Eternal Night ~taehyung~

20

La lluvia seguía cayendo, cada gota golpeando mi piel como pequeños recordatorios de la realidad que me aguardaba. Mientras me alejaba de la mansión, sentía el peso del destino que ahora cargaba sobre mis hombros.

Pero no podía pensar en eso aún. Primero, Lía. Tenía que saber qué había descubierto, qué había pasado con Jungkook. Algo en su mensaje me hacía sentir que estaba en peligro, o peor aún, que estaba siendo arrastrada hacia un mundo que desconocía, al igual que yo.

Cuando llegué al café donde habíamos acordado encontrarnos, el lugar estaba prácticamente vacío, salvo por un par de mesas ocupadas por extraños que no prestaban atención a nada a su alrededor. Lía estaba en una esquina, sus manos apretadas alrededor de una taza de café humeante. Sus ojos, normalmente chispeantes y llenos de energía, estaban serios, casi apagados.

—Lía —dije, sentándome frente a ella—. ¿Qué ha pasado? Cuéntamelo todo.

Ella levantó la mirada, y por un segundo pensé que iba a derrumbarse, pero en su lugar, respiró profundamente y se enderezó en la silla.

—Hannah… lo que te voy a decir suena como una locura, pero necesito que me escuches. —Su voz estaba temblorosa, pero llena de determinación.

Asentí, mi pecho apretándose con la anticipación.
—Estuve con Jungkook —empezó—. Al principio todo parecía normal, nos vimos en su casa, hablamos, pero… algo cambió. Se volvió serio de repente, más… oscuro. Y luego, sin previo aviso, me dijo que sabía quién eras tú.
Un frío intenso recorrió mi espalda.

—¿Qué dijo sobre mí?
—Dijo que tú eres importante, que tienes una conexión con algo mucho más grande de lo que cualquiera de nosotras puede imaginar. Pero no fue solo eso, Hannah.

Cuando me miró, sus ojos… —Lía se llevó una mano a la frente, como si tratara de borrar el recuerdo—. Sus ojos cambiaron. Eran negros, completamente negros, como si no tuviera alma.

Las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar en mi mente. Jungkook también era un vampiro, como Taehyung, pero había algo más en él, algo peligroso, algo que me hacía sentir que su papel en todo esto no era solo casualidad.

—Lía, tienes que mantenerte alejada de él —dije, mi voz firme—. Jungkook no es lo que parece. Al igual que Taehyung, pertenece a este mundo… este mundo de vampiros. Son peligrosos, y si sabe quién soy, no es seguro para ti estar cerca de él.

—¿Vampiros? —repitió Lía, incrédula, como si la palabra le resultara ridícula—. ¿Estás diciéndome que Jungkook es un vampiro?
Asentí, pero antes de que pudiera responder, ella se echó hacia atrás en su asiento, procesando lo que acababa de escuchar. Sabía que para Lía esto era imposible de aceptar, al menos al principio. Yo misma había estado en su lugar hace apenas unas horas, luchando por encontrarle sentido a todo.

—Esto es real, Lía —dije, inclinándome hacia ella—. Mi tía me lo ha dicho todo. Mi familia, el linaje al que pertenezco, y lo que significa para los vampiros. Yo… no soy solo una humana. Mi sangre es especial para ellos, y eso me pone en peligro, pero también a ti. Si Jungkook te está usando para acercarse a mí, no puedo dejar que te arriesgues.

Lía cerró los ojos, asimilando lo que acababa de decirle. Finalmente, cuando habló, su voz fue más suave, pero cargada de una preocupación que me partió el corazón.

—No puedo creerlo, Hannah. Todo esto… suena tan… irreal. Pero cuando miré a Jungkook, supe que algo andaba mal. No era solo miedo. Era como si me estuviera advirtiendo que algo grande está por venir.
—Lo está —respondí en un susurro—. Y tenemos que estar preparadas.

El ambiente entre nosotras se tornó más sombrío, como si la tormenta afuera hubiera penetrado en nuestro pequeño refugio. Lía se frotó las sienes, intentando aclarar sus pensamientos.

—¿Y qué vamos a hacer? —preguntó finalmente.
—Primero, tenemos que mantenernos alejadas de Jungkook y cualquier otra persona de este mundo hasta que sepamos más. Mi tía va a entrenarme para enfrentar lo que viene, pero no sé cuánto tiempo tendremos antes de que todo explote —dije, tratando de sonar más segura de lo que me sentía—. Necesitamos estar preparadas para cualquier cosa.

Lía asintió, aunque todavía parecía confundida.

—Voy a confiar en ti, Hannah. No entiendo todo lo que está pasando, pero confío en ti.

Sentí un alivio momentáneo ante su respuesta. Sabía que Lía no me abandonaría, pero también entendía que cuanto más se acercaba al peligro, más vulnerable se volvía. No podía dejar que ella pagara el precio por mis secretos.

Nos quedamos en silencio por un rato, cada una sumida en sus propios pensamientos. Sabía que la calma que estábamos experimentando no duraría mucho. La guerra que se avecinaba no solo involucraba a vampiros y linajes antiguos, sino que afectaría a todos los que estaban en mi vida.

—Tenemos que volver a la mansión —le dije, rompiendo el silencio—. Mi tía nos protegerá por ahora, pero tenemos que estar juntas en esto.

Lía asintió, y ambas nos levantamos, listas para enfrentar lo que fuera que el destino nos tenía preparado.




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