Falsa emperatriz

La verdad

Se quedó conmigo esa noche, antes de que amaneciera la lleve a su cama cargándola en mis brazos como la primera vez.

Entre a su cuarto dejándola en la cama cubriendo su pequeño cuerpo con unas cobijas y asegurándome de que estuviera dormida. 

Me senté a un lado de la cama, arrepentido, me lleve las manos a la cara y una lágrima se desprendió de mis ojos hasta llegar a mi mejilla. 

La limpie pero no me limite a llorar, agache mi torso, con mis codos sobre mis piernas y mis manos en mis ojos. 

Estaba en mi límite de arrepentimiento. 

Verla a ella, me hacía sentir como si hubiera enjaulado a una hermosa ave, no hice lo correcto. 

—Perdóname Alysa…  

*** 

En la actualidad, en la mansión de los Duques de Sierna, Aiden le contó todo a Daisha. 

Estaba sorprendía, su piel cambió de color a un blanco puro, sus ojos estaban ligeramente abiertos y su ceño estaba tenso. 

—Después de escuchar todo lo que te dije necesito que me ayudes, hay un hombre que sabe lo de Alysa, si esto sale a la luz todo se irá al carajo, el convenio con la familia imperial de Melione se destruirá, la desgracia caerá sobre la familia y nos tendremos que acoplar a bajar nuestro extracto —explicó Aiden con seriedad —los nuevos emperadores tomaron mi puesto por el golpe que realizaron, pero tú, hija mía, puedes ayudarme, devuelve el golpe y haz que nuestro imperio vuelva a nuestras manos 

—¿No entiendo, qué tiene que ver ella en todo esto? —inquirió Daisha 

—Mucho, ella tiene mente para hacer y deshacer, ¿no te das cuenta que su palabra vale más que la nuestra? Ella es una emperatriz, una gobernante, puede ayudarnos si nosotros le ayudamos a cubrir la verdad —respondió Aiden 

Se quedó en silencio ante la declaración de su padre, eran muchas emociones descubiertas, tantas que era difícil poder distinguirlas y saber qué hacer. 

—¿Qué debo hacer? ¿Quién sabe más sobre lo de Alysa? —preguntó rápido 

—Contarle la verdad a tu hermana, busquen al impostor y callenlo, es la única manera en la que ustedes dos pueden mantener el título y poder —esas palabras permanecieron en su memoria 

Como era de esperarse, Daisha comentó todo a Alysa. 

Pero su cara fue de burla, tuvo que cubrirse la boca para reír moderadamente ante la duquesa, ese cuento era imposible de creer para la emperatriz, falso, y evidentemente quemó su tiempo. 

—¿Terminaste? —inquirió luego de reír 

—¿No me crees de verdad? —preguntó con sarcasmo 

—No, es estúpido, no sé por qué te escuche, pero duquesa Daisha espero que esto no se vuelva a repetir y por favor no juegue con el tiempo de una emperatriz, pensé que era sería, pero sigue siendo una niña inmadura. Sí me disculpa —se levantó del asiento caminando hacia la puerta 

Daisha apretó los puños, y recurrió a su último movimiento. 

—¡Tengo pruebas de lo que le dije! —grito y tan pronto escuchó su voz, Alysa se detuvo —Aiden, el duque Aiden me dio su sangre para que usted hiciera la prueba de paternidad, recomendó hacer la casera, utilizando hojas de ninzo. Usted misma sabe hacerla 

Alysa giro su rostro y en las manos de Daisha efectivamente había un frasco con sangre, analizó aquel pequeño artefacto con desconfianza, Daisha se acercó a ella, tomó su mano y lo dejó en la palma apretando con fuerza. 

—Sabes que esto nos puede perjudicar a las dos —esta vez estaba preocupada 

—¿En que te afecta a ti? —cuestiono Alysa 

—En que Aiden le mintió a mi esposo, también dijo que las dos éramos hermanas de sangre. Sabes lo que detesta a los hijos bastardos, ayúdame a salvar mi matrimonio, mi título, a Sierna —explicó soltando su mano 

La miró con desagrado para abrir la puerta y salir sin decir nada, se encargó de guardar la sangre en su vestido volviendo a su actitud natural, a su conveniencia. 

Aunque le mostró seriedad, burla, desagrado y desconfianza, ella tenía duda, algunas de sus palabras le sonaban, ya que ella no se parecía a ninguno de los.

Siempre le dijeron que se debía a un mal gen que involucra una parte de la madre; que había un hombre con sus características y que ella había heredado esto. 

Lo creyó, los nobles lo creían, la familia imperial lo creía.

Fue a su habitación donde cerró con llave la puerta, se sentó en su cama sacando la sangre de su vestido, la analizó. 

La sangre de su padre se distinguía por tener un color más claro que él de los demás, algo que afectaría su salud. 

Efectivamente, era su padre. 

Pero si él necesitaba decirle algo tan urgente, ¿por qué no lo hizo él?, ¿no era más fácil? 

Se cuestionó sobre su padre, algo tan grave como sus orígenes no se podía quedar así, su sangre podría arrebatarle todo lo que ella había creado. 

Escuchó la puerta golpear, y alterada por el sonido escondió la sangre en un cajón, donde puso varias cosas encima. 

Arregló su vestido para abrir la puerta y soltando el seguro, la abrió, dejando ver sólo parte de su cuerpo en una pequeña abertura. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.