Durante cinco años, la familia imperial ha ocultado un secreto ante todos los nobles, que si llega a salir a la luz todo sería un caos, pero es muy tarde para pensar en eso, todo en ese momento se estaba yendo al carajo.
Ambos emperadores estaban en una situación apretada, aunque sus miradas fueran de alivio y tranquilidad, por dentro estaban acabados, en especial la emperatriz, el puesto de emperatriz se le sería arrebatado, y el trono en donde estaba sentada sería dado a otra.
La tensión en aquella sala junto con las miradas puestas en ella eran agobiantes y acosantes, un hombre en medio de la multitud daba su declaración.
—La emperatriz Alysa no tiene sangre noble, fue adoptada y criada por la familia imperial, pero ellos engañaron al antiguo emperador y la hicieron pasar por la realeza. También es acusada por intentar matar a la amante del ahora emperador Bennett y por falsificar y esconder las pruebas de paternidad que se le hicieron al duque quien dice ser su padre biológico, ante todas estas acusaciones el emperador Bennett es quien ahora tiene la palabra y deberá decidir qué hacer con esta farsante —señaló a la emperatriz
Esas palabras hicieron que los presentes en la sala defendieron el puesto del emperador y el de la emperatriz.
—La ley de este imperio y de los demás, exige que debe haber una emperatriz y un emperador, juntos con la sangre de un noble, si no existe entonces, no podría llegar al puesto y la corona pasará a otro que sí cumpla con estas capacitaciones —una duquesa agitaba su abanico con una leve sonrisa en sus labios
—Es bastante exigencia, además quisiera ver qué pasaría si todo lo que dice este hombre es cierto —Mencionó un noble
—La emperatriz aún puede tener hijos con el emperador, además ¿cuando han visto que el hijo de una amante obtenga la corona?, mientras la emperatriz le dé un hijo al emperador su puesto aún estará salvado, al igual que este imperio —mencionó el consejero real
Todos empezaron a dar sus opiniones del tema ignorando rotundamente la palabra del emperador.
Quien estaba aburrido de escucharlos, se masajeó la sien y una vena brotó de su frente, apretó sus dientes y se levantó de su trono.
—¡Silencio, yo soy el emperador de este imperio, así que yo decido qué hacer con la emperatriz! —Dijo en voz alta
Alysa estaba muerta de la vergüenza, pero se mantenía en su posición, las personas que estaban a su lado la empezaron a señalar y a juzgar, y la familia imperial simplemente la miraba con desprecio, pensó mucho en sí ella tenía la culpa de algo, pero todas esas estúpidas acusaciones eran falsas.
—Solicitó el divorcio y el destierro de la emperatriz Alysa —Dijo en voz alta
«Destierro»
—¡Espere, esto una locura!, no hay pruebas suficientes para incriminar a la emperatriz, su majestad le pido que recapacite su decisión y piense bien las cosas —gritó un noble esperando que su decisión fuera tomada
Alysa apretó su vestido y miraba al emperador con odio, los demás quedaron boquiabierto y con cara de sorpresa, no les importaba que pasara con la emperatriz lo que importaba era el imperio, sin una emperatriz tan buena como ella, el imperio estaría acabado.
—Su majestad, puede mostrarles las pruebas que me incriminan —Alysa lo miró con frialdad
—Sí usted quiere —Bennett sacó de su bolsillo varios papeles, entre esos la prueba de paternidad, un acuerdo entre la familia imperial y la familia de Alysa —¿Esto es suficiente?
«De dónde los saco» pensó Alysa
Bennett mostró los papeles y los empezó a leer frente a todos, los nobles empezaron a murmurar y todos se pusieron del lado de Bennett, fue una escena muy humillante que ella quería olvidar.
—Teniendo en cuenta esto, quiero que se quede en sus aposentos hasta el día que llegue el momento del divorcio. Por ende, ya no será llamada más emperatriz —Bennett tenía el ceño fruncido —, hemos terminado con esto, los invito a que sean testigos de mi divorcio.
Alysa se levantó y se retiró, todos le hicieron un camino y pasó elegantemente, abrieron la puerta y ella salió, a sus espaldas dos guardias la seguían hasta que llegaron a su habitación donde uno de ellos entró con ella y el otro se quedó afuera.
Sus damas de compañía al verla, hicieron una pequeña reverencia y se dirigieron a ella, le pasaron una silla para que se sentara y relajarse un poco.
—Majestad, pasó algo, se ve estresada y cansada ¿Quiere que preparemos un baño de agua fría para usted? —dijo Catalina una dama de compañía con la que tenía más confianza
Alysa afirmó con la cabeza y las damas empezaron a preparar todo para su baño, cuando todo estaba listo, Alysa tenía una bata puesta y su cabello largo y suelto cubría sus senos por encima de la tela, se quitó la bata y se metió en la tina, un baño de agua fría la relajaría y así aclarar sus ideas
«Debo decirles que ya no deben llamarme "emperatriz" o "su majestad" se evitarían muchos problemas. Y ahora que, fui yo quien dio la cara por la familia real, pero a qué costo, fui juzgada y señalada y lo más probable es que mis padres adoptivos no se presenten para no dañar su imagen»
Su baño paso rápido y fue vestida con vestido cómodo, luego trajeron algo de comida.
—¿Majestad no tiene hambre? —Preguntó Catalina
—No, no eso, y por favor no me llames más "su majestad" —Alysa tenía una breve sonrisa en sus labios que luego desapareció
—Su majestad ¿Qué ocurre? —dijo la otra
—¿Pasó algo en la reunión? —Catalina estaba angustiada
—Sí, pasó algo. Me divorcie y seré desterrada cuando concluya el juicio —respondió
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Editado: 24.01.2024