Falsa emperatriz

Mi noche amarga

Se quedó en silencio, las preguntas que le hizo Alysa sobre su región lo confundieron un poco y no sabía cómo responder ante ellas, primero debía saber qué libro era el que había leído para sacar esa hipótesis

—¿Qué libro dice eso? —Adrián alzó una ceja

—"Bestias divinas" he escuchado que es el que más se asemeja a la cultura de su pueblo —Respondió con algo se asombró al ver cómo había reaccionado

—Ese libro no es del todo cierto, su majestad — Suspiró decepcionado —Tiene muchos fallos y sospechó que fue escrito por alguien que pisó el país, pero no sabe nada de nosotros —Tenía una expresión tranquila y su voz se escuchó deprimida

Por un momento pensó que no era adecuado preguntarle más, recordó que en el libro mencionaron una guerra entre las bestias divinas y los humanos. Como tal perdieron los humanos, no conocía esa historia ya que nunca se la contaron; sin embargo, no estaba segura si era cierta o no.

—Su majestad ¿Qué significa el broche que tiene en su pecho? —Su voz sonó entusiasmada y sus ojos brillaron

Adrián sonrió comprometido, se quitó el broche para mostrárselo más de cerca, se lo acercó y ella lo tomó. 

Lo detalla de mejor manera y pasaba sus dedos por las líneas que lo marcaban.

—¡Es maravilloso! —Dijo alegre y con emoción

—No se impresione con pequeñas cosas, majestad, hay muchas cosas por descubrir y culturas que conocer —Extendió su mano para que su broche fuera devuelto y Alysa se lo entregó, entendiendo

—Su majestad ¿Podría decirme más sobre su imperio? —Preguntó con una sonrisa

Su curiosidad la mataba, quería saber más sobre las bestias. No se dejó llenar más del libro, solo escucho al rey y dejó que sus dudas fueran resueltas.

—Bueno su majestad, nosotros tene... —Sus palabras quedaron cortas por una interrupción

Bennett que había llegado sin previo aviso se acercó a ellos con una mirada seria y nada amable. 

Parecía enojado y ofendido, Alysa y Adrián se levantaron respetando la presencia de Bennett. Ambos hombres hicieron una reverencia y estaban serios.

Alysa podía sentir tensión, se fijó en el reloj de la habitación y la hora se aproximaba a la de la cena; aprovechó esa distracción y decidió hablar.

—Sus Majestades, pronto es la cena por favor acerquémonos al salón comedor para disfrutar —Adrian cambió su expresión y la relajo, Bennett no lo hizo y Alysa lo fulmino con la mirada para que cambiará su expresión

—Síganos su majestad —Uno de los sirvientes atrajo su atención

Adrián observó a Alysa y le sonrío, un acto que causó celos en Bennett, se devolvieron sonrisas y una vez salió de la habitación; tomó su brazo para que salieran juntos; sin embargo, Bennett miro de mala manera a Alysa y se acercó a su oído y su cálido aliento la sorprendió.

—No sé qué planeas, pero ten algo de respeto. Respétame, respétate y respeta al imperio —Sus palabras sonaron como un veneno en su oído

—Aquí el único que no tiene respeto eres tú —Su veneno, sus palabras —me lo pides a mí cuando deberías verte al espejo. No me mires a mí, mírese usted mismo —Soltó su brazo y camino enojada, apretaba sus manos y recordaba sus palabras

Aquellas palabras solo eran la comida del monstruo en su interior, que podía salir en cualquier momento y darle lo que sentía al respecto; solo un día de la llegada de Adrián y ellos no podían dejar de pelear. Si seguían así sería una vergüenza, tenían que disimular. Aunque con Eileen en medio su reputación como pareja perfecta se había perdido.

***

Durante la cena todo estaba silencioso parecía que la tensión de antes todavía no se había calmado y Bennett seguía enojado y eso le preocupaba a Alysa. Adrián se imaginaba que podía pasar entre ellos después de todo había estado casado, entendió los problemas maritales y más cuando otro hombre se acercaba a la mujer que había considerado suya.

Después de la cena; Adrián tomó cierta distancia, temía dañar el matrimonio de Alysa y Bennett. Se despidieron y cada uno se fue por su lado. Bennett tomó a Alysa de los hombros y se la llevó, miro a Adrián de forma amenazante y con su mirada Adrián entendió que le quisieron decir "Si te acercas a lo que es mío, te mato"

***

Estando en su habitación Adrián y sus escoltas estaban sentados en una pequeña sala, Marcus les había pedido que investigarán el lugar con cuidado y eso hicieron.

—Y bien, a qué nos estamos enfrentando —Adrian con una pierna encima de la otra, una mirada fría y calculadora y su cabeza reposando en su no se sus brazos con su mano formada puño —¿Qué saben sobre los Edevane? —Preguntó

—No mucho —Respondió un castaño —Solo sabemos que de verdad están interesados en la negociación o al mano la emperatriz, el emperador parece no agradarle mucho la idea —Concluyó

—Yo sé que el emperador tiene una amante.

—¿Una amante? —Preguntaron todos en coro

—Así es, es una pelirroja; si mal no recuerdo su nombre era Eileen. Es bonita como la emperatriz —Respondió y aclarando algunas dudas de los presentes en especial las de Adrián

—Su majestad, no cree que es momento de descansar —Dijo Marcus con un Bostezo

Adrián se levantó del sofá y les dio la orden de ir a dormir; sin embargo, su puerta fue tocada. El castaño la abrió y encontró a Catalina con una carta en sus manos para el rey. Se la entregó y se fue en silencio; cerró la puerta, para entregarle aquel sobre a Adrián.

***

Alysa que estaba escribiendo otra carta, dejó en ella escrito lo que sentía ante Bennett, escribió tres hojas y en la última estaba el fragmento más importante.

"No sé qué buscas, no sé qué quieres. Solo me gustaría que entendieras lo importante que es esta negociación para el imperio y para nosotros; busquemos la forma de entendernos y que la amante que tienes no sea un inconveniente para esto. Descansa"

Un pequeño mensaje que significaba mucho. Al terminar firmó la carta y se la entregó a un sirviente.




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