Grugnil se paró en la plataforma, mientras Cesar estaba celebrando. La audiencia celebraba con él, levantando sus puños.
¡Mi nombre es Grugnil! ¡Vengo a desafiar a Cesar, noveno en la boca del zorro! — dijo Grugnil señalando con su espada a su contrincante.
Las declaraciones de Grugnil dejaron en silencio a la audiencia. En una pelea entre dos grandes guerreros es de respeto guardar silencio. Cesar quien se regodeaba en el honor de la victoria, dejo de sonreír y miró a Grugnil.
El paria sube a la plataforma a desafiarme, alto y orgulloso de su fuerza. ¡¡A mí no me derrotará un paria!! ¡¡Escuchadme nobles guerreros del clan, hoy limpiaré la inmundicia de nuestras filas!! — gritó Cesar, su ceño estaba fruncido y agarraba con fuerza su lanza.
Los dos guerreros se miraron desde la distancia, y la intención de lucha se podía sentirse en el lugar. Los dos oponentes comenzaron a moverse, tanteando las habilidades del otro, hasta que Cesar ya no pudo aguantar y comenzó con un ataque rápido.
La velocidad de ataque de Cesar era muy rápida, lo suficiente para haberte golpeado dos veces antes que te dieras cuenta, sin embargo, gracias al gas espiritual que circulaba en el cuerpo de Grugnil pudo mantenerse al día con esa velocidad. Grugnil esquivaba o bloqueaba los ataques de Cesar, la fatiga y el cansancio de su pelea anterior con Potodes se notaba en su estilo pasivo y defensivo.
Cesar era un guerrero que sabía cuándo cambiar de estilo en una batalla, rápidamente vio que Grugnil parecía no tener iniciativa de un ataque y comenzó a abrumarlo con ataques fuertes que buscaban cansar la resistencia del oponente.
Grugnil estaba sufriendo en esta pelea, a pesar de poder bloquear los ataques de su contrincante, no tenía la suficiente fuerza para un contraataque, el cansancio y la fatiga volvía cada vez más pesado su cuerpo y los golpes contundentes de Cesar hacían que tuviera que retroceder hasta llegar al filo de la plataforma.
En un momento de desesperación y frustración, reunió todas sus fuerzas y golpeó la lanza de Cesar, haciendo que esta vibrara.
¡Clank!
Sonó el sonido del metal chocando contra el suelo.
Cesar tuvo que abandonar su lanza, Grugnil sabía que no podía lanzar otro golpe con su espada, por que esta le pesaba.
Soltó también su espada y esta rebotó un poco contra el suelo.
La luchara continuaría con una pelea a puños.
¡Mírate, apenas y podías sostener tu espada! ¡Ríndete y acepta tu suerte como un paría! — gruñó Cesar poniéndose en una postura abierta, tenía planeado derrumbar a Grugnil con el peso de su cuerpo.
Grugnil no contesto, no podía desperdiciar su energía para hablar.
Cesar rugió y se abalanzó contra él, pero Grugnil contrarrestó con una patada. Cesar fue golpeado, pero se recuperó y comenzó lanzar puños sueltos a Grugnil. Él no podía esquivar así solo bloqueaba.
La audiencia sabía que Grugnil estaba cansado y que no aguantaría tanto tiempo. Sin embargo, Grugnil tenía el gas espiritual para ayudarlo y ante esta situación peligrosa, el gas espiritual se esparció por todo su cuerpo aliviando un poco su fatiga.
Ahora Grugnil podía contraatacar, pero no busca una lucha de fuerzas, así que solo esquivaba o atacaba. La batalla era increíble, Cesar se acercaba a Grugnil con fuerza, pero este esquivaba y lo atacaba, a pesar de que Cesar tiene un cuerpo fuerte y una armadura de cuero puesta, este aún sentía el daño por los golpes de Grugnil.
¡¡PAM!!
Uno de los golpes de Grugnil cayó sobre el hombro de Cesar haciéndolo arrodillar.
Cesar se estaba quedando sin fuerzas, sus movimientos desenfrenados y su rápida velocidad con la lanza habían acabado con su resistencia prematuramente. Ahora con el hombro herido y en rodillas, sabía que la batalla estaba perdida.
En su aliento cansado y su mirada arrepentida miró dentro de la audiencia, ahí con una mirada expectante y preocupada estaba Sheonna, una mujer guerrera quien era pareja de Cesar.
Los dos se miraron, y en un tiempo tácito los dos comprendieron que al final no podrían estar juntos.
Lo siento — pronunció sin voz Cesar.
Grugnil remató con un golpe en la cabeza y derrotó a Cesar, cansado y apunto del colapso Grugnil alzó su puño en señal de victoria. La audiencia se alzó en gritos de celebración, pero solo había una persona que lloraba en silencio mirando al oponente derrotado.
¡¡¡GRUGNILLLL!!!
Un grito agudo se escuchó en la plataforma, era Annie quien había encontrado por fin a Grugnil. Ella se apresuró hasta donde estaba tambaleante Grugnil.
Remisel también ayudó a Annie y sostuvieron su peso con sus hombros trayéndolo hacia uno de los árboles que había por el lugar.
¿Aún te quedan algunas fuerzas? — preguntó Potodes, quien a pesar de que se acaban de conocer, tenía la virtud de un guerrero y se preocupaba por su camarada.
Yo creó podría con una pelea más — contestó Grugnil, con una sonrisa cansada.
¡¡No te sobre esfuerces Grugni, conserva tu fuerza para escribir tu nombre en la piedra!! — contestó Annie algo molesta.