Prólogo

A veces siento que mi vida es una mierda, ni siquiera siento la motivación de seguir con ella. Dicen que los padres son  quienes te alientan para seguir  tu vida pero los míos no existían.  

Los conocidos que tenía siempre comentaban la suerte que tuvieron  de tener una adolescencia maravillosa, mientras que yo tuve la mala suerte de chocarme con una mujer diferente al resto. 

Annie  era  hermosa por fuera tenía un cuerpo delgado y  cualquier prenda que usaba se le marcaba sus sexys curvas  que enamoraba a cualquier chico, pero ella  sabía  como manipular a los demás para lograr lo que ella quería.

 Con solo ver su tierna carita triste, ya caías en su juego.

 Dentro del instituto siempre le gusto ser el centro de atención y todo el mundo la consideraba "la  reina". Lo que más le gustaba era tener a todos a su alrededor,  intentando una y otra vez para conquistarla  pero nunca fue de enamorarse siempre salía  con un chico por un tiempo .

Jamás comprendí ¿Por qué era así ? Culpa de eso , ella misma se ganó el título  de chica fácil.  
Mis amigos del secundario, siempre me  advirtiron sobré  esa niña,  no querían verme triste  pero  para mí,  ella  era especial y siempre  senti que la amaba. Aún recuerdo el  día que la conocí,  fue en la fiesta de Danna cuando teníamos 16 años.  

Yo mismo, le prometí estar juntos . Pero aún asi, no fue como lo planeamos. A ella no le importaba  y me era infiel cuando  salia con sus amigas,  eso me destrozaba . 

Cuando  fue solo  mia , en un momento logré que me amará pero poco a poco todo cambio. Para que ella me amará, tuve que adaptarme a sus locuras, pensé que eso estaba bien porque la veía felíz.

Pero con el tiempo me di cuenta que ella no me amaba  y terminamos llendo por rumbos diferentes.  Mis amigos me  ayudaron para no caer en la depresión, siempre  me decían : 

— lo que sientes, es normal, se que te duele pero es producto de la separación, solo debes distraerte— 

Estaba tranquilo porque sabía que nunca fui infiel sino que  ella se enamoró de  otra persona, pero está bien.

En estos momentos de mi vida, todo había cambiado y me encontraba en Corea del Sur, viviendo en mi antigua ciudad natal que era Seúl. 

Mi vida se había vuelto normal, sin lujos pero con una deuda que pagar, por años había dejado de salir con mi ex novia y empeze a enfocarme en mis proyectos.  De esa forma encontré al segundo amor de mi vida.  

Actualmente era  un adulto de 23 años alquilando en una pensión.  

El lugar era amplio con una gran vista a la ciudad , decidi mudarme a  ese lugar porque estaba seguro de que no necesitaba muchas cosas para sobrevivir. 

En mi habitacíon tenía mi cama de una plaza hecha de hierro pintada de color blanco, a unos metros tenía una heladera plateada pero estaba vacia por dentro, pegada a ella había una mesada de marmol para preparar la comida y una mesa redonda de plastico para comer .Todo estaba en una misma habitación y mis cosas siempre estuvieron ordenadas. Lo unico que no tenía ordenado eran mis emociones. 

Había días en los que me sentia deprimido y otros días me sentía emocionado, con muchas ganas de tomar las riendas de mi vida y seguir luchandola. 

Haru, mi psicologa estaba segura de  que todo que me pasaba era por algo  A veces siento que las cosas siempre hubiesen sido mejor, si pudiera cambiar mi pasado.  

Ahora mismo había regresado borracho del bar como todos los Sábados , estaba tirado en mi cama bebiendo una cerveza , ya tomé varias en el bar con mis nuevos amigos y había quedado una en la mesa, recuerdo que fui el único que agarro y dijo  

-Es mia muchachos- la agarre de la mesa y me la guarde en mi mochila y ahora mismo la sostenía en mi mano. No lo podía saber porque estaba bajo los efectos del alcohol. De nuevo había ido al bar, cuando yo mismo me prometí no hacerlo. 

Todo me daba igual, era joven y tenía toda una vida por delante. 

Al menos por un buen rato iba a estar felíz... pensé  

Lo mejor de todo esto, era que ya no tenía que soportar a mi esposa, repitiendome una y otra vez, que soy un mal ejemplo para la niña, ni siquiera comprendía porque me case con una mujer que jamás llegué a amar y que ella solo amaba mi billetera que a mí. Creo que fue solo porque se parecía a mi primera novia.  

