Eternal Night ~taehyung~

19

Mientras la lluvia continuaba cayendo afuera, sentí que una tormenta mucho más oscura y peligrosa se acercaba, una que iba a cambiarlo todo.

Mi tía me había revelado una verdad que nunca imaginé, una que ahora se sentía tan surreal como el sonido constante del agua golpeando las ventanas. Vampiros.

Mi sangre estaba vinculada al linaje más antiguo, un poder que no solo me diferenciaba de los humanos, sino que me colocaba en el centro de una intriga que nunca busqué.

Después de su impactante revelación, me dejé caer en una silla, incapaz de procesar la magnitud de lo que acababa de escuchar. Todo el tiempo que había pasado pensando que la distancia de mi tía era odio, solo para descubrir que su frialdad era, en realidad, una forma de protegerme de este destino.

Me quedé en silencio durante unos minutos, con la vista fija en el suelo. Mi mente se debatía entre la incredulidad y la creciente certeza de que todo encajaba.

El comportamiento de Taehyung, la actitud distante de su hermano Seokjin, e incluso los mensajes crípticos de Jungkook que Lía me había mencionado. Todo conducía a este punto.

Finalmente, levanté la vista hacia mi tía. El cansancio se reflejaba en sus ojos, pero también una determinación feroz. A pesar de todo, algo en mí sentía que ella me decía la verdad.

—¿Qué debo hacer ahora? —pregunté, mi voz apenas un susurro, rompiendo el silencio de la sala. Sentía el pánico burbujeando dentro de mí, pero necesitaba respuestas. No podía quedarme quieta sabiendo lo que ahora sabía.

Mi tía, que se mantenía de pie cerca de la ventana, no se giró inmediatamente para responderme. Sus manos se entrelazaron, y por primera vez, la vi dudar.

—No es lo que debes hacer ahora, Hannah. Es lo que siempre debiste hacer —respondió, sin mirarme. El eco de sus palabras resonó en la habitación vacía, cargada de una historia no contada.

Me levanté lentamente, caminando hacia ella, aunque cada paso me pesaba.

—¿Qué significa eso? —insistí—. ¿Qué es lo que esperan de mí?
Mi tía finalmente se dio la vuelta, sus ojos fijándose en los míos con una intensidad que me puso la piel de gallina.

—Eres la última descendiente directa de la primera línea de vampiros. Y eso te convierte en algo más que un simple miembro de la familia. Eres… la heredera. La que puede reclamar el poder supremo sobre todos los vampiros —dijo, su voz grave.

El peso de sus palabras cayó sobre mí como un yunque. La heredera. El poder supremo. Apenas podía respirar.

—¿Emperatriz? —pregunté, casi temiendo la respuesta.

—Exactamente. —Asintió mi tía—. Si reclamas tu lugar, todos los vampiros deberán inclinarse ante ti, incluso los más antiguos y poderosos. Nadie podrá desafiarte. Pero ese poder viene con un precio.

Retrocedí, sintiendo una mezcla de miedo y asombro. No quería ese tipo de responsabilidad, pero ¿qué opción tenía? Si lo que decía era cierto, mi vida ya no me pertenecía. Mi destino estaba escrito en la historia de los vampiros, y yo era el último eslabón.

—¿Y Taehyung? ¿Sabía todo esto? —pregunté, sintiendo una punzada de traición. Él había estado a mi lado todo este tiempo. ¿Cuánto sabía realmente?
Mi tía asintió.

—Taehyung y Seokjin lo saben. Son príncipes, pero no tienen la pureza de sangre que tú posees. Por eso te han buscado. Algunos quieren protegerte, otros quizás quieran aprovecharse de tu poder. Tendrás que averiguar quiénes están de tu lado, y rápido, porque una guerra está por venir.

La idea de Taehyung sabiendo todo esto y no diciéndomelo me dolía profundamente. ¿Había algo real en su amistad? ¿O todo había sido parte de este plan más grande, uno en el que yo era solo una pieza clave?
—No confíes ciegamente, Hannah. Ahora que lo sabes, debes ser más cautelosa que nunca —advirtió mi tía, acercándose para posar una mano en mi hombro—. Pero recuerda esto: eres más fuerte de lo que crees. Esa fortaleza corre por tus venas, y la necesitarás en los días venideros.

La tormenta afuera seguía rugiendo, pero la verdadera tempestad estaba dentro de mí. No sabía si estaba lista para lo que venía, pero sabía que no podía huir de ello. El futuro que se desplegaba ante mí era oscuro y peligroso, y aunque no entendía del todo lo que significaba ser la heredera de los vampiros, comprendía que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre.

No era solo la calma antes de la tormenta. Ya estaba en el ojo del huracán, y todo lo que quedaba por hacer era avanzar.

—Entonces, ¿cuál es mi siguiente paso? —pregunté con firmeza, sintiendo que una nueva determinación se formaba en mi interior.

Mi tía sonrió levemente, con un destello de orgullo en sus ojos.

—Preparate, Hannah. Vas a necesitar toda la fuerza que puedas reunir.

El silencio que siguió a la declaración de mi tía fue más profundo que la propia tormenta. El eco de sus palabras seguía resonando en mi mente: heredera, emperatriz, guerra. Todo lo que conocía de mi vida hasta ahora se sentía como una farsa. Pero algo más profundo se agitaba en mi interior, una fuerza que, hasta ese momento, no había reconocido.

Me di cuenta de que ya no podía volver atrás. Mi vida, mis decisiones, todo estaba ligado a un destino que nunca pedí. Y, sin embargo, allí estaba, con la oscuridad acechando a cada paso. Sentía que cada latido de mi corazón estaba contando el tiempo antes de que algo terrible llegara.

Respiré profundamente y me obligué a mantener la calma. Mi tía me observaba con una mirada calculadora, como si estuviera evaluando mi reacción. Era obvio que había más que no me estaba diciendo, pero por ahora, tenía lo que necesitaba para comenzar a comprender.

Sabía que mi linaje me colocaba en una posición que muchos envidiarían o temerían, y eso significaba que tenía que ser cautelosa.

—Te entrenaré —dijo mi tía, interrumpiendo mis pensamientos—. Pero debes ser fuerte. No hay espacio para la duda. Si vas a reclamar tu lugar como emperatriz, tienes que estar preparada para lo que viene. No todos te apoyarán. Algunos intentarán destruirte antes de que puedas alcanzar tu verdadero poder.




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