Falsa emperatriz

El interés de Adrián

Su rostro se tensó, no esperaba escuchar aquéllas palabras, aún más, cuando hablo de una forma tan comprometedora, estaba como su rostro, estaba interesado, y deslizando su mano hasta tomar su mejilla, acercó su rostro con el suyo.

—Intentemos nuevamente concebir —susurró de la forma más suave y baja posible, intento pegar sus labios con los suyos, apartó ligeramente la cabeza y alejándose de él cruzó los brazos

—¿Quieres que tengamos un hijo, cuando estamos tan mal como pareja? —inquirió con voz seria 

Bennett ya sabía a qué se refería, no bastaba con decir que ya se lo esperaba, no lo imagino, tal vez, sólo ignoró esas posibilidades de estar en una situación tan apretada como esa.

 Bennett trago en seco e intento tomar su rostro nuevamente, Alysa tomó su muñeca y la bajó ligeramente. 

No quería ser tocada por él, no deseaba que la tocara.

—Sí usted quiere que tengamos un hijo, demuéstrame que tan interesado está en mí —habló y un aligera tensión helada se apoderó de la habitación

***

En la mañana caminando ligeramente por los pasillos, con el sol ardiente y radiante, Alysa se dirigía a la biblioteca donde se encontraría con Adrián; sin embargo, antes de poder llegar, sus ojos observaron por la ventana al rey que estaba hablando con Marcus.

Él levantó ligeramente la mirada a la ventana y al verla sonrió amablemente saludándola. 

Respondió aquel saludo, dirigiéndose a los jardines.

El viento sopló fuerte moviendo su cabello, una sonrisa se dibujó en sus labios.

Una gran y bella sonrisa que tocaron los sentidos de Adrián, se acercó cómodamente a él y ambos monarcas hicieron una leve reverencia.

—Su majestad, se ve tan radiante como siempre —comentó Adrián con las manos en la espalda

—Es usted muy amable —respondió aquel comentario

Él sonrió y sus miradas se encontraron, Marcus en su mente sólo miraba los dos monarcas con cierta duda en su interior.

Los analizaba y estudiaba sus expresiones detalladamente, no era para nada disimulado, ambos sintieron su mirada clavada en su ser, se separaron dada la incomodidad que sentían.

—Hay buenas noticias, junto con su majestad el emperador hemos debatido sobre la propuesta de alianza y hemos aceptado, si usted me permite —extendió su mano —cerremos nuestro acuerdo —Adrián tomó su mano y con un ligero movimiento de arriba abajo cerraron la alianza

—Me alegra mucho que la decisión haya sido tomada con sabiduría, ahora creo que debemos firmar —dijo y Marcus detrás suyo se acercó y les paso unas hojas en las cuales estaba escrita la alianza, sus beneficios y todo lo que habían hablado durante tres conferencias

—Su majestad, por favor firme esto, las X son el lugar donde usted y el emperador deben firmar —explicó Marcus y ella asintió con la cabeza

Sostuvo los documentos en sus manos y les dio una ligera ojeada, Adrián tomó a Marcus de los hombros y sonrió ligeramente de una manera perversa.

Le dio una ligera indicación de que algo había hecho mal, pero no sabía que había sido.

—Su majestad, podría explicarme que es Nyx —Levantó la mirada y él se sorprendió al escuchar lo que le había dicho

Se acercó a ella y le señaló el lugar donde decía, "Piedras preciosas llamadas Nyx". Él analizó con cuidado el documento y asintió con la cabeza.

—Es una piedra la cual es doble cara, es decir, si usted usa una pulsera con este material, ella cambiará su color a blanco, esto representa pureza, pero en el caso contrario, si la amante del emperador la usa, tal vez se vea representada con un negro o colores oscuros, ya sea rojo en son de sangre o azul en oscuro en son de maldad —Explico de la manera más sutil posible

Marcus se sorprendió al escuchar tal comparación, estaba a punto de tomar al rey del cuello y estrangularlo al decir aquellas palabras, pensando súbitamente que había hecho mal, que la emperatriz lo había tomado a mal, pero la reacción de Alysa fue diferente.

Se burló de aquella comparación y le pareció tierno que él que la considerará pura, fue simplemente enriquecedor.

—Por favor, no use ese tipo de comparaciones, sólo provoca en mí gracia —dijo y él sonrió amablemente

—Sacarle brillo al oro del imperio es importante para demostrar su riqueza, usted es una piedra preciosa que no se puede dañar —hizo un cumplido el cual no esperaba

Se quedó sin palabras, no sabía cómo responder a tales dedicatorias, Marcus nuevamente pegó sus ojos en ellos, imaginando de todo en tan poco tiempo, la novela que maquinaba su mente pudo haber superado al guardia. 

Elisabeth se acercó a ella junto con Catalina y al sentir sus pasos sus ojos se pegaron a los de las mujeres, ante la presencia de ambos tomaron sus vestidos y los abrieron, inclinándose, giró su rostro para verlo y se perdió en su mirada.

—Firmare esto y lo haré llegar a su habitación —mencionó y Adrián se acercó a su oído

—Cree que podamos vernos en la biblioteca a las 4:00 p. m. —susurró

—Es inapropiado —contestó




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