Ewiges Blut

Nostalgia

Sol sonríe con sus mejillas llenas de Nutella mientras come galletas de vainilla, mamá intenta limpiarla, pero ella se baja de la silla y empieza a correr alrededor de la mesa mientras grita qué es Flash pero en versión niña, cansada mi progenitora deja el pañito a un lado y empieza a beber su café, yo opto por seguir comiendo mi cereal mientras pienso en la fiesta que tendremos el fin de semana, por fin el invierno ha llegado y toca festejarlo. 
 


 

El sonido del timbre resuena y mamá camina hacia la puerta, no logro ver quien es, pero la pose rígida que toma me hace entender que algo malo pasa y eso queda reafirmado al ver a mi madre caer de rodillas, mostrándome de cara a los dos Marines que están en la entrada. "PAPÁ" es lo único que pienso mientras corro junto a mi madre quien está llorando mientras abraza una bandera. No, no, no esto no puede estar pasando, no mi papá, no mi superhéroe.》
 


 

La vida es una aventura, eso solía decir mi padre, era su oración favorita. Cada vez que lo mencionaba yo sonreía mientras lo llamaba loco y refutaba ¿Qué Aventura iba a ser el tener que ir a la escuela cada día y luego tener que hacer tareas? 
En cambio, mi madre era de las que creía fielmente que cada amanecer traía su problema y si al atardecer este no se había solucionado ¿Era en realidad un problema y tenía solución?
 


 

La vida es un misterio decían ambos, hoy estamos aquí, mañana tal vez no, hoy sonreímos, mañana lloramos. "Recuerda Sámara por cada sonrisa que tienes, 7 lágrimas deben caer" la existencia no es justa. 
 


 

Caminar ya no se me hace tan divertido, no es lo mismo sin la charla matutina de mi padre. Él creía que gozaba de hacer ejercicio cuando en realidad el gozo era por tenerlo a mi lado. Tomar el sol en el Jardín perdió sentido sin la caricia de mi madre y sus anécdotas divertidas. Observar la luna solo me llena de nostalgia, al cerrar los ojos puedo imaginar a mi hermana decirme: "estás dejando de brillar, Mara". 
 


 

Y en momentos así es donde sus palabras cobran vida. Nunca me había puesto a reflexionar en ellas, nunca las analice hasta que el destino rudo y cruel me hizo hacerlo. Yo sonreía cada día, amaba vivir, amaba lo que tenía y el universo poco a poco me acumuló las lágrimas que no derrame, lágrimas que hoy está pidiendo que pague con intereses. Cuánto desearía haberlas pagado a cuotas mínimas, llorar por un corazón roto, por un examen reprobado, por una caída de las escaleras, cualquier cosa me parece sencillo, factible y bizarro en este momento. No me importaba si debía llorar un año con tal de no sentir este dolor en mi pecho, este sentimiento que quema, desgarra y desangra mi alma.
 


 

Intento avanzar cada día y mi corazón grita qué no tiene sentido disfrutar si no puedo hacerlo junto a ellos, si no puedo ver sus ojos iluminarse ni admirar su sonrisa y lo más doloroso es que no los perdí, me los arrebataron.
 


 

Mis ojos rojos por el llanto se mezclan con el carmesí que desborda la venganza, el odio y la rabia que llevan siendo mis fieles compañeros en esta desesperanza me hace querer dormir sin jamás despertar. Perdona y olvida, puedo escuchar esa voz lejana repitiéndomelo y es un buen consejo, pero no es muy práctico si somos sinceros. Cuando alguien te hiere deseas herirle aún peor, deseas que sufra, que pague por sus culpas, que sienta la miseria, que llore sangre y es lo que llevo planeando desde hace un año, hacerle saber a esa persona que nunca debió lastimar a la familia de Sámara De' Ath Russo.
 


•••
Hace una hora los vi marcharse, después de las palabras de Zamiel no intenté más ir con ellos, no quería entrar allí y desencadenar recuerdos de tiempos mejores que jamás volveran. Ahora mientras camino por la Villa la siento vacía y si bien es cierto que varios cazadores están vigilando y las tropas están desplegadas, también lo es el hecho de que muchos han caído en esta lucha interminable que no pidieron y parece que no los dejara en paz. Algunos nacieron o fueron convertidos cuando la guerra iniciaba, vieron desmoronar a su familia, perdieron a sus padres, amigos y hermanos, muchos tuvieron que matarlos con sus propias manos cuando esto se convirtió en un "Eres tu o soy yo" cuando los bandos a los que pertenecían eran distintos.

La guerra Eterna como la apodaron muchos inició aproximadamente hace 20 años cuando un grupo de Vampiros decidió que era momento de posarse en la cima de la cadena alimenticia y reclamar lo que según creían les pertenecía por derecho. Esto sin embargo iba en contra de todo lo que la sociedad de los hijos de la noche creía y lo que los regia : Sólo alimentarse de animales o en su defecto Bancos de sangre, pero estos querían más, deseaban beber la sangre directamente del portador: El humano.

Así nació por supuesto: das Dorf des Mondes o La Villa de la luna, un grupo de selectos vampiros que se encargan de mantener el orden y luchar contra los renegados.

Sería bonito decir que pocos vampiros se unieron a los planes siniestros que los renegados tenían, pero sería mentira y absolutamente estúpido el creerlo. El grupo fue encontrando Aliados con el pasar del tiempo, seres que abandonaron sus ideales milenarias por arriesgarse a un poco de aventura y libertinaje. Incluso uno de los familiares más cercanos de Zamiel y Aspen lo hizo y la herida que dejó en ese par de niños es irreparable. Recordar su historia me estremece, me duele e invade de ira, nunca creí que podía detestar a alguien así como lo hago con...

Fuertes sonidos provenientes del interior de la Villa me hacen salir de la ensoñación. No es nada normal, parecen gritos y golpes y al escuchar la sirena ser activada me doy cuenta que lo impensable esta pasando: La Villa esta siendo atacada y las tropas no están.

-Mierda- Corro lo mas rápido posible, porque se muy bien que la mayoría son novatos, pero eso no los detendrá para defender su hogar.




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