⸞ Harry ⸞
Dejo a mi chica con una expresión angustiada en su rostro. Sé que está preocupada por lo que su padre y yo hablaremos en unos segundos. No niego que también tengo incertidumbre por lo que me dirá, últimamente lo noto más arisco conmigo, es como sí… no quisiera que Emma y yo estuviéramos juntos.
— Siéntate por favor. — me indica un sofá frente al suyo. Hago lo que me dice, me acomodo en el asiento y aguardo para que inicie la conversación.
Gregory exhala y apoya los codos sobre sus muslos, me mira con cierta atención que me hace tensar. — señor…
— Sé que te estarás preguntando por qué te llamé a hablar en privado. — asiento lentamente. — bueno, no es un secreto que me caracterizo por ser “sobreprotector y estricto” como me dicen mi esposa y mis hijos. — lo escucho atentamente. — protejo a la gente que amo, y mi hermosa Emma es mi mayor tesoro, la niña de mis ojos.
— Lo sé señor.
— Tanto como la amo y busco su bienestar, también me importa que la persona que esté con ella sea lo suficientemente buena para merecerla. — entorno la mirada sin decir absolutamente nada, ya veo por donde va esto. — Harry, sabes que te aprecio mucho, a ti, a tu hermana y a tu madre. Tu mamá fue mi amiga desde preparatoria, y les guardo un profundo cariño, pero…
— No soy lo suficiente para su hija. — lo freno en seco haciéndolo fruncir el ceño. — ¿Es eso lo que quiere decirme señor Wilson?
Aprieta los labios.
— No es un secreto para ti ni para mí todo lo que hiciste en Londres durante esos cinco años. — frunzo el ceño. — Tu padre y yo somos buenos amigos, Richard me ha contado…
— Richard no es tema de esta conversación. — gruño y noto como se tensa. — ese hijo de puta abusador no tiene por qué involucrarse en un asunto que nos compete únicamente a su hija y a mí.
Gregory se queda en silencio por unos segundos. Que le responda como lo estoy haciendo no le está haciendo gracia, pero a mí tampoco me agrada que saque a relucir mi pasado, como si cada uno de ellos no hubiera tenido sus errores. No soy perfecto lo sé, pero ellos tampoco y eso bien lo sabe el hombre frente a mí.
— Eres un delincuente, Harry. Has hecho fechoría tras otra. ¿Crees que no lo sé? — tenso mi mandíbula. — no quiero que mi hija se involucre con alguien como tú.
— Vaya, al parecer usted es una especie de juez capaz de juzgarme por mi pasado y tacharme de poca cosa, pero le pregunto yo ¿Es acaso usted perfecto para creerse con el derecho de tacharme de delincuente y poca cosa para su hija?
Exhala. — mira, no quiero que esto termine en una discusión, lo mejor es que te alejes de ella por el bien de todos.
Alzo las cejas. — ¿De todos? ¿O suyo? — me levanto del sofá. — lo respeto señor Wilson, pero no quiera venir a opinar sobre mi relación con su hija si no tiene algo bueno que decir, ella es feliz, no sé si eso le importe, pero lo es. Yo la amo sinceramente, no hay nadie más importante para mí que ella. Y tiene razón, no soy perfecto, no soy el chico que todo padre quiere para su hija, pero créame que nadie la amará y cuidará más que yo. Porque como usted bien dijo, he hecho muchas cosas malas, lo único bueno que he hecho en mi vida es tenerla a mi lado, es quererla como lo hago en este momento, y no permitiré que usted ni nadie venga y arruine lo que tenemos.
— Yo también te seré sincero, Harry. Creo que Emma está confundida. — frunzo el ceño.
— ¿Confundida?
— Así es. — afirma. — mi niña está confundida por todo lo que tú representas en su vida. — me señala. — peligro, adrenalina, euforia. — se levanta para quedar frente a mí. — eres el chico malo que toda niña de su edad quiere, y eso le brinda algo de emoción, pero cuando esa emoción se esfume solo quedará el arrepentimiento de haberse metido contigo. Ethan es el chico que ella necesita.
Parpadeo procesando sus palabras. Pasan unos segundos y una risita se me escapa. Gregory me mira mal. — así que por ahí va la cosa. A usted no le importa lo que su hija quiere, lo que realmente le interesa es lo que usted quiere para ella. — aprieta las manos en puños. — señor Wilson, si usted cree que O’Bryan es un buen chico, replantéese esa opción. Ese hijo de puta no se merece en lo absoluto a su hija.
Sonríe de lado. — ¿Y tú sí? — inquiere. — ¿Crees que eres lo suficientemente bueno para ella?
— La amo. — aseguro.
— Sabes que el amor muchas veces no es suficiente. — carraspea. — mi hija necesita estabilidad, no un ir y venir de sentimientos contraproducentes. No la lastimes más y solo aléjate.
Niego sintiendo una molesta opresión en el pecho.
— Cuando era niño envidiaba mucho a mi mejor amigo ¿Sabe? — él me mira serio. — sentía envidia de que él tuviera un padre increíble como usted, que lo acompañaba a sus juegos, que lo llevaba a comer helado o usaba su camiseta del equipo de hockey con orgullo gritando y animándolo en cada partido. — le sonrío desdeñoso. — usted fue mi héroe por muchos años, pero, cuando esa persona que crees genial e increíble hace cosas que te decepcionan, simplemente deja de ser tu héroe para convertirse en un hombre cualquiera. Usted hoy dejó de serlo.
— No puedes culparme por querer lo mejor para mi hija. — me reprocha.