—A pesar que mis pies están llenos de cicatrices…—Dijo el chico azúcar acercándose a mí, las personas que se encontraban en la cafetería nos miraban sorprendidos pero a él parecía darle igual; —Sonrió cada vez que te veo.
Sus carnosos y rosados labios atraparon los míos, con un tímido y delicado beso de adolescente. Los clientes de aquel bar aplaudían frenéticos, ya que Yoongi me acababa de colorar un precioso anillo en el dedo.
Pipipiiii, pii, piiiii… Pipipiiii, pii, piiiii… «Mierda…»
La maldita alarma de las 6 de la mañana me sacudió de mi alocado sueño, imagínense mi cara al darme cuenta que era un sueño, aunque debería de haberme dado cuenta mucho antes, ¿No?, Es decir, es Yoongi y yo, bueno… Yo soy solo yo.
Me froto la cara mientras camino hacia el baño, me lavo la cara y me pongo las gafas, sí, llevo gafas, pero normalmente uso lentes de contacto. Sobre todo los días que hace mal tiempo o voy maquillada. Recojo mi liso y largo pelo color azabache en un redondito moño, le doy al play de mi playlist mañanera, llena de energía y ritmo Mplus, como yo le llamo. Dejo mi pijama sobre la tapa del WC, me meto en la diminuta ducha y regulo la temperatura del agua, ni muy caliente, ni muy fría. «Odio el vapor que produce el agua caliente. »
Canturreo un par de canciones cogiendo la alcachofa como micrófono: —Run, run, run. ♪
Una vez seca y vestida, cepillo mi pelo quitando algún que otro enredo, me hago un semi-recogido y lo sujeto con un pañuelo blanco de seda, haciendo un lacito al redor del coletero. Me encanta este peinado, es fácil, rápido y elegante, pero lo más importante es que evita que se te metan los pelos en los ojos y en la boca. «Te gané la batalla señor viento. »
Me aplico un poco de corrector en las ojeras y en alguna que otra parte enrojecida, nadie tiene la piel perfecta, bueno sí, los coreanos.
Ayer me llegó mi maleta perdida, por suerte no me falta nada, hoy es mi tercer día en Seoul y mi primer día de trabajo, estoy increíblemente tranquila, quizás porque aún queda un par de horas y lo veo demasiado lejano.
Cuando termino en el baño voy a la cocina, si es que a eso se le puede llamar cocina, ya que estoy en un estudio y casi todo está guardado en muebles que hacen dos funciones. Preparo dos tostadas con mantequilla y mermelada de melocotón, meto una capsula en la cafetera nespresso y espero a que haga su magia.
La segunda alarma de mi móvil casi hace que me queme con las tostadas, la desactivo y le envió un mensaje a Jud, aunque allí serán las 12 de la noche.
Judit ♡ En línea…
Buenas noches Judituti. 06:33 a.m. ✓
Buenos días Coreanita, suerte en tu primer día,
luego cuando me levante te llamo. 06:33 a.m. ✓
La diferencia de horario era algo que nos tenía un poco rebotadas, ya que apenas podíamos comunicarnos, cuando una dormida la otra hacia vida, y cuando la otra hacia vida una dormida.
Miro algunas fotos de mi galería nostálgica mientras me termino el desayuno, nadie dijo que estar tan lejos de casa fuera fácil, pero ahora este estudio es mi hogar…
—Cartera, llaves, documentación, una bolsita con nueces, pañolitos, auriculares, la cámara, el cargador, la tarjeta de trasporte…
Recite en voz alta mi lista de ¨Nunca te olvides de…¨, mire por la ventana, estaba nublado y hacia bastante viento por lo que decido que coger el abrigo es todo un acierto. Una vez guardado todo en la mochila, la colgué en mi hombro, abrí las notas del móvil y apunte algunas cosas que tendría que comprar de vuelta a casa.
* Bolsas de basura.
* Pasta de dientes.
*Chubasquero.
* Toallitas desmaquillantes.
Es sorprendente que con lo maniática que soy, se me olvido meter eso en la mochila antes de viajar. Echo un vistazo rápido a la sala para después cerrar la puerta detrás de mí, guardo las llaves en uno de los bolsillos delanteros, me pongo los cascos y vuelvo a escuchar mi playlist favorita, hay canciones que por mucho que las escuches nunca te cansaras de escucharlas.
Salgo el diminuto ascensor y camino hasta el metro, gracias al cubre boca no se me congela la nariz, aunque debo de tener las mejillas sonrojadas.
«Estación de Soyosan, línea 1. »
Según tengo entendido esta es la única línea que se traslada por la izquierda, es un dato muy interesante la verdad, ya que aquí en corea cada línea tiene un color, en mi caso es azul marino.
La verdad es que usar las líneas de metro me agobia bastante ya que suelen haber una gran aglomeración de personas de camino al trabajo, universidad, secundaria, incluso primaria. Por suerte hoy he podido sentarme por unos minutos, ya que le cedí mi asiento a una mujer embarazada.