Me gustan las canciones tristes,
Las manos frías.
Me gustan las historias rotas.
Me gusta mí dolor,
Crecí con él.
Es mi fiel compañía,
Desde que tengo memoria.
No reniego de él,
Al fin y al cabo,
me hacen quien soy.
Me acostumbré a que me usen
Y luego se marchen.
No conozco otra forma
de amor,
soy un juguete dañado.
Me deleitan las guitarras desafinadas.
Me gustan los cantos melancólicos,
llenos de tristeza.
Me hice amiga de mi tristeza,
es mi motor para escribir.
Quizás sería mucho más inútil
si ella no atravesara en mí.
No sé ser, sin ella en mí.