13 años antes.
En el Viejo faro todo era más hermoso. Ver el romper de las olas, sentir la sal del mar en tu piel, escuchar los últimos sonidos del Alba, el último pájaro cantar, y sobre todo ver el último rayo de sol ocultarse. Eso era lo hermoso de estar en aquel Faro, aunque después de este día nada volverá a ser igual, y toda mi atención está en ella
El cabello color chocolate de Grace se movía al ras del viento. Era raro que no le molestara como el cabello se pegaba a su rostro y en momentos se metía a su boca. Es extraño que ella se moleste por algo.
—Me iré — comente en voz baja analizando su rostro con detenimiento. La comisura de sus labios tembló un poco, pero en ningún momento volteo a mirarme.
—Cuando? — inhale profundo al ver el reflejo de sus ojos se cristalizarse.
—Mañana, estoy cumpliendo 18 Grace, no me puedo quedar más, antes de que pueda decir mi edad, ellas estarían corriéndome.
—Pero no tienes a donde ir, nunca has salido de aquí — sus ojos cafés llenos de lágrimas conectaron con las míos — ¿qué harás Nolan? Dime donde dormirás? ¿Cómo comerás? — la preocupación en su voz me brindaba calidez, pero no quería que se preocupara.
—Me llevare estos — alce la pequeña cesta de bombones que ella misma me preparo por mi cumpleaños. La puesta de sol desde el faro se veía triste Ahora, triste desde la primera lagrima que derramo.
—Eso es solo dulce, Nolan — aparte una lagrima de su mejilla y la atraje hacia mí.
—Volveré por ti — Afirme tomando su mano entre la mía — no te dejare aquí.
—Aún faltan tres años para que pueda irme — la tristeza en su voz me partía el corazón, no la quería triste. Ella era más que eso, ella era risas y sueños.
—No, Grace, por favor, no quiero que estés triste — me aleje tomando su rostro entre mis manos — yo volveré por ti, no me importa que se dentro de tres años, o diez. Volveré por ti. — me atreví a dejar un beso sobre sus labios. Sabía que esa su primer beso, y deseaba que lo recordara por el tiempo que nos separara, porque, aunque ella no lo vea ahora. Yo volvería por ella
Grace 9 años antes
Pero eso nunca ocurrió, el nunca volvió por mí, no pareció el día en que cumplí los 18 años, no vino por mí. Me dejó ilusionarme para luego caer.
—Ya lo tienes todo niña – suspiré hondo para no decirle un impropio a la mujer que se encargó de mi por tantos años.
—Si — bajé la pequeña maleta de la cama y salí de allí pasando por su lado. Esa mujer era el demonio.
—Espero no volver a verte querida — sonreí sin ganas al verla de viéndola.
—lo mismo espero — me dirigí a la puerta principal despidiéndose de todos en el camino.
—Graces! —me gire para atrapar a Theo en un abrazo. – Te voy a extrañar, vendrás a verme – mire a la mujer que venía siguiéndome los talones.
—Lo hare, lo prometo – dije apretando más el abrazo – y cuando cumplas 18 te irás conmigo – yo no era el, y nunca lo seria.
—Te esperaré – sonreí dejándolo en la suelo.
—lo es – Bese su mejilla alejándome para salir d aquel lugar.
No tenía a dónde ir, así que fui hacer lo que a todos en el orfanato nos recomiendan a salir. Cambiar de nombre.
Entre a las grandes oficina y luego d lo que pareció una eternidad me estaban atendiendo.
—Así que estás saliendo del sistema de acogida – Asentí Mostrando el carnet que allí nos daban, era como una inútil identificación. – bien, y dime por qué no quieres llamarte Grace, es un lindo nombre.
—Deseo comenzar de cero señor – este asintió en medio de una sonrisa.
—Todos quieren comenzar de cero – me extendió un libro – allí tienes muchos nombres y apellidos para escoger, puedes tomarte el tiempo que desees. – Asentí abriendo el libro y detallando cada nombre, al llegar a la “H” me detuve en el que más me gustó.
—Hope, Hope Williams – afirme entregándole el libro.
—Eres la que más rápido ha elegido, aunque el apellido es un poco americano – elegí el apellido por William Shakespeare, así que no me arrepentía— Pero icono soy nadie para juzgar así que ten – comento extendiéndome una hoja impresa.
—Llénala con los datos que te corresponde y luego bajas al primer piso, allí te sacarán una verdadera identificación. Y bienvenida al mundo real Hope – Asentí en agradecimiento. Este era el punto de partida, así que era hora de hacer de mi vida algo mejor, para mí y para Theo.