Etérea

Capitulo 1

Si alguien me hubiera dicho hace algunos milenios la situación actual en la que me encuentro ahora mismo le habría escupido y burlado del pobre imbécil, pero mírame, rebajándome a su nivel por una única razón, rebajado a un sentimiento tan humano y… destructivo porque si, el amor es destrucción. Casi todos te cuentan el lado rosa, donde todo es felicidad y alegría y pasan por problemas tan minúsculos que me parece demasiado fácil. Pocos somos los que contamos ese lado oscuro del amor.

Miro de vez en cuando a los lados, cerciorándome que nadie me pille infragante y al parecer todos en el parque estaban más ocupados en lo que había en las pantallas de sus aparatos que lo que pasaba a su alrededor. Me parecía estúpido el hecho de que salieran de sus cuevas solo para hacer exactamente lo mismo, estar en esos aparatos infernales, solo que al aire libre.

Humanos.

No ven lo condenadamente afortunados que son, en muchos sentidos. Ellos nacieron con algo que mi raza a anhelado desde el principio de los tiempos, libre albedrío. Ellos jamás conocerán el sufrimiento que lleva anhelar otro destino eterno como al que uno está condenado. Nacemos predestinados. Me he topado con humanos que tienen la absurda idea de que es mejor así, una preocupación menos, pero cuando eres un ser muy longevo llega un punto en que detestas hacer lo mismo desde los inicios de la tierra.

Los humanos no saben apreciar lo que tienen, se preocupen más por hacer su minúsculo periodo en esta tierra más fácil que las cosas eternas. Son impulsivos, egoístas, basta con mirar su historias ¿Cuántas guerras no se han librado por el egoísmo de un hombre? Almas inocentes cuyo cuerpo carnal tiene un final tan desgarrador que a veces me hace preguntarme quien es el verdadero mal del hombre, porque los humanos son expertos en echar culpas.

Me olvido de mis pensamientos cuando escucho el característico sonido de sus pisadas sobre la acera, me giro y hay esta ella, tan fresca como las brisas que reconfortan en verano, tan brillante como las estrellas del universo y esa mirada curiosa y analítica por todo el mundo que la rodea. Es una criatura muy particular para los de su especie, a diferencia de la mayoría de las personas que veo cuando voy por la calle, esta persona parece más interesada en las cuestiones filosóficas que la comodidad y eficiencia de su vida diaria.

Esa fue una de las primeras cosas que llamo mi atención, su peculiaridad.

Siento los latidos de mi corazón acelerarse, una sensación de hormigueo interior en el vientre y la ya característica hipnosis al verle de lejos. Las sensaciones humanas eran un misterio para mi hasta hace unos años y he de admitir que son realmente intrigantes, son un compendio variado que no siempre reaccionan de la misma manera en todas las situaciones, es increíble como son seres tan complejos y emocionales, algunas de las sensaciones son demasiado abrumadoras que tengo que ser firme para controlar este cuerpo.

La pierdo de vista cuando dobla la esquina y después de cinco minutos me retiro  como había llegado, sin ser percibido. Una vez que la demencia de sentimientos pasa viene el remordimiento. Es una tortura constante que desgasta. Me siento patético por cómo me comporto por ella, digo, jamás hemos cruzado palabra y ya se más de lo que llegaría a imaginarse, podría contarle toda su vida con lujo de detalle pero no sería lo mismo, anhelo tanto que ella me cuente quien es.

Pero no puede porque no sabe ni mi nombre.

Y es mejor así, que ella jamás sepa que yo existo, que mi nombre jamás llegue a su mente, que mi sola existencia le sea ajena el resto de su vida. Si lo veo desde un punto de vista neutro, hay más contras que pros si ella llegara a conocerme pero eso no es lo peor ¿quieres saber que es? Que aun sabiendo el error que sería cruzarnos es un anhelo que tengo desde la primera vez que le vi.

Apresuro el paso hasta mi morada, pongo el seguro a la puerta y me quito la ropa, camino al espejo y el reflejo de este cuerpo expuesto me devuelve la mirada. A consideración de alguien más estoy entre los estándares de belleza contemporáneos pero desde mi punto de vista soy una criatura que se ha rebajado hasta ser contenido en esta piel.

Algo dentro de mi quema, una chispa que nació de la casualidad y callo en un lugar terriblemente indicado que inicio un fuego que jamás debió existir. Es esa necesidad egoísta de tenerla solo para mi aunque sea por un suspirar, la realidad es la contraparte de estas brazas que por un tiempo las mantuvieron a raya, pero fue creciendo, se iba fortaleciendo hasta ser una necesidad y es que no puedo pasar un día sin verle sin sentirme vacío, con un hueco que no sabía que había tenido pero ahora sale a la luz. Es enfermizo hasta cierto punto.

Me está consumiendo lentamente.

Me doy el lujo de sentir los rasgos de esta cara y una cuestión me surge de la nada ¿le atraerá mi apariencia? ¿Le pareceré alguien deseable? En el tiempo que llevo observándole he visto desfilar a uno que otro chico esporádico que se ha terminado por rendir ante sus rotundas negaciones a dar un paso más. Ninguno es igual al otro, no hay una característica que me ayude a saber sus gustos y eso es algo que me preocupa en gran manera. Sigo explorando esta piel hasta que llego al miembro entre mis piernas, algo peligroso cruza mi mente y es la intriga de sentir su intimidad rodeando la mía, muchas veces he pensado en ella de esa manera y siempre termino autor reprendiéndome porque ¿Quién soy yo para desearle? ¿Qué soy para anhelar el contacto de su piel? ¿Quién soy para provocarle al menos una pizca de deseo?



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En el texto hay: magia negra, misterio suspenso, magia blanca

Editado: 30.05.2018

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