro los ojos pensando en que lo he arruinado absolutamente todo. Pero es que en realidad no puedo con esto, no entiendo por qué justo a mí me toca pasar por una situación tan complicada.

Y es que si no hubiera empezado a sentir tantas cosas por el castaño de ojos azules, mi vida no se hubiera tornado tan confusa. Si no lo hubiese besado guiada por un impulso y mi rabia por Ethan, ahora no quisiera arrancarme la piel del cuerpo por la mirada que me congela en mi sitio haciéndome sentir terriblemente mal.

Joder.

Para cuando despierto de mi estupor estoy sola en la cocina, me muevo tomando un poco de jugo, mi garganta seca lo agradece.

Salgo de la cocina con la intención de desaparecer rumbo a mi habitación, pero la voz de mi hermano me detiene en seco impidiendo mi plan de huida.

— Pedimos pizza, ¿Quieres?

— Yo…

— Ven, es poco el tiempo que puedo ver a mi hermana. — hago una mueca observándolo, después de lo que hablé con mi amiga no puedo evitar sentirme afectada, sé que nuestra relación no es precisamente la mejor, no solemos contarnos las cosas o compartir mucho tiempo juntos, quizás por eso no me tuvo la confianza para contarme lo de su bebé, cosa que si hizo con su mejor amigo.

Asiento y camino a la sala para sentarme en el sillón.

Mi hermano agarra un pedazo de la apetecible pizza que está sobre la mesa de centro y me lo entrega en un plato. La tomo y le sonrío. — gracias.




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