Falla en el infierno

42.- Un tipo de cuidado

Alexis despertó confundida. Giró su cabeza hacia un lado notando que se encuentra en la enfermería con una bolsa de suero a su costado conectada a su brazo. Abrió los ojos lánguidamente sintiendo su cuerpo tan cansado que hasta respirar se le hace difícil. Luce pálida, más de lo usual y es evidente que su cuerpo no solo esta resintiendo un aura deteriorada sino además un embarazo para lo cual no estaba listo.

Su demonio acompañante le sonrió preocupado dándose cuenta que Alexis busca con su mirada a alguien que no está en el lugar. La decepción fue evidente en su semblante. El incubo estaba a punto de decirle algo cuando la mujer le hizo un gesto para que guardara silencio justo en el momento en que la puerta se abrió.

Bufó arrugando el ceño. Pensando que Adrián es quien ha venido a verla. Pero al ver a quien estaba detrás de la puerta cual fue la sorpresa de encontrarse frente al hijo del general, Erick. No pudo ocultar su sorpresa ante el desagradable encuentro. La única vez que lo conoció no le agradó para nada.

—Se cautelosa —musitó el demonio que ahora se ha movido a su lado. Luce tensó y eso no pasa desapercibido para Alexis—. La cantidad de sombras dolientes que lo persiguen es abominable.

"¿Sombras dolientes?" preguntó en su mente sabiendo que el demonio puede escucharla.

—Gente que ha muerto por su culpa —respondió apretando los dientes—, en verdad nunca había visto a un humano cargar con tantos.

"¿Qué? ¿Acaso este tipo ha matado a muchas personas?"

—No, tranquila, pueden ser muertes por negligencia, ya sea un accidente conduciendo borracho y que haya matado esa cantidad de gente u otra acción que haya causado eso...

Alexis arrugó el ceño. Este tipo nunca le ha parecido de confianza y con lo que el incubo acaba de decir eso reafirma sus sospechas. Pero alguien con esos antecedentes no hubiera podido entrar a la academia de policías. 

—Parece decepcionado —señaló Erick sonriendo con ironía—. Esperaba ver a alguien más... como al capitán Makris.

Alexis refunfuñó desviando la mirada con indiferencia para luego volver a acostarse en la camilla.

—Desconozco porque razón supone algo tan absurdo como eso...

—Por los rumores —le dijo alzándose de hombros—. He escuchado que entre usted y él hay algo.

La risa del Caudillo segundo llenó la estancia ante la expresión de curiosidad de Erick. Luego Alexis entrecerró los ojos con malicia.

—¿Y eso es de su incumbencia? He notado su homofobia, y es extraño que en tiempos como estos, donde incluso los dioses padres han tenido relaciones así, alguien parece incomodarle —habló con dureza.

Erick por un segundo pareció molestarse pero se puso de pie y sin dar aviso de lo que haría se acercó a acariciarle la mejilla. Por más que Alexis intentó rehuir el contacto no le fue posible, y apretó los dientes mostrándose claramente incomoda por su atrevimiento.

—No es que me moleste, sino que siento compasión por usted, pensar que la persona a la que quiere no le importó ver como se desvanecía en mis brazos y ni siquiera vino a verlo en la enfermería —agregó Erick entrecerrando los ojos con suavidad.

Alexis alejó la mano del pelirrojo y chasqueó la lengua con evidente molestia.

—No es su asunto.

Erick sonrió alejándose.

—Tiene razón, no es mi asunto, y como ya le he dicho antes los hombres no me atraen, así que pierda cuidado en pensar lo contrario —y dicho esto le dio la espalda pero se detuvo en la puerta—. Sin embargo cuando duermes realmente luces demasiado dulce y apetecible para ser un varón. Nos vemos Caudillo.

Y con esto salió cerrando la puerta. Alexis se dejó caer en la cama.

"¿Con que Adrián no vino a verme?" pensó preocupada luego suspiró molesta "¿Y que esperabas? Boba, si me odia tanto ¿Cómo puedo creer siquiera que sienta algo por mi?"

Y aunque finge que su indiferencia no le duele, es todo lo contrario. Se palpó el pecho sacando el broche de su cuello y notando el color opaco, entrecerró los ojos desanimada.

—¿Estas bien? —le preguntó el demonio acercándose.

—¿Puedes averiguar que hizo aquel tipo para que tantas personas hayan muerto por su responsabilidad? —le preguntó.

Como respuesta el demonio se mostró nervioso e incluso se rascó uno de sus cuernos.

—Es complicado, Yoalhel es el demonio a cargo del informe de todos los humanos, es él quien nos da los antecedentes de los casos que se nos han asignado. Tendría que ir a él, pero ese favor deberé pagarlo con favores sexuales y créeme que ese "coso" ya sea con mi apariencia masculina o la femenina, sino me parte en dos sería un milagro, es un gigante de tres metros y...

—Olvídalo —lo interrumpió Alexis—. No te voy a pedir que te expongas a algo como eso.

El demonio solo bajó la cabeza, conteniéndose, en verdad se sintió "bonito" que Alexis se preocupe de él, porque en sus otros casos le pidieron cosas peores que esas.

—Por ahora solo tendré más cuidado con ese tipo —y dicho esto bajó de la camilla sacando el suero que sigue conectada a ella. No tiene tiempo para perderlo en una camilla—. Vamos...

Pero en el momento que se acercó a la puerta esta se abrió y su padre apareció frente a ella.

 




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