“Estamos ante un despliegue desafiante a la autoridad-decía la reportera-las siete banderas que se han desplegado en los edificios más importante de la ciudad con una sola palabra: ECENT, han conmocionado a todos; pero quiénes son esos Excent que ahora se adueñan de Ciudad Capital”.
Las sirenas de la policía se escuchaban pasar por las calles hacia los edificios en donde en siete idiomas diferentes se escribía en grandes letras EXCENT. Sofía veía a las personas detenerse y con sus celulares tomar fotos de los bomberos que desenganchaban las grandes pancartas y una joven dijo:
De hecho de un tiempo acá la ciudad se veía atacada por estos sujetos conocidos como Excent. Según algunos decían por las redes, eran parte de la gran Elite que dominaba al mundo, otros decían que era una nueva tribu urbana y las ideas sobre el tema llovía; habían foros, chat especializados y toda una gama de artilugios que ahora eran la moda del momento: se habían hecho camisetas muy increíbles por cierto que tenían la palabra Excent o solo Ex, cuadernos, carteras, pulseras; la gama era variada y todo con un cierto dejo de exclusividad que encantaba a los jóvenes de entre 14 a 35 años.
Sofía veía todo como una especie de fiebre de moda y que esos sujetos, sea quienes sean solo deseaban llamar la atención como lo sucedido el 4 de Julio en las fiestas patrias, unos drones se apoderaron de la plaza pública y dieron un espectáculo de luces a todo el mundo; o la orquesta sinfónica que se presentó en el Hogar de ancianos y dio un concierto exclusivo para ellos a nombre de los mentados Excent, lo cierto es que iban desde cosas extravagantes que cautivaban al mundo e involucraban a todos. Por su parte Sofía Morales tenía una reunión importante en la avenida Bulevar, en un café de la zona con Janik Baker. Janik, era divino, le encantaba y daría mucho por ser algo especial para él, estar en su círculo social ya era un lujo, se conocieron en la iglesia, el sitio neutral en donde no había diferencias económicas y en donde todos se trataban normal.
Frente a un capuchino y un dulce las cosas eran otras no podía ver el futuro en la espuma del capuchino, pero sí sabía el destino que le esperaba a este en pocos minutos y era: ser ingerido ávidamente por ella, fue en ese momento que Janik Baker habló y ella puso atención:
¿Pero? Alzo la miraba para ver el rostro hermoso de Janik y lo notó bastante contrariado, cosa rara, solo pudo decir:
¡Zas! no esperaba eso, sus ojos cafés se abrieron enormes y solo pudo preguntar:
Los Excent comprendían una edad entre los 18 a 30 años, eso se sabía, ricos hasta más no poder, con gustos bastante extravagantes y que se jactaban de quebrantar las leyes terrenales:
Ese tal Nahito era uno de ellos, joven 27 años y con talento para hacer arte en joyería, Sofía no podía creer lo que estaba oyendo y preguntó:
Janik tenía que explicar e intentó hacerlo:
¿Ceder? Ella solo veía sus ojos verdes mirándola y él le deslizo un papel con la cantidad que le pagarían:
¿Qué había dicho? ¿Sí? ¿En qué se estaba metiendo? Ni ella mismo lo sabía, pero estaría cerca de Janik y sería su mano derecha y…si tenía suerte: su novia, sonrió a lo tonto sin imaginar Sofía Morales que se estaba metiendo en el excéntrico mundo de los Excent.