Falsa emperatriz

Prueba de paternidad

Alysa en su habitación no podía dormir, se movía en la cama regularmente sin poder encontrar la posición perfecta para descansar, se quedó de lado observando la pequeña luz que se escapaba por una pequeña entradilla de su puerta, observaba las sombras de sus sirvientes pasar. 

Cerró los ojos lentamente, para intentarlo otra vez.

Abrió los ojos con fuerza cuando escuchó la puerta ser golpeada con brusquedad, se levantó enojada por la brutalidad al golpear y al abrir, fue empujada por Daisha. 

Tenía el rostro blanco, el pantalón sucio, estaba espantada y se bañaba en sudor.  

Cerró la puerta con el pie, mientras la apartaba con la mano en su hombro. 

—Daisha, ¿qué estás haciendo? —preguntó tomando las muñecas de la chica 

—Preparemos la prueba de paternidad —comentó  entre jadeos 

Alysa noto el bolso con una hoja de ninzo que sobresalía de la bolsa.

Nunca lo esperó, se lo había ordenado, pero fue una simple broma, una broma que se salió de sus manos. 

—Daisha…

—Ayúdame, te conseguí las hojas, estoy aquí solo porque quiero ayudarte, si tú me ayudas yo te ayudo —explico ella preocupada 

Ver la desesperación en sus ojos fue realmente malo, estaba cansada de verla así, y asintiendo con la cabeza decidió ayudarla. 

—Bien —dijo encendiendo la luz de su habitación 

Todo se veía más claro, Daisha dejó el bolso en una mesita, mientras que Alysa sacaba la sangre de su escondite. 

La duquesa empezó a rasgar las hojas en tiras pequeñas y delgadas mientras Alysa tomaba otras, las machacaba y las dejaba en un tazón de madera. 

—Haremos dos pruebas, distintas forma —explicó y la duquesa asintió con la cabeza 

«La gracia de hacer la prueba de paternidad con las hojas de ninzo es que cambie de color, si la sangre se torna oscura es un hijo bastardo, pero si está mantiene un color natural es porque es un hijo de sangre. Ambas partes de la sangre se tienen que dejar el el recipiente con las hojas»

Ese era un proceso sencillo, ambas terminaron casi al tiempo. 

Alysa busco en sus cajones algo con que pincharse el dedo, encontró una aguja de tejer, Daisha tenía la sangre en sus manos esperando a Alysa. 

Tan pronto ella se pinchó el dedo espero que la sangre saliera para poder realizar la prueba, no había necesidad de calcular la sangre, con unas pequeñas gotas ya tenías suficiente.

Ninzo era una hoja mágica que puede estabilizar tu sangre con la de tu progenitor.

—¿Esta lista? —preguntó Daisha con compromiso 

—Sí 

La sangre de Aiden fue derramada al mismo tiempo que la sangre de Alysa, en ambas pruebas tuvieron precaución, debían esperar doce horas para saber los resultados, algo que sería complicado. 

Ya que la impaciencia gobernaba a la duquesa.  

Guardaron ambos recipientes en un lugar oscuro, donde se pudiera concentrar de mejor manera, para que las pequeñas moléculas de la hoja con la sangre detectaran los rasgos enemigos.  

—Debe ir a descansar, creo que tuvo una noche larga —miró su ropa sucia haciendo alusión a ello 

—¿Tú crees? —hizo una pequeña pausa — no importa su majestad, que tenga una linda noche 

Trató de acercarse a ella para abrazarla, pero le fue imposible con la mirada que le dio la emperatriz, indirectamente le dijo que se fuera. 

Se retiró tan pronto la miró. 

Se sentía mal por ella, pero no iba a cambiar de parecer de la noche a la mañana, en especial después de convivir como lo hacían en su niñez. 

*** 

Al día siguiente, a la hora prevista se encontraban en la habitación de Alysa para ver los resultados de la prueba, Daisha fue quien sacó los dos frascos, dejándolos en la mesa.

—Ve, se lo dije, usted no es la hija del duque Aiden —comentó 

Era cierto, ambas sangres estaban oscuras, no tenía ningún parentesco con Aiden, toda la historia que le contó Daisha era cierta, cada palabra de la duquesa era la más fina y pura verdad. 

Se sintió devastada, ahora entendía la preocupación de Daisha. 

—Su majestad, aunque no debería llamarla así por lo que dicta la ley del imperio, antes de que más personas se enteren debemos mantener la compostura y matar a quien sabe de la verdad —explicó tomándola de las manos 

La sola idea de matar a quien sabía removió su estómago. 

Era una idea apresurada, fuerte y que lo más probable es que termine con la fama que había conseguido, pero debía hacerlo, debía arriesgarse sí quería conseguir algo bueno para su nación y salvar su nombre. 

Incluso el bebé que estaba en su vientre no se salvaba de este destino, si los duques Edevane junto con Bennett se enteraran, sería una traición que sumada con el adulterio y la ayuda a los guardias la terminaría condenado a la horca o contarían su cabeza.

Su rostro se mantuvo serio, sin emociones, sin sentimientos, tan frío, como las veces que peleaba con Bennett. 




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