En el estadio, la tensión era palpable mientras el equipo local se acercaba al final del partido con una ventaja de tan solo un gol. Los aficionados se encuentran de pie, gritando y animando a su respectivo equipo. Los locales presionando a su equipo para que mantenga la ventaja hasta el último segundo del partido.
El equipo visitante se encuentra en la línea de gol, desesperado por anotar y quedar al menos empatados. La defensa local se esfuerza al máximo, y el portero local se luce con increíbles atajadas. manteniendo la portería imbatible.
Cada jugada es crucial y el tiempo se agota rápidamente. El público se encuentra al borde de sus asientos, con el corazón latiendo con fuerza en anticipación al resultado.
Finalmente.
El árbitro hizo sonar su silbato, anunciando el final del partido. El estadio estalla en júbilo. El equipo local ha logrado defender su ventaja y asegurar la victoria. Los jugadores se abrazan en el campo, agotados pero felices, celebrando su triunfo con gritos llenos de alegría. Los aficionados vitorean y aplauden, emocionados por la victoria del equipo. Es una tarde inolvidable para todos, Mila y sus amigos se apresuran a bajar de las gradas y correr hasta donde se encuentra el resto del grupo, los jugadores y las animadoras celebran y se mojan extasiados.
Las reciben con sonrisas y abrazos cariñosos. No hay forma de que el momento sea mejor.
...
– ¡Ganamos, chicas! –exclamó un eufórico Mario entrando a los vestuarios y ver a las chicas juntas.
Mila y Miranda sonríen de vuelta, mirando al chico perderse en el pasillo hacia las duchas.
– ¡Al fin podremos relajarnos! –expresa Paulina con entusiasmo.
– Ahora volverás a ser una chica normal –murmura Miranda con burla.
Y vaya que tenía razón. De todas las chicas del grupo, a quien menos veían en temporadas de juego era a Paulina, ser la capitana de las porristas tiene sus cosas buenas... fiestas infinitas, saltarse clases y ser la favorita de todo el instituto, por no mencionar que es el ejemplo a seguir de las chicas de primero y el crush inalcanzable de la mitad de chicos del insti... y de otros institutos también. Pero también tiene sus cosas pesadas, el precio a pagar es trabajar el doble después de la temporada para pasar los exámenes, mantener notas perfectas y ser parte de clubes extraescolares, mantener la imagen perfecta para representar al colegio, lidiar con un grupo de chicas medio problemáticas y asegurarse de ganar las competencias de porristas mientras le dan el soporte adecuado al equipo de fútbol.
Pero lo más triste de todo... no poder ver a sus amigas o salir con ellas porque apenas le queda tiempo de respirar entre tanta responsabilidad.
– Al menos por un par de días, hasta que tenga que ser cliente frecuente de la biblioteca de nuevo –respondió con diversión– déjame disfrutar la libertad al menos esta noche. ¿Van a ir a la fiesta, cierto?
Ambas chicas se miraron por un momento, con tantas cosas en mente por las que podrían decir que no pueden ir a la fiesta. Fiesta que se repite después de cada juego importante, fiesta a la que van los miembros del equipo, las porristas, los chicos adinerados y los populares del instituto... fiesta a la que ellas han asistido desde que llegaron al colegio, por ser amigas de los protagonistas de dicha celebración.
Y tras meditarlo, llegaron a la misma conclusión de siempre... no pueden decir que no, a la fiesta más esperada del año.
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Para nadie es un secreto que el lugar perfecto para la mejor fiesta del año, siempre será la casa del mejor portero que el pueblo ha visto en varias generaciones. Su pequeña mansión se encuentra en la cima de la colina, rodeada de naturaleza y lejos de curiosos... después de todo pertenece al alcalde del pueblo.
Naturaleza por doquier, elegancia, una alberca de ensueño y una decoración que grita "dinero y poder" por donde quiera que se mire.
Definitivamente el lugar perfecto para que un montón de chicos de preparatoria se diviertan a lo grande.
Estar rodeada de sus amigos hace que Mila se sienta tranquila con el ambiente lleno de ruido, música movida y alcohol por todas partes. En otra situación, definitivamente saldría corriendo directo a su casa, pero en este momento se encuentra en la que podría denominarse como su segundo hogar... al menos en temporada de exámenes.
El alcalde está acostumbrado a recibir al enorme grupo de estudiantes revoltosos en su casa cada dos por tres, y no puede ser más feliz por tenerlos allí haciendo ruido. Tras la muerte de su esposa hace seis años en un accidente en carretera, tenía miedo de que su amado hijo Tyler se hundiera en depresión ante la tristeza y el dolor.
Por suerte las personas de su querido pueblo siempre han sido buenas, y su hijo tenía la suerte de haber cultivado las amistades más sinceras y bellas que pudo observar al ver a ese grupo de niños crecer junto a él y cuidarlo tanto.
– Desearía que mis padres se entusiasmaran tanto como tu padre cuando les hablo sobre las fiestas... –bromeó Naya, mirando junto a Tyler a su grupo de amigos divertirse en la alberca.
–Él siempre será el mejor padre del mundo –respondió de acuerdo con ella.
La música de fondo se encontraba hasta el momento a un volumen bajo, ya que solo se encontraban sus amigos esa tarde.
La verdadera fiesta del año comenzaría en un par de horas y su casa se vería llena por medio instituto y un tanto de otros colegios. Todos aman sus fiestas, siempre son las mejores.
–Sus padres... ¿No han comentado nada sobre lo que está pasando con los enfermos? –inquirió Marcos, el defensa del equipo.
El resto de chicos y chicas se les unieron al escuchar su pregunta, todos curiosos y en parte angustiados... no pudieron evitar observar al único punto de información real que tenían cerca... Mila.
Quién, tras dejar salir un suspiro resignado respondió– Hacen lo que pueden para mantenerlos con vida, pero incluso con toda la investigación que hicieron tras la muerte de mi madre... no tienen claro qué es lo que los enferma, ni porque deteriora sus cuerpos tan rápido. Papá no quiere asustarme ni preocuparme con ese tema, pero es evidente que cada día duerme menos intentando agotar todas las posibilidades... intentando evitar que alguien más muera... como mamá.