Fabrica De Bombones (editando)

Capítulo 1 Caperucita Roja.

Actualidad.

Mire por encima de mi hombre al asqueroso hombro que no dejaba de mirarme desde que llegó. Tenía exactamente tres horas allí sentado mirándome el trasero y eso me estaba haciendo sentir realmente asqueada.

—Hope, ve y atiende al caballero. — mire incrédula a mi jefe intentando tranquilizarme.

—Lavo platos, no atiendo clientes — expuse intentando que evitará a toda costa mandarme con ese hombre.

—Pero el caballero requiere de tus servicios. Desea que seas tu quien lo atienda, y el cliente siempre es importante. — comentó casual, como si aquellas palabras no tuvieran otro tras fondo.

— No soy una esa clase de mujer — espete dejando lo que estaba haciendo dándole la cara.

—Lo serás si eso hace a un cliente feliz. — no podía creer que el haya dicho eso. — o lo atiendes de la manera en la que él lo desee, o estás despedida. — respire hondo plantando mi mejor sonrisa en mi rostro.

—Esto es ridículo! — brame quitándome el delantal y yendo por mis cosas. Una mano se aferró a mi muñeca lastimando esa zona.

—Eres idiota, nadie contrataría a una ex salida del sistema. Para la gente ordinaria, los huérfanos no son más que Basura o Ex presidiarios.

—Prefiero ser Basura, a vender mi cuerpo por qué un idiota de pacotilla así lo desea—sentencié soltándose como pude y saliendo de aquel lugar.

Tres años, tres años gastados en ese infame lugar para nada. Mire mi pequeño reloj de muñeca viendo que era muy temprano, Theo haría preguntas y quería que se enfocará en sus exámenes de admisión, esto realmente no se podía poner peor.

Camine por las calles solitarias mirando a cada lugar que pasaba buscando algún cartel de que se buscaba personal. Solo necesitaba algo, algo que me ayudara a no llegar a casa y darle malas noticias a Theo.

—Quítese. — escuché que alguien decía, para luego sentir como me empujaban cayendo al suelo.

—Salvaje— murmuré limpiando mis manos de la nieve y viendo que una de mis rodillas estaba raspada.

—Le dije que se quitará —miré hacia arriba y un hombre allí de pie extendía la mano sin mirarme.

—Oh claro, como me dejó mucho tiempo para apartarme. — espete molesta. Esto era lo que le faltaba a mi vida. Bueno, mi vida siempre ha sido complicada, ponerle un poco más de emoción no traería nada malo. Pero esta no era la emoción que quería —además, no soy tan gorda como abarcar todo las acera, y Aparte decir ‘’Quítese’’ no es la manera correcta de Hablarle a Alguien. — Exclamé poniéndome de pie por mi propia cuenta.

— No es gorda, pero iba por todo el medio de la acera, Y hablo como se me dé la gana— su voz era cortante y con fastidio. Mire al hombre por primera vez, Unos fascinantes ojos grises me atraparon haciéndome temblar. Podía jurar que ya los había visto antes, me recordaban a él. Lo detallé por un momento y me estremecí nuevamente. La frialdad en aquellos ojos eran distintos al frío que había ahorita mismo en el ambiente. — Ahora si me disculpa — se giró con una elegancia digna de tal belleza.

—Si tanta arrogancia, combinará con ese lindo rostro — suspiré con pesadez y caminé de vuelta a casa, al parecer no día si se podía poner cada vez peor.

Al entrar al viejo edificio, me estremecí observando mi reloj, 9:50pm normalmente llegaba a 12am Theo sabría que algo malo había pasado, eso era inevitable.

Subí las escaleras más desanimada que nunca. Como haría para encontrar un trabajo. En algo tenía razón mi horroroso ex Jefe, los salidos del sistema de acogida son tratados como Basura, y no era nuestra culpa haber salido de esos lugares a los 18, por eso hice todo lo posible para que Theo tuviera una buena educación.

Sentí mi pecho contraerse y mi respiración fallar al entender el peso de todo esto, quise llorar y gritar, pero debía de estar bien, para Theo, todo era por él. Al llegar a nuestro piso antes de entrar a la casa respiré profundo, puse mi mejor sonrisa salida de comercial y abrí la puerta siendo recibida por un olor exquisito.

—Hola, Hope — se acercó Theo abrazándome dejándome caer en su pecho. No sé en qué momento mi 1.70 mts quedo por debajo de él, pero en este momento me alegraba, podía refugiarme en él. —¿qué te trajo tan temprano a casa? ¿Sucedió algo malo? — me separé de él fijándome en sus ojos turquesas he intentado apaciguar mis lágrimas con mi mejor sonrisa que ya estaba sediendo ante la tristeza.

—Me despidieron — susurré intentando calmar mis emociones— bueno, la verdad fue que me fui de allí — me sincera dejándome caer en el viejo eh incómodo sillón.

— ¿Que te hicieron? — pregunto poniéndose de cuclillas frente a mi — que te hizo irte, te conozco, Hope, sé que tuvo que ser algo realmente malo para que lo dejarás— respire hondo contándole lo sucedido. — es un hombre vil y asqueroso.

—No hables de esa manera, Theo — le regañe poniéndome de pie.

— ¿Te lastimo? — me giré de vuelta hacia él y este miraba mi pierna, negué al ver que era la herida que me había causado el arrogante y frío hombre guapo de hace algunos minutos.

—Esto sucedió gracias a la nieve, casa vez está más resbaladiza y me caí. No es nada Theo — asegure yendo a la pequeña cocina —¿cómo te fue en el examen?

—Sobre eso. Necesitamos hablar, Hope — mi corazón latió a mil por horas, el tono que utilizo ante eso no me gustaba.

—No dejaras la escuela verdad? — pregunté antes de que el pudiera decir cualquier cosa. — Todo lo que quiero es… todo lo que quiero es que termines la escuela.

—No, Hope, respira por favor, no voy a abandonar la escuela — dijo este riéndose un poco. Sentí mi pulso normalizarse al igual que mis nervios — Me dieron la beca completa — cuando pensé que mi susto había pasado, mi respiración se atascó al oírle decir eso. — Me dieron la beca en la universidad de Ginebra— volvió a afirmar haciendo que soltara un chillido fuerte.

—Theodore Williams, no es una de tus bromas ¿verdad? —lo señale casi que saltando de la alegría. este negó sonriéndome en complicidad.




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