Me encuentro en un salón vacío, donde reinan el silencio y la soledad, las paredes Blanca a mi alrededor me observan sin parar, sin poder ver la luz del día, mi pequeña cama estrecha, pero cómoda, llevo cuatro años y medio encerrada en este lugar, diría que es como un laboratorio para gente extraña y poderosa el cual controlan mis padres no sé cómo soy físicamente tantos experimentos que fui sometida comencé a cambiar poco a poco lo único que tengo en mente y que me repiten siempre "No eres humana" sé que soy diferente puedo escuchar las voces de los otros experimentos que charlan o se divierten el patio el cual no puedo ver ni estar con ellos "soy letal, soy peligrosa, soy un arma" los únicos que conoce de mi existencia son mis padres y los malditos científicos. Muchas veces quiero despertar de esta pesadilla, pero es la realidad, como dije hace un momento mis padres son los dueños de este lugar así por ende soy el experimento 00 eso es lo que dice mi bata.
La puerta se abre lentamente y entra mi madre, claro si me puede llamar así - Hola hija mía, ¿Cómo amaneciste? - dice mientras se dirige hacia a mí - Diría que bien madre - le respondo con ironía ella voltea los ojos - Hoy saldrás al patio- solo escuchar eso mi corazón brinco espere la carcajada de mi madre la cual nunca llego, mi madre era la mujer más hermosa que he visto rubia, ojos azules y con una figura espectacular, esta deja la puerta abierta haciendo que la siga por inercia. Observó a mi alrededor las paredes Blanca me persiguen hay máquinas por todas partes y algo extraño que no alcance a ver, ya que me jalo al baño donde me mostré sorprendida por mi rostro ya no era la dulce niña de 10 años que habían metido con su cabello rubio, ojos verde y piel de porcelana ahora era completamente diferente el pasar del tiempo me convertí en una señorita de quince años mi cabello ahora era blanco igual que mis ojos parecía muerta una lágrima salió.
-Debes usar lentillas y un tinte para el cabello - dice mientras enrola pelo en su dedo
-Nadie puede verte con esos ojos, ni pueden saber que existe - asiento como niña pequeña la cual le dicen que no deben hacer nada, sé que este lugar se divide por colores
Azules: son los fuertes y magnetismo
Rojos: telepatía y ver las emociones con esto debo tener cuidado me avisa mi madre nadie debe sospechar de mi
Marrón: curación y telequinesis
Y por último yo, ojos blancos manejo los 4 elementos primarios fuego, aire, tierra, agua super fuerza, con vista mejorada y por último invisibilidad, ondas y telequinesis y todavía quería que tuviera más quiere que me vuelva un arma, al tener que ponerme las lentillas cambiaba un poco ahora tenía los ojos azules el pelo blanco y mi madre me había maquillado ahora parecía viva y me dio ropa de camuflaje, ahora si podía investigar el patio debía parecer sumisa en todo, los médicos y científicos de esta área me miraban con recelo y miedo eso me hacía gracia baje la cabeza para salir los rayos de sol me quemaron, pero hicieron que una sonrisa saliera había muchos niños de diferentes edades, estaturas y poderes unos me ignoraron otros me miraron me sentía extraña allí, no pertenecía aunque compartíamos poderes era excluida por diferente.
Mi cuerpo picaba por el sol, mis lentillas eran azules me mantenía serena y tranquila mientras observaba todo el patio, debía buscar mi manera de escapar de este lugar - Hola - una voz suena atrás mío haciendo que me desconcerté de mi plan volteo con el ceño fruncido y respondo -Hola - diría que fue él hola más seco del planeta intentaba decir aléjate y piérdete, pero esa persona claramente no entendía - ¿Eres nueva? ¿En qué habitación estás? ¿Número? ¿Quieres ser mi amiga? - decía muy rápido sus ojos eran rojos ella era un peligro negué con la cabeza y seguí investigando mi alrededor.