Evil from the Shadow

Capítulo 9

ESPECIAL 1

—¿Estás seguro de que la encontraste? –exigió con la ira tiñendo su voz. Tanto como para notarlo del otro lado de la línea.

—Absolutamente. Es imposible no encontrarla, su energía es demasiado potente como para ignorarla… y es bastante popular –respondió con un toque de desagrado.

Estaba seguro de que había encontrado el lugar perfecto para observar a Mila, y para ocultarse de las ruidosas chicas del equipo de porristas.

—Si su energía es un desastre, significa que sus poderes se han presentado y que no ha recibido entrenamiento. Ocultar su estela es lo primero que les enseñan a esos brujos –está claro que no puede ocultar su desagrado…—Eso significa que es un buen momento para acercarte a ella y terminar el trabajo.

—Lo sé, podría recitar tus palabras exactas de tanto escucharlas –murmuró con fastidio.

—No debes olvidar que esto es lo que tu madre quería…

Dejó de prestarle a tención a sus palabras cuando la responsable de su discusión, entró en su campo de visión.

—Lo sé, lo sé… escucha, debo irme el objetivo se mueve.

—No olvides tu entrenamiento –sentenció el hombre en la línea.

—No te defraudaré… padre. –colgó sin esperar respuesta y sin despegar sus ojos de Mila.

Ella no puede verlo. No tiene idea de que está siendo observada.

La mirada de Malik se ensombreció cuando sus ojos captaron a su persona menos favorita.

No pudo evitar notar la forma en que Mateo se mantiene alerta, observando a todos lados, como si estuviera en busca de algún peligro. Aunque en realidad es justo lo que es.

Mateo mantiene la guardia arriba desde que “hablaron” en el bosque. Desafortunadamente, amenazarlo no salió como desearía. El estúpido brujito no mostraba signo alguno de miedo hacía él y lo que le reventaba en cambio era, que no se había alejado ni dos centímetros de Mila y no le había permitido acercarse a ella en dos semanas.

Sintió la sangre arder en sus venas cuando las miradas de ambos se encontraron.

El eclipse más importante de su vida estaba literalmente a la vuelta de la esquina y él, no había conseguido tocarle un solo cabello a la chica por culpa de ese tipo.

Patético.

—Maldito perro faldero –espetó con rabia.

No le sorprende en absoluto que pudiera encontrarlo, Mateo tiene poderes y energía fuertes, era solo cuestión de tiempo que diera con su escondite.

Pero debe aceptar, que en realidad esperaba poder ocultarse ahí un poco más de tiempo. Al menos el suficiente para poder encontrar una ventana de oportunidad que le permitiera ir por la chica… sin su escolta personal. Debía actuar con rapidez antes de que su padre perdiera la paciencia y mandara a alguien más, o peor aún, que decidiera venir personalmente a realizar el trabajo que le fue asignado.

Estaba comenzando a desesperarse por lo que sentía al estar con ella. La sensación de familiaridad lo abrumaba más de lo que había esperado.

Sabía muy bien que algo pasaba en su interior cuando estaban cerca, podía sentirlo. Estaba ahí, a medio camino de la necesidad cruda de reconocimiento y el deseo ardiente de hacer explotar todo a su alrededor. Su tranquila y bien planeada vida parecía complicarse un poco más cada minuto, y la sensación protectora que sentía por su enemigo no le estaba poniendo las cosas más sencillas.

En su corta vida, había pasado el tiempo suficiente cerca de los humanos, como para haber aprendido a pasar desapercibido por ellos. Conocía perfectamente los puntos ciegos dentro del instinto humano, y desde pequeño le habían enseñado a aprovecharse de ellos.

Aunque en el fondo de su ser, sentía que no debía hacerlo, no tenía otra alternativa, era lo normal para su gente, lo que su padre le enseñó… lo que su madre habría querido que aprendiera.

Lastimosamente, eso no lo hizo sentir mejor… nunca. Lo que básicamente se traduce en un chico viviendo en dos mundos diferente, sin sentirse parte de ninguno de ellos.

Pasó la mitad de su vida en su aldea sintiéndose un paria por ser tan débil, como para necesitar cuidados especiales, y la otra mitad en la sociedad humana, sintiéndose un fenómeno por ser tan diferente.

Era como si se encontrara atorado justo en el medio de algo más grande que él.

Su cuerpo era un completo enigma para todos, pero evitaban decirlo… al menos en voz alta y frente a su cara.

Pero él lo sabía muy bien, lo había sabido desde que era muy pequeño, era diferente. Su cuerpo no procesaba bien la forma de alimentación de su aldea, sin importar cuanto lo intentara no consiguió obtener nada más que una enfermedad estomacal, porque al parecer, su cuerpo no estaba diseñado para algo así.

Y aunque sí era capaz de procesar la comida humana, existían ciertos detalles que lo hacían diferente a aquella raza inferior, él era mucho más fuerte, no dormía de noche, y tenía los sentidos mucho más agudos que los humanos. Por no mencionar su dominio de ciertas áreas que en la sociedad mundana son considerados como magia negra y ocultismo.

En resumen, no se sentía ni de aquí, ni de ahí. Solo estaba en el centro de algo que no terminaba de comprender.




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