JAYDEN
—¿Vendrás al entrenamiento hoy? —me preguntó Landon.
El día de hoy tiene práctica de Hockey, quiere que lo valla a ver ya que no tengo otra clase luego de esta hora, pero no me apetece salir a otro lugar que no sea la cafetería ya que tengo frío, con decirles que por el apuro de llegar a la preparatoria me olvide de mi polera.
Así de distraída soy.
—¿No les hace frío entrenar a estas alturas? —le dije, mientras nos dirigíamos a la cafetería de la preparatoria, trataba de darme calor a mí misma cruzándome de brazos.
Nos sentamos.
—A ver me explico. Cuando te gusta algo, así haya impedimentos buscas miles de formas con tal de realizarlo porque te gusta, ¿sí? o ¿no? —enarcó una ceja y yo asentí— además, el Hockey surgió en invierno, las personas querían distraerse y lo crearon en tiempos de frío, siempre y cuando el espacio este cerrado, al aire libre no se puede.
—Claaaro, todo en tiempo de frío.
—A mi parecer naciste en ese tiempo.
Dejé de tomar la bebida y lo miré confundida.
—¿A qué te refieres?
—Nada, nada, algún día lo entenderás. Más bien ten —se sacó su polera y me la ofreció— he visto que desde ahora andas que tiemblas de frío —la tomé y me la puse, deslizándose rápidamente por mi cuerpo, ya que esta era grande para mi— solo una despistada se olvida de cosas importantes.
—Oye —le di un pequeño empujón en el hombro y el rio a carcajadas— salí rápido de casa porque iba a llegar tarde.
Él negaba con la cabeza mientras reía.
—Tendrás frío ahora y te vas a resfriar —me preocupé y empecé a sacarme mejor la polera.
—No, no. Quédatela —dijo rápidamente intentando que no me la saque— Tengo otra en mi casillero, la tengo ahí porque sé que a veces te olvidas de la tuya.
Lo mejor que alguien ha hecho por mí.
Landon tiene lindos detalles conmigo, no sé qué haría sin él ya que siempre se asegura que todo esté en equilibrio en mi vida.
—A veces pienso que me saque la lotería contigo —le digo sinceramente.
—Tremendo trofeo que tienes entonces —me guiñó un ojo.
Di una pequeña sonrisa.
Alrededor se escucha los pasos y las voces de todos. Este lugar suele ser acogedor porque todos están aquí y entran en calor. No había visto a Brina durante toda la mañana, hoy no teníamos clases juntas, pero me imagino que ya se habrá comunicado con él.
—Bueno, luego regreso —habló parándose de su lugar— no te muevas de aquí —me señaló.
—Como usted diga.
Se fue y me quedé aquí esperándolo.
Saben, últimamente había visto a Sevan observándome desde donde él se encontraba, sea el lugar que sea, a veces me daba miedo porque literalmente no lo conozco mucho y que alguien te observe intimida mucho. Landon desconfía de él, pero sigo diciendo que no puede juzgar a alguien por su apariencia, tiene que conocerlo para recién enjuiciar acerca de él.
Las bebidas calientes son las mejores, no hay día en donde no tome algo así, normalmente suelen ser café o tés. Mamá siempre me recomienda que es mejor el té antes que lo otro. No ha tenido tiempo de comunicarse conmigo, y la comprendo, una vez le dije que no se apure, que todo estaría bien por acá.
Estaba revisando mi móvil y escuché que jalaron la silla para sentarse, pensé que era Landon porque dijo que no tardaba.
—Pensé que ya no vendrí… —quedó en el aire las siguientes palabras cuando levanté la miraba hacia el chico que estaba al frente.
Era Sevan.
—¿Sorprendida? —preguntó cruzando los brazos en la mesa.
—No, solo pensé que eras Landon —volví la mirada hacia mi móvil—. ¿Qué haces aquí? Si más no recuerdo, solo hablamos para trabajos.
—Esta vez no. Quería molestar y me digne a venir, agradece eso.
—Uy que lindo —ironicé rodando los ojos— yo no te pedí que vinieras.
—Huy alguien amaneció agresiva —levantó las cejas y se recostó en la silla.
—Ja ja —reí sin sentir la más mínima emoción.
—Hablo enserio.
—Si, si, como tú digas.
Hubo un silencio entre los dos, había sido algo incómodo estar así, pero no entendí su tan extraña cercanía, hace días no era así.
—Sevan, tu hermana te está buscando —dijo una voz que no conocía, y esta provenía parecía que era de su amigo. Era nuevo porque nunca lo había visto. Tenía cabello color blanco levantado hacia arriba, ojos color cielo, y en su rostro se reflejaba una expresión juguetona y a la vez perversa.
Entonces su mirada la puso en mi: —Tu debes de ser Jayden, la pelirroja de esta preparatoria, ¿verdad?
Otro que sabía mi nombre.
—Si —comenté lo más resumido posible.
—Soy Neil, un gusto poder conocerte —me extendió la mano.