Eternal nights saga

Tensión y emociones

Noah no pudo decirle nada a Kai, sobre haberle enconetrado besando a Selene, ya que él mismo sabía que cada vez estaba más lejos de Mihaela. Y eso le dolía profundamente, pero no podía mentirse a sí mismo. Sabía que sentía una fuerte atracción por Selene y que le gustaba tocarla y besarla. La confusión y el conflicto interno lo consumían, dejándolo sin palabras.

Mihaela, Kai, Noah, Selene y el clan de las brujas estaban cada vez más cerca de llegar al castillo del clan Sangre Nocturna. Decidieron quedarse a pasar la noche en una aldea cercana al castillo. La pequeña aldea estaba tranquila, con las luces de las velas, de las casas parpadeando suavemente en la oscuridad.

Noah, agotado por el viaje y los recientes eventos, se fue a descansar. Kai y Mihaela, por su parte, se dirigieron a alimentarse, buscando saciar su sed de sangre. Las brujas, cansadas del viaje, también se retiraron a descansar, buscando recuperar fuerzas para el día siguiente.

Selene, viendo otra vez, la oportunidad, decidió aprovechar el momento. Con pasos silenciosos, se dirigió a la habitación de Noah. Abrió la puerta con cuidado y se deslizó dentro, acercándose a la cama donde Noah dormía. Sin hacer ruido, se subió encima de él y comenzó a besarle suavemente.

Noah, medio dormido, sintió los labios de Selene sobre los suyos. Al principio, intentó resistirse, pero la familiaridad y el deseo lo vencieron. Se dejó llevar por el momento, correspondiendo a los besos de Selene con creciente pasión.

La habitación estaba sumida en una penumbra suave, apenas iluminada por la tenue luz de la luna que se filtraba por las cortinas. Noah y Selene estaban besándose con desesperación. En la habitación solo se escuchaba el sonido de sus besos. Ninguno de los dos decía nada, no hacía falta.

Noah le quitó a Selene la bata de seda que le cubría el cuerpo, mientras le besaba el hombro. Luego acarició sus senos desnudos y la volvió a besar. Para luego juntar su cuerpo en el de ella y así llevarse por la pasión de la noche. Los gemidos de Noah se perdían en la boca de Selene. Los dos se movían como si fueran uno solo.

Durante la noche, se entregaron el uno al otro con mucha intensidad. Los cuerpos se movían al ritmo de un deseo ardiente.

En algún momento de la noche, Selene se detuvo, acariciando el rostro de Noah con ternura.

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La mañana siguiente llegó y Selene dormía en el pecho de Noah. Noah abrió los ojos y se separó de Selene con cuidado, para levantarse y comenzar a vestirse. Selene se despertó y, de un salto, abrazó a Noah dándole un beso, algo que a Noah le sorprendió.

—Buenos días, Noah —dijo Selene con una sonrisa coqueta—. Eres mío, ¿sabes? Ahora estamos juntos.

Noah la miró con ternura, acariciando su rostro.

—Sí, Selene, estamos juntos —confirmó Noah antes de besarla suavemente, para tumbarla otra vez en la cama y hacerla suya.

Aunque Noah amaba a Mihaela, estaba dolido con ella por haberse acostado con Kai y besarlo más veces después. Necesitaba a alguien que lo amara solo a él, sin estar confundida como lo estaba Mihaela.

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Noah y Selene salieron de la habitación, sus manos entrelazadas. Al cruzar el pasillo, se encontraron con Mihaela, quien los observó en silencio. Aunque su corazón se encogió al verlos juntos, no dijo nada. Simplemente les dedicó una mirada y siguió su camino.

Mihaela salió del hostal y se encontró con Kai, quien estaba cruzado de brazos, esperándola. Al verla, soltó un suspiro y se acercó.

—Mihaela, tenemos que hablar —dijo Kai con seriedad.

Mihaela asintió, sintiendo el peso de las palabras que estaban por venir.

—Vi a Noah y a Selene besándose en el bosque, cuando veníamos de caminando —continuó Kai—. No quiero que te sientas mal por esto. Noah está buscando consuelo, igual que tú deberías hacerlo. Déjate llevar por el momento, como él lo hace con Selene.

Mihaela bajó la mirada, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio. Kai tenía razón; había estado aferrándose al dolor y la confusión durante demasiado tiempo.

—Tal vez tengas razón, Kai —respondió Mihaela, levantando la vista para encontrarse con sus ojos—. Es hora de que deje de sentirme mal y empiece a vivir el momento.

Kai sonrió y le ofreció su mano.

—Vamos, tenemos un largo camino por delante.

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Noah se acercó a Mihaela, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que tenía que hablar con ella sobre su relación con Selene, aunque temía su reacción. Mihaela lo miró con una mezcla de curiosidad y tristeza.

—Mihaela, necesito hablar contigo —dijo Noah, tratando de mantener la calma.

Mihaela asintió, preparándose para lo que estaba por venir.

—Selene y yo... hemos decidido estar juntos —continuó Noah, observando cada reacción en el rostro de Mihaela.

Ella lo escuchó en silencio, guardándose su orgullo y tragándose las ganas de llorar. Con una voz temblorosa pero firme, le dio la enhorabuena.

—Espero que seas muy feliz con Selene, Noah —dijo Mihaela, forzando una sonrisa—. Yo intentaré ser feliz con Kai.

Las palabras de Mihaela golpearon a Noah como un puñal. Los celos se apoderaron de él, pero fingió una sonrisa y también la felicitó.

—Gracias, Mihaela. Espero que tú también seas feliz con Kai —respondió Noah, aunque su corazón se retorcía de dolor.

Ambos se miraron por un momento, conscientes de la distancia que ahora los separaba. Sin más palabras, se dieron la vuelta y siguieron caminos diferentes, cada uno intentando encontrar su propia felicidad en medio del caos.

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Seraphina, la bruja del clan que acompañaba a Mihaela, Noah, Kai y Selene al castillo del clan Sangre Nocturna, no pudo evitar escuchar la conversación entre Noah y Mihaela. Intrigada y preocupada por su amiga, se acercó a Mihaela una vez que Noah se alejó.

—Mihaela, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó Seraphina, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz.




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