Se efectuó el aterrizaje sin por menores.
En la entrada había un auto de la compañía esperándolos para llevarlos a la mansión.
Durante la travesía hacia la mansión se escuchaban risitas complices y balbuceos en murmullo.
Pues después de los jueguitos en el avión y la podré chica se negaba a salir de la cabina del piloto.
Los tres jóvenes se reían y Alessia le preguntaba a Fabricio de cuando se había dado cuenta de era un juego.
-Fabricio respondía entre risas cuando la tomaste del pelo ese no es tu comportamiento habitual.
-Bueno así se da de ejemplo y la próxima que se atreva a pasarse de lista pues ya sabe a qué atenerse.
-Ahhh eso sí lo de no ser una cornuda si era cierto.
-Bueno, bueno hablaba don Gabriel que les pasa a ustedes que son todas esas risas.
-Papa no es nada solo contábamos chistes.
Llegamos a la mansión salieron don Piero y doña Antonella muy emocionados de volver a ver su amigo.
-Hola, Gabriel como estás, espero que el viaje no fuera pesado.
Lo saludaban Piero y Antonella así como las mucamas y la Nana.
-Recuerdas a mi hija Alessia.
-Alessia pequeña que alegría verte. Dulzura.
-Les decía la abuela muy emocionada llevándola del brazo hacia adentro en la gran casa.
-Quieren jugo y pastel.
-Bueno papá, toma su medicamento un pequeño refrigerio le sentaría bien.
-Quedemos en la sala ya que afuera empieza hacer frío.
-Doña Antonella llevaba a Alessia de brazos aún.
-Entonces dijo para ustedes chicos hay capuchinos con pastel.
-Si abuela, pero serías tan amable y me devuelves a mi novia.
Fabricio tomo la mano de Alessia y la acerco a él la tomo por la cintura y la presento formalmente.
-Abuelo, Abuela, tíos, Alessia es mi prometida y nos casamos el próximo fin de semana. ¡¡Claro!! Si Luisa entrega a tiempo los anillos.
-Fabricio es cierto eso. Ahhh, cariño.
-Felicidades. Decían los abuelos.
-Señorita, joven felicidades. Será un gusto servirla señorita.
Decían las mucamas y la Nana.
Los abuelos estaban felices y don Gabriel también.
-A qué hora es la cita de Gabriel en la clínica.
-Abuelo, hablaba Julio ya la confirme mientras veníamos en camino es a las nueve de la mañana.
Cenaron, tomaron café y compartieron un rato agradable.
Ahora a dormir que hay que madrugar.
-Julio a tu habitación, Fabricio despídete de tu novia, Gabriel y Alessia comparten habitación.
-Listo, Hasta mañana.
-Al la mañana siguiente muy temprano todos se encontraban en el comedor.
Mientras Julio trataba de organizar la agenda del día.
-Fabricio, Gabriel y Alessia van a la consulta en la clínica. Llevan el auto de Fabricio.
-Abuelo usted y yo nos vamos en la limosina.
-Julio adelantate con el abogado.
Salieron cada uno a sus compromisos.
En el hospital no hubieron filas ni papeleo, ya los esperaban y estaban preparados.
-Señor Gabriel como está usted. Lo saludaba un joven vestido con una gabacha y presentándose como el medico asignado.
-Muy bien joven. Esta es mi hija y su novio.
-Un gusto pasen, pasen.
La oficina del doctor era muy linda blanca y muebles de madera decorada de forma muy moderada.
-Bueno jóvenes, don Gabriel pasará la mayoría parte del tiempo en pruebas y examenes.
-Si ustedes gustan pueden dejar a don Gabriel él queda en exelentes manos nosotros los llamaremos y los mantendremos informados.
-Bien, gracias.
-Adios papá, vendremos más tarde.
Mientras Alessia y Fabricio iban a las ofinas centrales del Emporio en busca de Julio y Zury.
Llegan al gran edificio y Alessia estaba sorprendida de la majestuosidad del lugar.
Fabricio la abrazo acercándola a él y tomándola de la cintura.
Las chicas que trabajaban en las diferentes áreas miraban aquel cariñoso gestó y se asombraban pues no era un comportamiento normal en él.
-Cariño el es Zury el abogado, Zury ella es Alessia mi prometida.
-Zury es mi abogado personal y de confianza.
-En serio señor Fabricio, digo Fabricio.
-Claro que si lo eres. Julio....
-Yo le expliqué Fabricio en serio que lo intente.
-Bueno, bueno listo.
-Julio estás listo y Zury traer lo que ocupes, laptop, libros vamos a trabajar fuera.
-Ya están las reservaciones en aquel restaurant.
-Todo listo decía Julio nos esperan en veinte minutos.
-Perfecto vamos.
Antes de salir fueron a saludar al abuelo y darle detalles sobre su amigo Gabriel.
Afuera los esperaba la limosina y rápidamente llegaron al lugar.
Era un pequeño restaurant muy bonito con algunas mesas un poco discretas.
-Buenas Fabricio, la misma mesa. Le coqueteo una camarera muy insinuante.
-Fabricio se limito a decir que sí. Al mismo tiempo que acercaba a Alessia a su cuerpo.
-Sigeme Fabricio tu mesa está lista, Julio como estás. Invitados.
Llegan a la mesa y se le pide discreción y Fabricio dijo que no se nos interrumpe vamos a trabajar.
-Como digan que les traigo,
-Primero almorzamos y luego trabajamos les parece.
Y lo hicieron de esa forma al retirar los platos Alessia ya estaba molesta con la camarera.
-Les traigo lo de siempre Fabricio.
Alessia tocó el brazo de Fabricio y dijo yo me encargo amor.
-Señorita sirvanos capuchinos sin azúcar, uno con vainilla, otro con menta, y dos con canela y nuez moscada.
-Chicos pay de manzana, y canolis más tarde, así está bien mi amor.
-Y señorita cuando se dirija a mi prometido que sea como señor Belucci.
-Si, disculpe señorita pero Fabricio y yo nos conocemos...
-Ahhhh, si señorita se conocían pero ahora es el señor Belucci.
-Si, disculpe señorita como usted diga. Les traeré su pedido.
La mesera se retiró que le salía chispas de lo enojada que iba.No volvió a molestar.
-Fabricio siempre será así.