Eternal Night ~taehyung~

23

Mientras las palabras de Taehyung resonaban en mi mente, sentí un torbellino de emociones que apenas podía controlar. "Emperatriz de los vampiros", "sangre pura", "poder absoluto".

Era como si la vida que había conocido hasta ahora, aquella en la que creía ser simplemente una joven normal, se estuviera desmoronando frente a mí, solo para ser reemplazada por una realidad más oscura y peligrosa.

Me levanté de la silla y me acerqué a la ventana, mirando la lluvia caer con furia. El aire frío del exterior contrastaba con el calor sofocante que sentía dentro de mí. Mis pensamientos volaban hacia Lía, hacia Jungkook, hacia todos esos momentos en los que había sentido que algo estaba fuera de lugar pero que, hasta ahora, no podía identificar. Todo comenzaba a encajar, aunque la imagen que se formaba era mucho más aterradora de lo que hubiera deseado.

Taehyung estaba detrás de mí, en silencio, dejándome espacio para procesar. Podía sentir su mirada fija en mí, pero en lugar de sentirme observada, me sentí sostenida, como si, a pesar de todo, no estuviera completamente sola.

"Vas a ser la emperatriz de los vampiros", me repetí internamente, y la idea seguía pareciendo una fantasía extraída de un libro gótico. Pero lo era. Lo sabía. Cada fibra de mi ser comenzaba a aceptarlo, incluso si mi mente aún luchaba por asimilarlo. Mi familia, la verdad que me habían ocultado toda mi vida...

De repente, me di cuenta de algo: toda mi vida había sido una mentira. Cada paso que había dado, cada decisión que había tomado, todo había estado condicionado por una verdad que me habían arrebatado. Me habían robado mi identidad, mi derecho a decidir sobre mi propio destino. Y ahora que lo sabía, no iba a permitir que nadie me controlara más.

"Si tengo poder", pensé, "lo usaré a mi manera".

Sentí una oleada de determinación recorrer mi cuerpo.

Sabía que tenía que ser fuerte, que debía abrazar lo que era. Las sombras que me rodeaban, las amenazas que se avecinaban, ya no me iban a detener. Si el destino había decidido que era yo quien debía ser la emperatriz, entonces lo enfrentaría con todo lo que tenía.

—No sé cómo hacerlo —dije finalmente, rompiendo el silencio entre Taehyung y yo. Mi voz sonó más firme de lo que esperaba—. No sé cómo ser la persona que dices que soy. Pero voy a aprender. Y cuando lo haga, no voy a permitir que nadie decida por mí.

Me giré para mirarlo directamente. Había una especie de vulnerabilidad en sus ojos que nunca había notado antes, como si él también estuviera cargando con el peso de secretos demasiado pesados para soportar solo.

—Te ayudaré —respondió, dando un paso hacia mí—. No tienes que hacerlo sola.

Por un momento, nuestras miradas se encontraron y sentí algo más profundo entre nosotros. No era solo el vínculo de una amistad o incluso el afecto que había comenzado a surgir entre nosotros. Era algo más oscuro, más peligroso, pero también innegablemente poderoso. Estábamos unidos por algo que iba más allá de lo personal. Era el destino, el poder, la lucha por lo que estaba por venir.

—Hay algo más que debes saber, Hannah —dijo de repente, su voz bajando ligeramente—. Los vampiros más antiguos, los que se oponen a ti… no se detendrán ante nada para evitar que tomes el trono. Harán cualquier cosa. Y algunos de ellos están más cerca de lo que piensas.

Sentí un escalofrío recorrerme. Las palabras de mi tía volvían a mí, esa advertencia sobre aquellos que se esconden tras una máscara. ¿Cuántas personas en mi vida eran realmente lo que decían ser? ¿Cuántos de ellos habían estado esperando a que me descubriera, solo para hacerme caer?

—¿Quiénes son? —pregunté, manteniendo mi voz firme.
Taehyung suspiró.
—Todavía no lo sé todo, pero hay un consejo oculto de vampiros antiguos, una élite que se ha mantenido en las sombras durante siglos. Algunos de ellos están en tu universidad, observando, esperando el momento

adecuado para atacar. Son extremadamente poderosos, pero tu linaje los supera. Y por eso eres una amenaza.
La mención de la universidad me golpeó más fuerte de lo que esperaba. Había vivido esos últimos años creyendo que era un lugar seguro, un refugio de la vida complicada de mi familia. Pero ahora, ni siquiera podía confiar en eso. ¿Quiénes de mis compañeros eran parte de este oscuro mundo, esperando el momento de revelarse?

—No te preocupes, no te dejaré sola en esto —me dijo, acercándose más—. Pero debes tener cuidado. A partir de ahora, confía en muy pocas personas. Esto es más grande de lo que parece.

Asentí, sintiendo cómo mi resolución crecía. Si iba a enfrentar lo que venía, lo haría con los ojos abiertos y con la determinación de tomar el control de mi vida, de mi destino.

Miré una vez más hacia la tormenta que seguía rugiendo afuera, y en ese momento, supe que no importaba lo que viniera, no volvería a ser la Hannah que había sido hasta ahora. Ahora era algo más. Y estaba lista para lo que fuera necesario.




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