Eternal Night ~taehyung~

18

El silencio que siguió a las palabras de mi tía fue casi ensordecedor. Mi mente tardó unos segundos en procesar lo que acababa de decirme. Vampiros. La palabra se repitió una y otra vez en mi cabeza, pero no tenía sentido. Era como si hubiera cruzado de repente a un mundo completamente distinto.

—¿Vampiros? —logré murmurar, mi voz temblando—. ¿Estás diciendo que Taehyung, Jungkook… todos ellos son… vampiros?

Mi tía asintió lentamente, pero no dijo nada más, dejando que el peso de sus palabras cayera sobre mí. Sentí como si el suelo se deslizara bajo mis pies, como si toda la realidad que conocía se desmoronara en cuestión de segundos.

—¿Y… por qué me lo estás diciendo ahora? ¿Qué tiene esto que ver conmigo? —pregunté, casi temiendo la respuesta. Algo en su mirada me hizo sentir que la verdad iba a ser mucho peor de lo que ya había escuchado.

Mi tía se acercó más, su rostro sombrío, pero sus ojos brillaban con algo que no lograba descifrar. Había una intensidad en su mirada que me dejó sin aliento.

—Hannah, no te lo he dicho antes porque quería protegerte. Pero ya no puedo seguir ocultándotelo. Tú… —hizo una pausa, como si buscara las palabras adecuadas—. Tú no eres como los demás humanos. No eres como tus amigos o la gente de la universidad.

Di un paso atrás, negando con la cabeza.

—¿Qué estás diciendo? —Mi voz era apenas un susurro, el pánico comenzando a instalarse en mi pecho.

—Tú perteneces a una familia de sangre pura, Hannah —dijo, su voz firme pero extrañamente suave—. Tu linaje se remonta al primer vampiro, al origen de nuestra especie. Los vampiros que te rodean, como Taehyung y su familia, lo saben. Ellos te han estado observando desde hace tiempo.

Sentí como si el mundo entero girara a mi alrededor. Las palabras "sangre pura" y "linaje" retumbaban en mi mente. Era demasiado, todo era demasiado. Intenté recordar cualquier indicio, cualquier pista que hubiera pasado por alto, pero no había nada en mi vida que indicara algo tan… monstruoso.

—No… eso no puede ser. Yo… soy humana —dije, sintiendo el pánico subir por mi garganta.

Mi tía negó con la cabeza, su mirada severa, pero no hostil.

—Eres mucho más que eso, Hannah. La sangre que corre por tus venas es la sangre de los primeros vampiros. Los más poderosos. Tu familia siempre ha sido parte de este mundo, y aunque lo hayas ignorado toda tu vida, no puedes escapar de lo que eres.

Mi corazón latía con fuerza, cada palabra golpeándome como un martillo. Vampiros. Yo, una de ellos. Era imposible, no tenía sentido. Siempre había sido… normal, ¿no?

—¿Por qué nunca me lo dijiste antes? —pregunté, la confusión mezclada con la ira—. ¿Por qué dejarme vivir como si fuera una persona común?

—Porque quería darte una vida lejos de todo esto. Quería protegerte de los peligros que implica ser lo que eres. Pero ahora, las cosas han cambiado. Ya no es seguro para ti estar en la oscuridad. Los demás lo saben, y no todos querrán aceptarte —explicó mi tía, su voz grave.

—¿Quiénes son los demás? —pregunté, casi temiendo la respuesta.

—Taehyung, su hermano Seokjin… y muchos otros. Son príncipes en su propio derecho, pero tu linaje es superior al suyo. Por eso han estado cerca de ti. Por eso Taehyung te ha buscado, aunque tú no lo sabías. Tu sangre pura te hace especial, un vínculo con el poder más antiguo de nuestra especie.

La habitación parecía girar a mi alrededor mientras trataba de asimilar lo que me estaba diciendo. Taehyung sabía todo esto desde el principio. Sabía lo que era y lo que yo era, y aun así nunca me lo dijo.

—¿Él… ha estado mintiéndome todo este tiempo? —pregunté, la decepción surgiendo junto al miedo.

—No te ha mentido —respondió mi tía—. Simplemente no te ha dicho todo. Hay reglas en nuestro mundo, reglas que él también debe seguir. Pero ahora que lo sabes, las cosas cambiarán. Y necesitas estar preparada.

Sentí que la rabia se apoderaba de mí. Había sido utilizada, observada, y ahora estaba atrapada en algo que no podía controlar.

—¿Qué quieren de mí? —pregunté, la voz temblando entre la ira y el miedo.

—Quieren lo que siempre han querido los vampiros más antiguos: poder —respondió mi tía, con una seriedad que me heló la sangre—. Y tú eres la clave. Tu sangre les otorgaría un poder que ningún otro vampiro tiene. Pero eso también te convierte en un blanco. No todos estarán a tu lado. Debes elegir en quién confiar, y rápido.

Me quedé en silencio, sintiendo el peso de lo que acababa de descubrir aplastarme. Vampiros, sangre pura, poder. Todo se sentía irreal, pero al mismo tiempo, algo en mi interior resonaba con la verdad de sus palabras.

—¿Y ahora qué? —pregunté finalmente, con la voz apenas un susurro.

Mi tía me miró con una mezcla de compasión y severidad.

—Ahora, debes aceptar lo que eres, y prepararte para lo que viene. Porque te aseguro, Hannah, que no será fácil.




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