JAYDEN
Estuvimos segundos sosteniéndonos la mirada, nadie la apartaba, era algo así como una competencia, si alguno la retirara perdería. Sinceramente no sabía porque le sostenía la mirada, era una persona desconocida y algo extraño que me mirase a mí. Su mirada era intimidante, a esta distancia podía ver el color de sus ojos, eran grises como las nubes del cielo que anunciaban que llovería.
El color de su cabello era negro en sintonía con la noche, hacia juego con la polera negra que llevaba encima. Era muy alto, es como decir que es de la misma altura que Landon, pero aún se notaria que le ganaba por unos centímetros de más y su mandíbula la tenía definida.
Yo retiré la mirada primero, no podía seguirle mirando, era demasiado intimidante y lo que significa es que hoy había perdido, por lo que vi que dio una sonrisa de lado apenas visible.
Santo Dios.
Ahora miré a la chica, ella era alta también, pero no como su compañero. Era rubia, sus ojos zarcos como el cielo brillaban de emoción, tal vez era por estar aquí. Su cuerpo era delgado, dando énfasis a su cintura bien definida.
Pero es que ¡Dios! ¡Esos dos son perfectos!
El director se fue, y los dejó solos, por consiguiente, era que el profesor los iba a presentar o ellos mismo.
—Jóvenes —se dirigió hacia ellos de una manera amable— darle la bienvenida a esta preparatoria, espero se puedan adaptar y llevarse de forma armoniosa con todos. Sus nombres por favor —pidió el maestro.
—Gracias —respondieron los dos en forma de coro, y esta vez la chica manifestó con una sonrisa en sus labios al profesor.
—Claro.
Dio un paso adelante la rubia.
—Hola a todos, yo soy Becca —dijo sonriente, mostrando pequeños hoyuelos en cada lado de su mejilla, y a la vez haciendo gestos con la mano—es un gusto poder estudiar con ustedes, y acabar este año de la mejor manera posible. Otra cosita, este es mi hermano —vi que lo codeo para que reaccionara.
Espera, acaso dijo… ¿hermano?
Pero si no se parecen en nada, con las justas en altura, pero lo demás en nada.
—Hola —dijo él reaccionando y todavía con su rostro neutro— soy Sevan.
¿Eso fue todo? Su hermana me había simpatizado más, había socializado muy rápido y de una forma amable.
Una vez hicieron su presentación el profesor les dijo que se ubicaran en las mesas que habían traído para ellos.
Y claro, como son nuevos les dieron elección de sentarse en el lugar que quisiesen. Becca se sentó en uno de los asientos primerizos, a una mesa de la de Brina, y su hermano… pues, como lo explico, tuvo todo el salón para el elegir, pero no, él tuvo que elegir sentarse a un costado mío, haciendo que yo quedara en medio de Landon y él.
Valla momento.
La mañana se pasó en eso, toda la clase se quedaba mirando a los chicos nuevos, por mi parte yo hablando por medio de mensaje con Landon, me dijo que el chico para nada le simpatizaba, yo le dije que debe de ser por lo que está en un lugar nuevo y no sabe socializar, además no debemos de juzgar sin conocer y solo me respondió «tú como siempre.»
Mi amigo se fue a su lugar y Alicia regreso al suyo. Brina parecía una sanguijuela al lado de Landon no se separaba de él a menos que sea para ir al baño o cuando se iban cada uno a su casa.
Por momentos le daba una ojeadita al chico nuevo, sin que él se dé cuenta, claro.
¿Raro? Lo es.
—Chicos, escuchen —sonó el profesor una mano en la mesa— como saben, se acerca los días de exámenes, y en mi caso yo no tomo eso, lo hago mediante proyectos o investigaciones que ustedes tienen que hacer, ese será mi forma de evaluarlos, y por lo que decidí es que en grupos harán la investigación.
Se escuchaban como todos hablaban buscando con quien hacer, otros ya tenían definido su grupo y a otros se les hacía difícil buscar. Era un poco complicado cuando era en pareja si tu grupo de amigos pasaba de tres.
—No se alarmen —dijo con una carcajada— ya los he formado yo, así que, aquí va, presten atención —los compañeros murmuraron palabras por debajo dando realce a que no estaba de acuerdo con el profesor. Sacó una hoja que tenía en los cajones de la mesa y empezó a leer —la señorita Brina y la señorita Becca —y como siempre, oí que se quejó la primera— el joven Landon y la señorita Alicia —yo me quise reír por la reacción y el color de su rostro que se había tornado a un rojizo como su polera por el enfado— los siguientes son Jayden —aquí vamos, crucemos deditos para que sea alguien bueno— y Sevan —ay no, ¿por qué con él?, si apenas lo conozco.
Siguió hablando al profesor mientras yo miraba al pelinegro, él también me miró, pero enseguida apartó la miraba. Ninguna emoción
A la hora de terminar las clases, todos se dirigieron a la cafetería por algo caliente, no había nevado este día, menos mal, porque si no, no hubiéramos salido a ninguna parte.
La cafetería era un lugar acogedor y claro siempre con su aroma a café recién preparado. Nos sentamos Landon y yo en unos de los asientos que estaban más lejos que todos.