Evil

• El bosque •

Poco a poco Ariana abrió sus ojos encontrándose en un lugar desconocido para ella, estaba lleno de árboles, se levantó del suelo y empezó a recordar lo que había pasado.

— ¿Daniela?... ¿Álex, Sebastián? AAH, ay, tanto susto por una rama. —  De repente sintió que había más en aquel lugar. — No preguntes, no preguntes, que esa pregunta siempre acaba mal, no es nada, solo una pesadilla...

Antes de que siguiera convenciendose de que era solo una... Pesadilla, cogió una rama de la tierra y siguió avanzando, hasta que escuchó un grito detrás suyo, por instinto también gritó y empezó a correr hasta que sintió tropezarse con algo y un peso encima suyo, entonces una luz empezó a alumbrar viéndose a un auto policial.

— EH, ustedes ¿qué hacen ahí? Un momento ¿ustedes no son...? ¿Los chicos desaparecidos?— Mencionó el policía con la linterna.

— Daniela, me estás aplastando.

— Oh, lo siento Ari.

— ¿Sabes? Tú también me aplastas — Dijo Álex dirigiéndose a Sebastián.

— Perdón.

— Suban al auto, sus padres están preocupados por ustedes.

— ¿Mis padres? Imposible.

— Tú debes ser Daniela ¿verdad? Vamos suban.

— Un momento, cómo sabemos que son policías de verdad.

— ¿Esto ayuda? — El policía enseñó una placa que, efectivamente, afirmaba que era un policía.

Los cuatro se suben al auto. Al llegar a la comisaría ven a sus padres, sentados, los ojos fijos en el suelo, pareciendo preocupados. 

— ¡Ariana!

— ¡Oh, Daniela!

— ¡Álex!

— ¡Sebastián!

— ¿Dónde han estado? — Dicen todos los padres a la vez.

— Esto es nuevo — Susurra Daniela.

— Voy a morir.

— Eres Álex muerto.

— No te excluyas.

— No lo hago.

— Los encontramos en el bosque Live. — Informó el policía.

— Oh chicos, aunque esto no es nada nuevo, de verdad nos preocupamos. — Dijo la madre de Álex.

— Un momento... Mamá ¿no estás molesta?

— Por qué lo estaría, habéis hecho peores cosas, os han expulsado del colegio numerosas veces, pero repito aunque no es nuevo nos preocupamos al ver que no llegaban, aún sin avisarnos.

— Ya son más de las nueve de la noche, deberían volver a casa. — Sugirió el policía.

— Sobre eso, pasa que el auto en el que todos vinimos se ha quedado sin gasolina y no hemos encontrado una cerca, además no tenemos a nadie a quién llamar y los autos pedidos por apps no quieren venir hasta aquí.

— Ese si es un problema, un compañero acaba de llevarse el auto, yo tengo que quedarme, hoy no vuelvo a casa, en ese caso pueden quedarse hasta mañana.

— Muchas gracias.

— Por aquí.

— Ustedes pueden pasar ahí y ustedes pueden pasar la noche aquí, buenas noches.

Salió del lugar apagando las luces.

— ¿Alguien me puede decir por  qué nos dejó a los cuatro juntos en una celda y a nuestros padres en otra que estás a más de un metro creo?

— No sé, pero la reacción de mis padres no era normal. 

— Ya, el punto es que ya estamos aquí ¿no?

— ¿Qué se refería con expulsiones numerosas?

— Quién sabe, da igual, tengo frío.

— Cómo no vas a tenerlo Dani, si estás con shorts y polo manga corta.

— Tú estás casi igual.

Y era verdad, Ariana llevaba una falda short y una blusa, todo color azul marino.

 — Encima no tengo mi mochila, seguirá en tu casa.

— Sí, supongo.

Al final el sueño acabó venciéndolos.

A la mañana siguiente se despertaron gracias a los llamados de sus padres.

— CHICOS ¡CHICOS!

— Cinco minutos más... Tuve un sueño tan raro... No fue un sueño ¿Ariana?

— En la noche gritó, pensábamos que había visto algo pero al parecer era un sueño y sigue durmiendo.

— Alguien tendrá que despertarla ¿no?

— ¿Un balde de agua servirá?

— Ya estoy despierta.

— Sí, una pena.

— ¿Qué hora es?

— Las seis.

— Vamos chicos, hora de ir al colegio.

— Sus mochilas ya las enviaron al colegio, ¡vamos!

Ellos  subieron al auto estacionado al frente de la comisaría y llegaron a su destino.

— Alto,  ¿por qué vamos todos juntos? — Preguntó Daniela antes de bajar.

— ¿Cómo que por qué? Ustedes son amigos ¿lo olvidan?

— ¿Amigos? — Dijeron los cuatro chicos a la vez.

— Sí, ¿cómo les llamaban en el colegio?...  Ah, ¡ya lo tengo! Bad, oh, ya tengo que irme, que tengan un lindo día.

Bajaron del auto.

— Cómo que bad, eso no es ¿malo" en español?

— Sí es raro, bueno que más da, si somos los "Bad" entonces actuemos como tal.

— ¿Se volvió loco? 

— Déjalo Daniela, déjalo, vamos.

Se acercaron a Álex, pues el ya había empezado a caminar.

Cuando los estudiantes los vieron empezaron a susurrar "¿Has oído? Dicen que ayer literalmente desaparecieron y lo encontraron en el bosque" "¿No habían desaparecido?" 

Al pasar, si habían estudiantes en la zona empezaban a dispersarse, algunos los miraban con miedo, hasta que llegaron al aula.

— Bueno, esta imagen tampoco está mal ¿no?

— No Álex, esto no está bien.

— Relájate Ariana, ¿por qué no disfrutas que ya no eres la nerd eh?

— Ariana tiene razón Álex, no estamos donde deberíamos, ¿no te parece? nosotros nunca fuimos populares y menos malos.

De repente una chica se acerca a la mesa de Daniela.

— Ay pero a quién tenemos aquí, ¿has perdido tus colores oscuros Dani? Me pregunto desde cuando usas ropa de color claro, a decir verdad no te queda, creo que me tienes envidia y has cambiado tu paleta de colores.

"¿Amy?" Pensó Ariana.

— ¿Sabes? Un diamante no tiene envidia de una piedra.

"Amy debería aprender de la vez pasada que se ganó un golpe de los cuatro Bad"

— Eres patética Daniela.

— ¿A sí? — Le dió un golpe en la mejilla. — ¿Quién es la patética ahora?



#5673 en Thriller
#3080 en Misterio
#1367 en Paranormal

En el texto hay: misterio, suspenso, paranormal

Editado: 19.08.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.