JAYDEN
—Pensándolo bien. ¿No te parece raro que ellos dos hayan entrado a una preparatoria a mitad de semana y por terminar un semestre? —inquirió el castaño ayudándome a poner los platos en la mesa.
Habían pasado 5 días desde la última vez con Sevan. En la preparatoria solo cuando era de hablar le dirigía la palabra y él a mí, con Becca muy poco mantengo una conversación, pero todo bien con ella.
En las horas libres él se iba con su hermana a la biblioteca y valla que si están interesados en buscar información.
Es fin de semana y Landon elige sábado o domingo para pasar un día conmigo. Eligió el primero porque el domingo saldría con su novia.
—Cualquiera puede hacerlo, tal vez tuvieron alguna emergencia de salir, negocios, trabajo, que se yo —le extendí un mantel y nos sentamos a comer.
—Le seguiré mirando de cerca.
Yo negué con la cabeza.
Comida caliente no faltaba en casa. La mesa estaba en medio del comedor y las ventanas completamente cerradas —por el frío que se sentía— mi casa no tenía calefacción como la de Sevan, pero si tenía una chimenea que me mantenía caliente todos los días.
SEVAN
Mudarnos a este nueva cuidad había sido todo un reto, adaptarnos a los nuevos cambios y tener en cuenta de que nadie descubra el secreto de nosotros.
Si, no somos como todas las personas normales que creen que son. Hay una pequeña diferencia que hace que seamos distintos con todos.
Los de nuestro grupo viven a base de sacrificios que se deben de hacer para poder sobrevivir, pero no es cualquier sacrificio. Hay ciertas reglas que se tienen que respetar.
Ya les iré contando.
Estas oblaciones se le rinden una especie de persona, una ninfa hermosa que habita entre los árboles del bosque, en un bosque donde todos tienen que ir cada cierto tiempo. Ese lugar era uno de los más hermosos que había conocido. Solo nosotros podíamos verlo.
Andamos de lugar en lugar, no tenemos uno en específico, porque necesitamos de aquellas personas para hacerlo.
Solo les diré que en el último sitio que estuvimos literalmente casi acabamos con todas las chicas.
Hace unos meses los demás chicos se habían adelantado en venir a Denver, y tenían presente a cuál preparatoria asistirían.
A Becca y a mi nos había tocado este sitio en particular, dijeron que nosotros seríamos pieza clave para que nadie sospeche de nosotros, tengo a una chica en la mira y poco a poco me ganaré su confianza.
—El amigo de Jayden está sospechando de ti lo sabes, ¿verdad? —informó Becca acercándose el sillón que estaba al frente mío.
Ese era otro jodido problema, desde que puse un pie en esa maldita preparatoria no ha hecho más que estar vigilando mis movimientos.
Tengo que despistarlo.
—Lo sé, y puede que me desquite con alguien que tengo en mente.
Se sorprendió y enseguida habló.
—Ah, no —negó con la cabeza— yo la tengo en la mira así que puedes ir consiguiéndote otra. Tienes que ser más precavido, no se… hablar con los demás, mantener una sonrisa, dejar ese semblante serio que tienes —se paró hacía la ventana— No podemos ser descubiertos, Sevan.
Dejé el libro en el sillón y me paré a su costado, también observando por la ventana como caía la nieve.
—Intentaré serlo, aunque tú sabes que eso no se me da. Mamá y papá no están y tengo que cuidar de ti, tú me llegas a faltar y desaparezco de este lugar, desaparezco de todo. Así que tú también ten cuidado —le exijo.
Giró su cuerpo y quedó en frente mío, le faltaba unos cuantos centímetros para que este a mi altura.
—Soy la supuesta chica alegre, ¿acaso no lo notas?, intento ser carismática todos los benditos días, ¿cuándo acabará esto? —preguntó.
—Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance. Necesitamos estar con vida.
Solo asintió con la cabeza y me abrazó. Descansado su cabeza en mi pecho la abrace porqur había momentos en donde se sentía tan vulnerable y a la vez con miedo. A pesar de que no me gusta abrazar ni que me den abrazos, ella es mi hermana y necesito que se sienta segura, quiero que se sienta que está protegida.
Teníamos que seguir con nuestro plan, Jayden está enterada de las desapariciones de las chicas y ahora quiere investigar más del tema, tengo de desviarla de ese, mostrarle otro.
El timbre de la casa sonó, alguien estaba detrás de está, a Jayden es la única que le he dicho y mostrado donde queda mi casa, así que deben de ser uno de los nuestros.
Efectivamente si eran cuando me asome más por la ventana.
—Viaje 5 horas solo para venir a verlos —bufó Neil ingresando a casa.
Si, ese era nuestro amigo.
—Hola Sevan, Becca. Un gusto volver a verlos —nos dio un beso en la mejilla, Amira— ya saben lo dramático que es Neil, no le hagan caso.