Capítulo 5.

Por la mañana en casa de Jacinda y Cassian las cosas seguían tensas, comían en silencio lo que preparaban y limpiaban de la misma forma el resto del tiempo Cassian solía estar leyendo, viendo un poco de tele o encerrado en el cuarto de Tamra… bueno ahora técnicamente es su habitación, aún ninguno de los dos se acostumbraba a vivir uno junto al otro; y apenas llevaban dos días en la misma casa.

Al día siguiente Jacinda como en estos tres días salía ayudaba a preparar el desayuno, comían, limpiaban y se iban a sus quehaceres. La noche anterior Jacinda le pidió a Cassian que le ayudara a limpiar y ordenar la casa. Ella se encargaría de las habitaciones y el del resto de la casa. Jacinda no le gustaba lavar el baño, para ella era muy laborioso.

Durante los quehaceres, Jacinda de vez en cuando miraba a Cassian; y odiaba admitirlo, pero se quedaba mirando de más. Él estaba de espalda y que espalda, era musculosa incluso debajo de su playera, que se le pegaba como una segunda piel podía jurar como se movían sus músculos; más abajo se le marcaba en el pantalón sus musculosas piernas y si mirabas más ese cu…

—¿Qué pasa? ¿Necesitas algo?

—¡¿Qué?! Ammm… no solo, estoy en el baño, limpiándolo ya sabes.

Cassian le sonrío de lado y continuo con sus quehaceres mientras ella trataba de concentrarse. Bien le vio el culo a él, pero era su compañero ¿no? Podía hacerlo, era casi un deber…

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el hecho de que se resbalo rompió un frasco de algo y al tratar de parecer menos desastrosa se corto la palma de la mano. Bueno eso le enseño y le recordó que no debía tener pensamientos pecaminosos sobre su compañero; bueno era permitido, pero no debía, si, no debía.

Cassian fue rápidamente a donde Jacinda en el baño y la vio de rodillas junto a un frasco roto de algo cremoso además de una mano sangrante.

—¿Estas bien? Dejame mirar.

—Auch, solo me resbale y tire el frasco y me corte.

Cassian la mira inquisitivamente y niega con la cabeza. Le ayudo a levantarse e ir hacia el lavabo para lavarla.

—¿Tienes algún botiquín por aquí?

—Si, en la habitación de mi mamá. Debajo de su cama.

—Bien iré por él.

—Esta bien, Cassian solo la lavare un poco y estaré bien, somos drakis se curará rápido y estaré bien.

Cassian no dijo nada más, solo negó y se fue hacia la habitación de la madre de Jacinda por el botiquín. Mientras Jacinda estaba lavando la herida que no dejaba de sangrar, y ella empezaba a asustarse solo un poquito.

En la habitación de la madre de Jacinda, Cassian miro a su alrededor y se sintió acongojado, en su casa todo era… austero, Su madre había adornado un poco aquí y allá, pero con el tiempo, pese a que su padre era estricto con la limpieza y el orden la casa había perdido brillo, vida. Solo su hermana a veces iluminaba un poco su hogar, pero con el carácter de su padre todo se opacaba. Aquí en la habitación de los padres de Jacinda era diferente, se notaba el amor y cariño que se habían tenido; había fotos de ellos juntos, y de sus hijas además de ese toque femenino en las lámparas y los adornos de las paredes. Esto quiero, lo quiero con Jacinda, pensó. Él se despabilo y busco el botiquín rápidamente y regreso con Jacinda para tenderle la herida.

—Déjame ver.

Él sento a Jacinda en la tapa del inodoro; mientras se hincaba frente a ella y acerco su mano para revisarla y curarla, no quería pensar en lo que sintió y lo que pensó y se dedico enteramente en curar la herida de ella. Tal vez con una concentración un poco exagerada. Ella le miraba mientras lo hacía se dio cuenta de la perfilada que era su nariz; había dejado de sangrar su herida; ahora él le coloca un curita, de las que tenía su madre para cuando ella y su hermana se raspaban las rodillas, ella sonrío ante el gesto y el recuerdo; cuando el levanto la mirada ella noto ese bello purpura que casi era negro.

Se quedaron mirando el uno al otro intensamente, Cassian se acerco al rostro de Jacinda, ella pudo sentir la anticipación viniendo de él, por lo tanto, él pudo sentir lo nerviosa que esta, pero, sin embargo, ella no se movió solo se quedo ahí a la expectativa de lo que ocurriría.

Poco a poco ellos se fueron acercando, él elevo su mano hasta su rostro acariciando su mejilla mientras se acercaron más hasta que ocurrió lo que tenía que pasar.

Se besaron

La primera vez que se besaron fue una necesidad de tener cerca a alguien después de haber sido tratada como una paría, pero este beso fue diferente. Es dulce, rosando sus labios probando y saboreando, hasta que el beso se intensifico y ella de nuevo a saboreo la menta en la boca de él como en la torre. Hicieron un baile sensual con sus lenguas en el Jacinda se perdió, realmente se perdió en los labios de Cassian. Todos sus pensamientos se drenaron y lo único que hacía era sentir.

Conforme fue intensificando más el beso, se movieron, Cassian tiro el botiquín con todo su contenido Jacinda olvido por completo su herido y rodeo la cabeza él con sus brazos mientras se fueron acercando hacia la pared de la regadera, donde él recargo a ella que donde le rodeo con las piernas.

Jacinda hacía el aseo de su casa en shorts cortos y una playera, jadeo cuando Cassian le acaricio las piernas y él se impresiono de la suavidad de su piel; el beso se hizo desesperado, paso de ser dulce a una batalla de lengua y labios que excito a Jacinda. Definitivamente tenía las bragas mojadas y aunque Cassian no le había tocado nada más él definitivamente sintió la excitación de ella por el vínculo provocándole una erección en los pantalones. Los dos se sentían, de verdad lo hacían no solo a través del vínculo, sino que también a través de la ropa cuando la erección de él roso el centro de ella, y sintió a través del jodido vinculo la necesidad de él, de poseerla.

Ella quiso sostenerse de la pared a su derecha, no pensaba ya con claridad y si esto seguía…