Eternal Night ~taehyung~

24

La tormenta seguía azotando la mansión, pero en lugar de sentir miedo, la adrenalina comenzaba a crecer en mí. Si tenía que enfrentar a esos vampiros antiguos, necesitaba prepararme. Y mi tía, aunque había sido distante, era la única que parecía tener el conocimiento y la experiencia que requería.

Al ver mi determinación, ella asintió lentamente, su expresión cambiando de desdén a algo que podría haber sido respeto.

—Si realmente estás lista para esto, entonces comienza hoy —dijo, su voz firme—. No hay tiempo que perder.

Mi corazón se aceleró al escuchar sus palabras. Aún no sabía qué significaría ese entrenamiento, pero estaba dispuesta a descubrirlo.

—¿Qué tengo que hacer? —pregunté, sintiendo que cada palabra traía consigo una mezcla de emoción y nerviosismo.

—Primero, necesitas comprender quién eres realmente. Tu linaje no solo te otorga poder, también te conecta a una historia que debes aprender a manejar. Vendrás conmigo al sótano —dijo, dirigiéndose hacia una puerta oculta que nunca había notado antes, al final del pasillo.
Me seguí tras ella, sintiendo un escalofrío recorrerme. La casa, aunque conocida, parecía oscura y amenazante a medida que nos adentrábamos en el sótano. Las paredes eran de piedra, frías al tacto, y la luz parpadeante de las antorchas apenas iluminaba el camino.

Cuando llegamos a la parte más profunda, me di cuenta de que el sótano no era simplemente un espacio de almacenamiento. Había libros antiguos, armaduras y objetos de artefactos que parecían tener siglos de antigüedad. Todo eso resonaba con la historia de mi linaje.

—Este lugar es sagrado para nuestra familia —explicó mi tía, su voz reverberando en el aire pesado—. Aquí es donde guardamos nuestro legado. Debes aprender lo que hay en estos libros. Cada uno de ellos te enseñará sobre nuestra historia, sobre las habilidades que tienes y cómo usarlas.

Mientras observaba los estantes llenos de volúmenes polvorientos, el miedo se transformó en curiosidad. Sentía que cada libro contenía una parte de mí misma que aún no había descubierto.

—¿Por dónde empezamos? —pregunté, entusiasmada y nerviosa al mismo tiempo.

Mi tía me llevó a un viejo libro de cuero desgastado, y al abrirlo, el aroma a papel envejecido me envolvió. Las páginas estaban llenas de ilustraciones y textos en un lenguaje antiguo, pero había algunas palabras que podía reconocer.

—Este es el Libro de la Sangre —dijo, señalando una ilustración de un árbol genealógico. Mi corazón se aceleró al ver que mi nombre figuraba en él, en la parte superior, conectada a ancestros que se remontaban a los primeros vampiros. Un poder inmenso parecía emanar de esa página.

—Debes entender que ser una vampira de sangre pura significa que tienes habilidades innatas —continuó—. Cada habilidad puede ser cultivada, pero necesitarás disciplina y concentración.

Con un gesto, me hizo señal para que me sentara. Ella tomó un par de velas y las encendió, creando una atmósfera que se sentía casi ritualística.

—Empezaremos con lo básico: la meditación y la conexión con tu esencia vampírica. Necesitas aprender a controlar tu poder antes de que se vuelva incontrolable. La ira, el miedo, la ansiedad pueden desatar fuerzas que no comprendes —dijo, su tono grave.

Me concentré, intentando calmar mi mente. Cerré los ojos y traté de dejar atrás todas mis preocupaciones. La voz de mi tía resonaba en mi mente, y poco a poco, sentí cómo una energía suave comenzaba a fluir dentro de mí. Era como si pudiera sentir el pulso de mi linaje, el latido de mis ancestros en cada parte de mí.

—Eso es, Hannah. Conéctate con esa energía —me instó—. Siente el poder que corre por tus venas.

Mientras me concentraba, imágenes comenzaron a inundar mi mente: paisajes antiguos, batallas entre vampiros, la historia de aquellos que habían llegado antes que yo. Era un legado de lucha y resistencia, de poder y dolor. Pero, sobre todo, era un recordatorio de que yo era parte de algo mucho más grande.

Un calor comenzó a acumularse en mi interior, y con cada respiración, sentí que la energía se intensificaba. Era un poder que nunca había sentido antes, y aunque me aterrorizaba, también me emocionaba.

Abrí los ojos y vi a mi tía observándome con atención.

—Bien, eso es un buen comienzo. Ahora, quiero que intentes canalizar esa energía —dijo, su voz más suave, pero aún llena de autoridad—. Concédele forma. Imagina que puedes crear una esfera de luz con tu poder.

Concentrándome, extendí mis manos frente a mí, visualizando la energía que había sentido fluir dentro de mí. Cerré los ojos nuevamente, imaginando la esfera. Pude sentirla tomando forma, una pequeña chispa de luz que crecía con cada latido de mi corazón.

—Eso es, Hannah. Ahora, abre los ojos y muéstrame lo que has creado.

Abrí los ojos lentamente, y en mis manos brillaba una esfera luminosa, pulsante con energía. Era pequeña, pero resplandecía intensamente, iluminando el sótano con una luz suave.

—¡Increíble! —exclamó mi tía, una sonrisa orgullosa en su rostro—. Eres más poderosa de lo que pensabas. Pero esto es solo el comienzo.

El aliento me faltó, y no podía evitar sonreír. Nunca había experimentado algo así, y el reconocimiento de mi tía me llenaba de un nuevo propósito. Era hora de aprender, de dominar mis habilidades, y de prepararme para lo que vendría.

—Ahora, debemos profundizar en las otras habilidades que posees —continuó, y su tono se volvió más serio—. Necesitarás aprender a defenderte, a luchar y a utilizar tu poder en su máximo esplendor.

El brillo de la esfera en mis manos me dio una sensación de esperanza. La tormenta afuera seguía rugiendo, pero dentro de mí había comenzado una nueva tormenta: la de mi verdadero ser, lista para enfrentar lo que fuera necesario. La emperatriz vampírica que habitaba en mí comenzaba a despertar, y sabía que no iba a dejar que nadie me detuviera.




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