Estúpido y perfecto Evans

Extra 1| Mad y Alex

— ¡Bájame idiota! — grito golpeando su espalda con los puños cerrados.

Estaba enojada, furiosa y dolida.

Alex me había dejado en claro que no quería nada conmigo, que fui el peor error en su vida, que jamás debió acostarse conmigo.

Me la pasé llorando encerrada en mi habitación, sé que en parte soy la culpable de su comportamiento, hice cosas por las cuales no me enorgullezco, pero estoy cansada de cargar con esta culpa… solo quiero superarlo y avanzar.

Cuando nuestra loca historia comenzó todo era euforia y adrenalina pura, nunca pensé que el hermano para nada interesante de mi mejor amiga podrías llegar a gustarme de una manera tan loca que no medí las consecuencias de mis actos.

Alex es muy apuesto, es algo evidente e imposible negarlo. Cabello negro, ojos verdes y su piel blanca y pálida. Pero nos habíamos criado prácticamente juntos, no podía verlo como algo más que mi vecino y hermano mayor de mi mejor amiga.

Todo eso cambió aquel día, definitivamente me arrepiento de haberme quedado, de haberme dejado llevar y de haberme sumergido en una relación a escondidas con Alex Wilson.

Durante años tuve que presenciar los maltratos de mi padre hacia mi madre, los gritos, los insultos, las veces en las que le recriminaba por haberle arruinado la vida al haber quedado embarazada de Harry.

Mi padre era un hijo de puta con mayúsculas, y su machismo y repudio hacia las mujeres no solo afectaba a mi madre, yo terminé manchada por todo su resentimiento.

Me ultrajaba, me gritaba y trataba como a cualquier cosa menos su hija. Cuando mis padres se divorciaron, él solo peleó por la custodia de Harry, de mí no quería saber nada, y hasta el momento es así.

No hemos hablado durante años, un par de veces me he visto tentada a llamarlo, pero sé que le valgo una muerda, así que prefiero ahorrarme el mal rato y no contactarlo.

Harry no me habla de él, sabe que es un tema complicado para mí, y en realidad no me hace falta saber nada de ese hombre que no ha hecho nada en mi vida aparte de aportar el esperma que me trajo a este mundo.

He tenido algunas relaciones desastrosas que solo han terminado en dramas. Decidí no enredarme con nadie, solo tenía sexo sin compromisos y estaba bien, hasta que él apareció en mi vida.

Siento como me pone en el asiento del copiloto y cierra la puerta con fuerza.

Se sube en su asiento y enciende el auto. Lo miro enojada, necesitando con urgencia una explicación.

— Alex…

— Cierra la boca. — gruñe volteando a mirarme con la mandíbula tensa.

Bajo la mirada a mis manos.

— ¿Por qué haces esto? — suspiro. — sabes que tenerte cerca no ayuda en mi objetivo de olvidarte.

— ¿Y cómo crees que me siento yo? — espeta. — Madison, lograrás que termine encerrado en un psiquiátrico.

Sonrío de lado.

— Dijiste que…

— Sé lo que dije, pero… — aprieta sus manos al volante. — eres como una droga imposible de abandonar, Mad.

Me quedo en silencio procesando sus palabras. Lo miro y una punzada atraviesa mi pecho, sé que le hago daño, no soy buena para él… no comprendo por qué continua con esto, por qué tuvo que reabrir esa herida aquel día, por qué tuvo que besarme como lo hizo.

Alex es un buen chico, por fuera parece simple y sin nada especial, pero cuando llegas a conocerlo te das cuenta de que es el mejor chico que podrías llegar a conocer; atento, romántico hasta la médula, apasionado y protector.

Todo lo que una chica común buscaría en un hombre.

Yo, por mi parte, aún me encuentro peleando con los fantasmas de mi pasado, con mi padre violento, narcisista y abusador. No estaba lista para entregarle algo más que mi cuerpo, y él no pudo comprenderlo.

Me pidió más. Mucho más de lo que yo estaba dispuesta a darle.

Y ahí fue cuando empezó todo este tormento.

Pasión, deseo… un nuevo sentimiento que intentaba ocultar.

Una noticia y… dolor. Un profundo dolor al saber que yo había acabado con ese pequeño ser.

Odio y total indiferencia.

Me resigné a volver a verlo como mi vecino. Oculté ante los ojos de todos mis sentimientos, nunca se lo dije a mi mejor amiga y a mi hermano le conté la historia por partes.

Nada comparado con lo que realmente estaba pasando.

Me había enamorado y ya no había nada que pudiera hacer para evitar ese sentimiento. Y lo peor era que la persona a la cual quería me odiaba tanto que no podía ni siquiera mirarme a los ojos.

Y aquí estamos nuevamente, iniciando un nuevo ciclo que no sé a dónde nos llevará, pero no lo quiero más, porque sé que dolerá, porque él está roto y yo vacía.

El carro frena y miro a través de la ventana.

Nos encontrábamos en un lote baldío, volteo a mirarlo sin comprender.

— ¿Qué estás haciendo, Alex? — lo observo. Siento como cierra los ojos y respira hondo para después mirarme.




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