Extraña cercanía

CAPÍTULO 1

JAYDEN

Las temporadas de invierno suelen ser las mejores para mí, en el lugar donde vivo cae nieve constantemente. Los niños salen muy bien abrigados; guantes y bufandas para la temporada y por su puesto abrigos de lana. No hay mejor alegría que verlos hacer muñecos de nieve e incluso acostarse en el hielo.

Mamá se ha ido de viaje durante un año a trabajar para la empresa la cual le pidió que ella se hiciera cargo de ese lugar. No había otra opción de quedarme sola en casa a los cuidados de mí misma y la verdad que es un poco extraño el estar sola sin mamá. Normalmente una chica o un chico de mi edad pensaría en estar con su pareja, en familia, relajándose sin ningún problema, pero mi vida es cambio totalmente.

Llevo 5 años viviendo en Denver, Colorado, EE. UU, mamá quiso mudarse a este lugar ya que dijo que había posibilidades de trabajo, y sí que las hay, eso pensaba antes de que ella se fuera a otro sitio.

Existen cosas que engancharon aún más mi lado curioso de investigar este sitio. Es que hace 1 año, se escucha la noticia que han desaparecido varias chicas jóvenes, entre todas las cuidades de este país, y cabe recalcar que todas han sido hermosas, las chicas ideales que todos chicos desearían tener. He podido leer también que aún no se encuentra la causa de las desapariciones de aquellas. Es algo extraño, es como si la tierra se las tragara y no dejara rastro de ellas porque sus rostros son vistos un día y por las tardes o sea el momento que sea ya no están con nosotros.

Mamá cuando se enteró de esta noticia no me dejaba salir a ningún lado a menos que este en compañía de alguien, y como saben; mi madre tiene amistades y todas ellas son provenientes de Denver. Ella se ha hecho conocida gracias a las donaciones que ha dado a los niños de escasos recursos y yo la apoyo con todo aquello ya que es por una buena causa.

Bien, prosiguiendo con aquella amistad, es que la señora Amara —amiga de mi madre—tiene un hijo, y es Landon. Es un amor de persona con carácter fuerte, que no confía mucho en personas desconocidas, también es carismático así demuestre lo contrario. Él tiene sus virtudes y defectos que lo definen y hacen que sea único. Es como un hermano para mí, nuestra amistad aún perdura durante estos 5 años.

—Se supone que debo de estar en mi cama, abrigado y durmiendo —comenta mi amigo mientras caminamos a la preparatoria— no yendo a clases. ¿Quién va a la escuela tan temprano?

Siempre se queja cuando no duerme sus horas seguidas, es un rasgo de él que se pone de mal humor cuando le interrumpen sus horas de sueño.

A nuestro alrededor las casas he incluso los árboles están llenos de nieve y las veredas por donde estamos caminando igual.

—Buen punto, pero nosotros no tenemos la culpa y van solo las personas que quieren aprender.

—Vin sili lis pirsinis qui quierin iprindir —repite imitando mi voz.

Le doy un golpe en el hombro.

Él solo se ríe.

—Es la verdad, yo bien te dije para escoger el horario de tarde, pero no, la señorita quería de mañana.

Me mira mal y se cruza de brazos.

—Así te ahorras la tarde y tienes más tiempo —contrataco— el día se iría rápido, solo mira la mañana que de un momento a otro la hora se ve en un abrir y cerrar de ojos.

—Sigo en mi idea, nada me hará cambiar —habla indignado.

—Mira el lado bueno —levanto la mirada hacia arriba para dar con sus ojos— ya vamos a mitad de preparatoria y todo se habrá acabado.

Su mirada se vuelve pensativa y medio sonríe.

—Si, ya nos queda poco. Luego universidad.

El sonido de notificación de su celular suena y lo saca del bolsillo de su polera.

Mientras lo observo él sonríe a la pantalla y escribe unas cuantas palabras y luego lo guarda quedando con una sonrisa en el rostro.

—¿Qué? —pregunta cuando me atrapa viéndolo.

—Nada —niego con la cabeza.

—Ay por favor pecas, dime —insiste dándome un pequeño empujón con su hombro.

—Que tan enamorado te trae Brina para que sonrías así —manifiesto.

Mira al frente con las manos en la polera y se encoje de hombros.

—Me gusta, así de siempre.

—Ya lo veo.

—No estarás celosa, ¿verdad? —me mira con curiosidad entrecerrando los ojos.

Mis ojos se abrieron de la sorpresa.

—¡¿Qué?! —lo mire.

Una carcajada se escuchó de su parte.

—Es una broma pecas —se ríe— quería ver tu expresión.

Me cruzo de brazos y ahora yo soy la indignada.

—No es gracioso y no, no estoy celosa —miro de lado— tú sabes que yo no soy así.

—Ven —me abraza pasando su brazo por mi hombro cuando ve que me estoy poniendo nerviosa— es una broma. Mira tu rostro, pareces tomate.

 —Tus bromas no van conmigo —sigo con los brazos cruzados.

—Ya. Lo siento —se disculpa— no pasará otra vez —dicta—. ¿Amigos? —me mira con una sonrisa y a la vez extendiendo su mano para que la estreche.



#2501 en Thriller
#1330 en Misterio
#5306 en Fantasía

En el texto hay: pelirroja, misterio confucion, amigos nuevos

Editado: 28.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.