Falla en el infierno

31.- Sentencia injusta

Revisó los documentos, con atención en cada detalle, mientras Fabiola sigue guardando silencio.

—¿Ha habido novedades en mi ausencia? —preguntó sin mirarla mientras arruga el ceño leyendo.

—Caudillo, solo la audiencia militar de Adrián Makris —le respondió Fabiola con seriedad.

—¿Audiencia militar? —la miró confundida dejando los papeles a un lado.

¿Por qué razón han llamado a Adrián Makris a un pre-juicio de la policía? ¿Hizo algo indebido? No puede evitar preocuparse, el buen camino de Adrián es su responsabilidad. Tomó un vaso con agua intentando calmar el calor que empieza a sentir en su pecho.

—Mató a un criminal al intentar salvarlo a usted —le respondió.

Alexis no pudo evitar atorarse con el agua al conocer que es la causa del juicio hacia Adrián.

"¿Mató a alguien por mí? ¡¿Ya es un asesino por mi culpa?!"

Luego se tranquilizó, a la vez que Fabiola le ayudaba a secar el desastre que hizo con el agua. Suerte que los documentos no se mojaron. Analizando bien, le acaba de decir que lo hizo para salvarla, o sea eso significa que fue en defensa personal, no con intenciones de matar a alguien. Es injusto.

—¿A quién mató? —le preguntó Alexis aun con los ojos enrojecidos y tosiendo.

—Sue Valhen, uno de los autonombrados Cuatro jinetes del apocalipsis —agregó con seriedad—. Era una criminal de nivel alto, yo creo que deberían premiarlo en vez de castigarlo, pero esas nuevas leyes absurdas implican tener que seguir ciertos protocolos.

Luego continuó.

—Los cuatro jinetes del apocalipsis, Sue Valhen, Estefanía Fall, Marcos Guilder y Sebastián Zaste, son responsables de varios casos de terrorismos que han azotado al país en estos últimos días. Han intentado capturarlos, pero hasta ahora ha sido imposible. Creo que por eso llama la atención de como Adrián Makris pudo ser capaz él solo de matar a uno de ellos.

Alexis guardó silencio, el poder de Adrián es enorme, aunque en esta vida no lo ha mostrado al mismo nivel que la anterior, su aura no deja de ser poderosa y.... peligrosa. Luego detuvo sus pensamientos en ese grupo de criminales, tensando su semblante.

"Antes se solían llamaban Los pilares de la destrucción cuando eran los miembros de la banda de Adrián... no son muy listos para inventarse nombres"

Sin embargo, lo que la inquieta es si acaso ¿Realmente fue una coincidencia que se encontraran con ellos dentro de esa fábrica abandonada? ¿O buscaban algo? Difícil pensar que esos criminales hayan querido ponerles una trampa para atrapar solo a un Caudillo segundo y a un capitán de policía, que no influyen en las investigaciones de su caso. Porque terrorismos, primordialmente es tarea del Caudillo uno, Felipe Luzoro.

Es extraño pensar además que Sue Valhen este ya muerta. Ella no moría en esa vida anterior, es más fue una de las más activas participantes de las torturas que le aplicaron en ese entonces antes de que el Adrián de esa vida la lanzara al abismo a morir. 

Y ahora ha muerto en manos de quien es la misma identidad del hombre que adoraba tanto, de su amante, por el cual cometía todo tipo de crímenes solo para satisfacerlo a él.

"Esto podría ser satisfactorio si lo pensara como una venganza... ¡Pero no debo pensar en eso! ¡Aléjate, Alexis malvada!"

Sin embargo, empieza a darse cuenta como quienes en su primera vida morían hoy siguen vivos, como su padre. O quienes seguían viviendo después de su muerte ahora en cambio han muerto antes que ella, como Sue Valhen.

¿Será que solo ella está atada a esa regla de que debe morir sí o sí en la misma fecha en que murió en su primera vida? ¿Será parte de su castigo o bien es así porque solo ella es un alma que está repitiendo una vida que para quienes la rodean nunca existió?

Tensó su mirada, por ahora no hay tiempo para pensar en eso. Su prioridad en este momento es el injusto juicio que le están haciendo a Adrián.

No es justo que estén intentando acusar a Adrián de la muerte de una criminal como Sue Valhen. Se muerde la uña de su dedo pulgar inquieta. Tiene un mal presentimiento. Este asunto no le gusta. Si tuercen el futuro de Adrián por esto será su culpa nuevamente, si no hubiera ido a meterse a la vieja fábrica él no la hubiera seguido y nada de esto hubiera pasado. 

Y que él se aleje de la policía es empujarlo a volver a ser el mismo criminal de su vida anterior.

"¿Hasta cuándo dejo de meter las patas?" se mordió los labios molesta consigo misma. Por querer empeñarse en buscar al asesino de su madre perdió el foco de su verdadera misión al vivir por segunda vez, salvar a Adrián de ese camino oscuro. 

—Fabiola, ayuda a levantarme, no dejaré que se salgan con la suya —dijo Alexis endureciendo su mirada.

La sala luce fría y silenciosa, a pesar de que todos los caudillos, el general de policía, su mano derecha y otros elementos importantes del departamento, estén presentes. Todos los rostros lucen oscuros, incluso el juez militar, que está en frente de Adrián Makris, se ve aún más sombrío. Adrián en medio de la sala los contempla en silencio, imperturbable, incluso ni siquiera ha hecho el intento por defenderse.

Solo se escucha el movimiento de las hojas que el anciano juez lee en silencio. La tensión se siente. Adrián mantiene su ceño arrugado. Su mirada fría sigue encima del hombre que está a punto de dictar sentencia.

Lo más grave que podría suceder es ser dado de baja y expulsado de la policía. Más aun cuando se ha dado cuenta que desde que se inició este tribunal el juez no parece sentir ninguna simpatía hacia él. Es más, desde el principio ha sido altanero y venenoso, sacándole en cara su origen humilde y el alto puesto que ha logrado, al cual muchos hijos de mejores familias lo hubieran deseado. Sus prejuicios inclinan la balanza en contra de Adrián.

El anciano alzó su severa mirada antes de comenzar a hablar. La expresión de todos es como si esperaran lo peor. Y aunque es injusto no tienen argumentos para reclamar ante el juez.




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