Prólogo

Daelyn Nigth

La primera vez que vi a las sombras moverse, pensé que era un truco de mi mente. Un juego de luces. Un error.

La segunda vez, supe que no estaba loca.

Las sombras no deberían moverse por su cuenta. No deberían susurrar mi nombre. Y definitivamente no deberían alargarse hacia mí como si quisieran atraparme.

Me llamo Daelyn, y hasta hace poco, mi vida era bastante común. Escuela, exámenes, dramas adolescentes… lo normal. Pero todo eso cambió la noche en que una sombra intentó devorarme y una luz imposible me envolvió para salvarme.

Fue entonces cuando entendí que el mundo no era lo que yo creía.

Existen Sombristas y Luminaristas. Dos bandos enfrentados en una guerra que nadie más parece ver. Uno controla la oscuridad, el otro, la luz. Pero en esta historia no hay héroes ni villanos, solo secretos enterrados, traiciones y un conflicto que se ha prolongado por siglos.

Y yo… yo no pertenezco a ninguno de los dos.

Soy una anomalía. Un error en el equilibrio. Y eso significa que ambos bandos me quieren fuera del tablero.

No pedí estar en medio de esta guerra. No quiero formar parte de su lucha. Pero el problema de la verdad es que, una vez la descubres, es imposible mirar hacia otro lado.

Ahora tengo dos opciones: elegir un bando o esperar a que ambos intenten destruirme.

Y, sinceramente, ninguna de las dos me convence demasiado.