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Capítulo 4.

El bosque alrededor del clan era basto, y con neblina de Nidia ni siquiera los más experimentados excursionistas se aventuraban a explorar en aquel bosque; puesto que la niebla alejaba a los humanos, pero no a los cazadores que bien sabían que los “dragones” vivían ahí. No sabían que eran capaces de transformarse en humanos, que en realidad ellos descienden de dragones y no son dragones.

Jacinda comprendía el gran valor de este secreto, era lo que hacía la diferencia entre la supervivencia y la aniquilación. En el mundo hay más clanes, pero por guerras y diferencias tontas estaban distanciados, solos. Ella sabía que Will jamás hablaría de aquel secreto y que alejaría a los cazadores de este lugar, al menos un tiempo ya que siempre volvían.

En el bosque mientras caminan por el bosque Cassian lleva la delantera, Jacinda está muy consciente que probablemente él conoce el bosque mejor que ella y ahora que miraba hacia alrededor se dio cuenta que no conocía esta parte del bosque, se encontraban llegando a un pequeño claro; ir en forma de drakis podía ser peligroso si había cazadores rondando; se detienen ante un muro de maleza enmarañada.

—Llegamos.

Anuncia Cassian mientras retira pieza a pieza el muro, dejando de lado las ramas espinosas para dejar a la vista una profunda cueva.  Jacinda entra y se impresiona de que dentro de dicha cueva ya hay provisiones, utensilios y equipamiento; era mas bien como un almacén.

Jacinda mira inquisitivamente a Cassian, el lo siente y simplemente se encoje de hombros.

—Nunca se sabe que pueda ocurrir.

Ella mira más de cerca, hay todo lo que un draki podría necesitar, en caso de que el clan colapsara, hay incluso piedras, comida. Todo.

—Veo que no soy la única en pensar abandonar el clan.

Dice Jacinda irritada, Cassian, se sonroja encogiéndose un poco, él que había ido por ella hasta chaparral quien le dijo, casi rogo por que volviera tenía un lugar en caso de tener que huir. Ahora Jacinda no estaba muy segura de conocer a Cassian del todo, no estaba segura de que si él realmente ha querido algún día ser líder del clan.

En una roca que parece lo suficiente cómoda se sienta Jacinda, al menos sentir un poco de aire fresco, intentaba calmar sus ánimos, la verdad conocer este lugar la hacia pensar que era mejor quedarse en casa.

—Estas enfadada. —Dice él mientras le pasa un refresco de cola. Figúrate, hasta refresco había en este lugar y como la cueva era fresca y húmeda la cueva el refresco se sentía frio y dulcemente liberador en ese momento. A Jacinda se le paso un poco el enfado con el refresco.

—Es solo que me he pasado gran parte de mi vida pensando que eres el heredero a…

—No es trono y no soy heredero de nada, se lo que piensas, todos los demás lo piensan y no es algo grato. Solo diré que no planeo nada más que guiar al clan por un mejor camino.

Jacinda miro a Cassian; de alguna manera se sentía ahora más conectada con él, no solamente por el vínculo, sino que comprendía como había sido orillado a hacer algo que se supone era lo correcto.

—Perdón. Quise pensar que eras igual a…

Jacinda quería decir igual a su padre, pero se abstuvo de dicho comentario.

—Mi padre lo sé.

Si, ella se empieza a sentir mucho peor así que mejor cambia de tema.

—¡Hey! Que buena esta la cola, ¿no crees?

Él solo alza una esquina de su boca, pero ella podía sentir la diversión y felicidad que el sentía también lo que extrañamente le hizo cosas en su corazón, lo que la asusto un poco por que solo lo había sentido una vez en Chaparral con otra persona.

Se quedaron en silencio un momento, Jacinda decide sentarse a lado de el en el suelo de la roca.

—Entonces ¿no te gusta la cola?

Cassian finalmente ríe un poco, una risa profunda y agradable.

—No te preocupes, se que necesitabas un poco de aire solo quise ayudarte un poco.

—Gracias, enserio.

Jacinda le sonrío a Cassian y sintió de nuevo esa punzada de felicidad por parte de él.

—Ya es tarde debemos irnos.

Dice él para la impresión de ella.

Jacinda asiente y se levanta rápidamente. Esto se sintió igual que en la torre aquella tarde que se besaron y parece que Cassian lo sintió igual cuando la miro a los ojos. Se aclaro la garganta y salieron de la cueva, ella espero pacientemente mientras él volvía cubrir la cueva.

De regreso tuvieron precaución de no ser vistos al pasar por el hueco del muro, que también cubrieron; Jacinda camino silenciosamente detrás de Cassian hasta que choco con su ancha y dura espalda, vaya que esta musculoso.

—Agáchate.

Le advirtió él mientras la empujaba hacia abajo rápidamente, entonces escucho los pasos, de los chicos que están de guardia esta noche, también escucho su plática.

—Yo digo que no son adecuados el uno para el otro. Es obvio que Jacinda se vinculó por la presión del momento. —Dijo la voz de Corbin.

—Si, eso no te lo niego digo era eso o cortar sus alas, yo hubiera preferido morir antes que dejar de volar. —Dijo Remy, un chico de quince años que pusieron a falta de más voluntarios para esta tontería del toque de queda.

—Tampoco lo puedo negar, pero demostrare que esos dos no tienen lo suficiente para estar juntos, te lo juro.

—Dime exactamente…

No supieron más ya que se alejaron, Cassian y Jacinda se miraron.

—¿Qué fue eso? —Susurro Jacinda a Cassian a lo que este respondió con un leve encogimiento de hombros.

Cassian sabía que Corbin se traía algo entre manos no sabía exactamente como, pero pretendía atacarle mediante su vinculo con Jacinda.

Se apresuraron a llegar a casa entrando por la puerta trasera se hizo un silencio incomodo cuando llegaron a la sala, igual que la noche que se vincularon se pusieron nerviosos por alguna razón.

—Deberíamos ir a dormir. —Dijo Jacinda.



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En el texto hay: romance, youngadult, drakis

Editado: 09.03.2021

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