🍃Entre Lazos Ocultos y Destellos de Magia 🌿
Kieran D'Lorien
La tarde caía suavemente sobre el claro donde Daelyn y yo solíamos entrenar. El sol, en su descenso, teñía el cielo de tonos anaranjados y rosados, creando un ambiente sereno y pacífico. Observé a Daelyn mientras practicaba controlar su fuego violeta, su rostro reflejaba concentración y determinación.
—Recuerda, no es solo cuestión de poder, sino de armonía con la naturaleza —le aconsejé, intentando guiarla para que su magia fluyera con mayor naturalidad.
Ella asintió, cerrando los ojos y respirando profundamente. Una suave brisa comenzó a rodearla, mezclándose con las chispas violetas que emanaban de sus manos. Era un espectáculo hipnótico, una danza entre el viento y el fuego.
De repente, una risa familiar rompió la tranquilidad del momento. Emily apareció entre los árboles, llevando consigo una canasta de picnic y una sonrisa traviesa.
—¡Sorpresa! —exclamó—. Pensé que podrían necesitar un descanso.
Daelyn abrió los ojos y sonrió al ver a su amiga.
—Emily, siempre sabes cuándo aparecer.
Emily colocó la canasta en el suelo y comenzó a sacar bocadillos y bebidas.
—Bueno, alguien tiene que asegurarse de que no se maten de tanto entrenar.
Me acerqué, agradecido por la interrupción. La presencia de Emily siempre traía una energía refrescante al grupo.
—Gracias, Emily. Un descanso suena perfecto.
Mientras nos sentábamos a disfrutar del improvisado picnic, noté que Emily me observaba de reojo, como si quisiera decir algo pero dudara en hacerlo. Finalmente, después de unos momentos de silencio, se aclaró la garganta y habló.
—Kieran, he estado pensando en... bueno, en todo esto. —Hizo un gesto que abarcaba el claro, la magia y a nosotros—. Y creo que es hora de que acepte lo que está sucediendo.
La miré, intrigado.
—¿A qué te refieres exactamente?
Ella tomó una profunda respiración, sus ojos encontrando los míos.
—Al lazo que compartimos. Al vínculo que se ha formado entre nosotros. Al principio, me asustaba y lo rechazaba, pero ahora... creo que es parte de algo más grande.
Sentí una calidez en mi pecho ante sus palabras. El lazo de impregnación era un vínculo profundo y sagrado entre los nuestros, y que Emily, una humana, lo aceptara, significaba más de lo que las palabras podían expresar.
—Emily, no tienes idea de lo que esto significa para mí —dije suavemente—. Prometo que siempre estaré a tu lado, protegiéndote y apoyándote.
Ella sonrió, y en ese momento, supe que habíamos dado un paso importante en nuestra relación.
Daelyn, que había estado observando en silencio, intervino.
—Me alegra ver que finalmente se han sincerado el uno con el otro. Este lazo los hará más fuertes.
Asentí, reconociendo la sabiduría en sus palabras.
—Tienes razón, Daelyn. Y juntos, podremos enfrentar cualquier desafío que se nos presente.
Mientras el sol se ocultaba en el horizonte, dejando paso a la noche, sentí que, a pesar de las incertidumbres y peligros que nos aguardaban, estábamos más unidos que nunca. Y con la aceptación de Emily del lazo que compartíamos, sabía que nuestra fuerza como grupo solo crecería.
🌿 Revelaciones y Confesiones 🌿
La tarde se deslizaba suavemente hacia el ocaso mientras Emily y yo caminábamos por el sendero que bordeaba el bosque. El canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas creaban una sinfonía natural que siempre había encontrado reconfortante. Sin embargo, hoy, una inquietud latente me acompañaba, una que sabía debía enfrentar.
—Emily —comencé, deteniéndome junto a un roble centenario—, hay algo que necesito compartir contigo.
Ella giró hacia mí, sus ojos reflejando curiosidad y una pizca de preocupación.
—¿De qué se trata, Kieran?
Tomé una profunda respiración, buscando las palabras adecuadas.
—Mi naturaleza... es diferente a la tuya. Poseo habilidades que van más allá de lo común.
Sus cejas se alzaron ligeramente, pero permaneció en silencio, instándome a continuar.
—Puedo manipular la naturaleza a mi antojo —expliqué, extendiendo una mano hacia una flor cercana, que floreció instantáneamente bajo mi influencia—. También tengo la capacidad de alterar los cinco sentidos y mover objetos sin tocarlos.
Emily observó la flor, luego me miró, sus ojos brillando con una mezcla de asombro y algo más profundo.
—Lo sospechaba —dijo finalmente, su voz suave—. Siempre supe que había algo especial en ti.
Una oleada de alivio me recorrió, pero también una nueva inquietud.
—¿Esto te asusta?
Ella negó con la cabeza, dando un paso más cerca.
—No, Kieran. Me fascina. Y... —dudó un instante antes de continuar—, creo que me he enamorado de ti, con todo lo que eres.
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Editado: 05.03.2025