Odiaba estar ebrio porque me cambiaba el humor. Mire el techo de la habitación, en el podía ver los ladrillos de la habitación sin pintar, era horrible mi habitación, solo yo era el único loco que se mudaba a una pensión horrible en Seúl, sabiendo que podía intentar alquilar un lugar mejor y no una habitación con paredes llenas de humedad en las esquinas.  

Una vez más recuerdo a mi ex novia y me preguntó... 

¿Por qué siempre con ella fueron con idas y vueltas? 

Luego me senté en la cama pensando alguna respuesta y me agarre mi cabeza con mis manos, que me dolía mucho, lamenté no haber consumido. También estaba intentando olvidar todos los recuerdos con ella. Nuestra relación era como un círculo vicioso sin fin. 

-¿Por qué me hiciste esto?-grite con euforia tratando de culparla lo ocurrido hace mucho y una lágrima rodo desde mi ojo. 

Tenía muchos recuerdos con Annie, muchos fueron lindos y otros tristes.  

En estos momentos lamentaba no haber sido lo suficiente valiente cuando la tuve y también lamentaba no haber sido el mejor padre para mí princesa, se que ella también sufre por más que solo fuera un bebé de un año. 

Estaba explorando el mundo y no quería que tuviera una mala vida, pero no podía aceptar el maltrato que me hacía mi esposa . A veces me gustaría que ella tuviera una familia normal. Pero desde que su verdadero padre volvio a nuestras vidas, volvieron los problemas como si no los hubiera sido, cuando se fue.  


Creo que tome demasiado alcohol...pienso  

Miro a mi alrededor y enseguida me tapo con las sabanas, tenía mucho frio y enseguida observó las fotos de mi celular Samsung. En las fotos veo a mis amigos de Nueva York y las fotos de nuestras citas con mi ex novia se llamaba Annie, nosotros lo teníamos todo. En ese momento me pongo a pensar en todos los momentos felices que vivimos juntos y comparado con el ahora lo veo, como si hubiera pasado una eternidad.  

Recuerdo las veces que ella vino llorando cuando decidimos ser amigos, el tonto de su novio la lastimaba de todas las formas. El día que tuvo un gran problema le dije que podía confiar en mí y así fue como poco a poco me empezó a usar. 

Estupido ... Pensé  

Tiro mi celular lejos de mi, no quería verlo mas. De nuevo estaba ansioso y de mi bolsillo del jean delantero, saco el encendedor y me pongo a jugar con la llama. Siempre me gustó verla, era de un color naranja que se volvía de un tono amarillento, si ponías la mano sobre ella podías sentir un agradable calor, pero no podías dejarlo por mucho tiempo porque te quemaba. Al dejar de presionar el botón la llama desparecia. De niño recuerdo que mi madre me prohibía jugar con el fuego, siempre quize ser mago y poder hacer trucos con fuego. 

Hoy en día ella ya no era capaz de decirme que hacer , aunque la extrañaba mucho y me hubiera gustado que conozca a su nieta.  

Me levanté de mi cama y acerque a el balcón a tomar aire fresco, necesitaba fumar para calmar mis ansías. Saque de mi otro bolsillo mi cigarrillo y lo encendí, me gustaba mirar la ciudad mientras fumaba, me relajaba. 

Pasado unos minutos volví a entrar, la noche estaba fría y no quería enfermarme, necesitaba dinero para seguir manteniéndome. 

En ese instante pensé que sería bueno calentarme en la estufa pero recordé que no tenía gas . Hacía una semana no pude terminar de pagarlo y la agencia me lo corto, también me cortaron la luz pero me manejaba con velas, como quién diría a la antigua. 

En ese instante se me ocurrió hacer una pequeña fogata, para calentarme. Agarre la silla de madera que había dejado mi hija y la empeze a quebrar, ella no iba a volver. 

Tome la botella de alcohol etílico de la mesada y lo desparrame por toda la silla, tire el fósforo y no tardó ni un segundo en encenderse, me senté en el suelo y empeze a observar la llama. 

Odiaba mi vida, mi trabajo, mi familia y la odiaba la manera en que ella me mintió por eso me convertí en esto, un monstruo que odiaba a todos.  

Mis amigos se habían alejado de mí, y mi mejor amigo me había robado a mi familia, quería irme de este mundo, así que le sume la mesa y decidi cerrar todas las ventanas, era tiempo de morirse para ser libre. 
El aire se empezó a consumir y poco a poco se me cerraron los ojos. 

De pronto escuché el ruido de la sirena del camión de bomberos, solo queria vivir en paz