Falsa emperatriz

Falsa emperatriz #1

Ossian junto con Alysa estaban estudiando la tierra virgen y su fertilización.

Juntos sembraron un pequeño árbol, un manzano, regaban y cuidaban la planta hasta que diera frutos.

Alysa tenía un frasco en sus manos con una sustancia color rosa, agregó una gota en la planta esperando que esta creciera.

—¿Qué pasa? ¿por qué no crece? —se preguntó Ossian al ver qué no funcionaba la sustancia 

—Es imposible, ya debería haber nacido el árbol —Alysa revisó la poción con cuidado 

Leía las instrucciones que le habían dado los magos, por lo visto, no había hecho mal ninguno de los procedimientos, estaban bien elaborados por lo que eso llamó su atención.

No comprendió lo que pasaba.

—Ossian, ¿dijiste el hechizo correcto?

—Sí señora, es imposible equivocarse 

Sus palabras no eran muy coherentes, de lo contrario, ya habría funcionado.

Ossian se acercó a ella con cuidado leyendo las instrucciones, solo bastó de unos minutos para que la tierra empezará a temblar, los guardias que estaban con ellos se acercaron custodiando la.

Del suelo empezó a brotar la plata y el temblor aumentó.

—¡Aléjense! —. Ordenó 

Se apartaron del lugar mientras la tierra temblaba, sus ojos no se alejaron del hermoso manzano que estaba creciendo y que se elevó por los aires.  

Sus hojas verdes, sus manzanas rojas, su tronco ancho tenía una corteza rústica.

—¡Funcionó! —Ossian alegre observó el manzano con brillo en los ojos

Se acercó a él, saltó para tomar dos manzanas, una era para la emperatriz y la otra para él. 

Le ofreció la manzana con amabilidad 

—¡Su majestad, esta es para usted! —su sonrisa era contagiosa provocando que Alysa también sonriera 

La tomó agradeciendo, luego uno de sus guardias le ofreció una daga para que la cortara, hizo un corte pequeño en la fruta, su color era hermoso, no parecía ser real.

Se llevó el pequeño trozo cortado a la boca saboreando su deliciosa textura, su asombroso sabor.

Era dulce, un delicioso néctar.

—¡Está delicioso! —comentaron ambos.

Ossian mordía su manzana, Alysa repartía la suya, todos quedaron maravillados con su delicioso sabor y su exotico color.

Los halagos y murmullos de los guardias se escucharon en cada rincón.

—¡Su majestad, debemos seguir con la fórmula! —Ossian entusiasmado habló con Alysa de una manera poco convencional 

La agarró de los hombros con confianza acercándose a su cuerpo y apretandolo.

Estaba siendo él mismo, o lo que aparentaba, ser un chico carismático, único, alegre y trabajador.

Se sorprendió por la repentina acción del joven tratando de alejarse un poco de él, luego de que la abrazara. 

Ossian se avergonzó por la manera en la que la abrazo.

—Lo lamento su majestad, perdóneme por ser tan confianzudo —pidió haciendo una reverencia 

—No hay problema, pero por favor si quiere abrazarme pidemelo —recomendó. Observó a sus guardias con una sonrisa cálida —vámonos, debemos seguir usando esto 

Con sus palabras dichas, en poco tiempo sus órdenes fueron acatadas.

Estaban felices, maravillados, y realmente agradecidos.

Alysa realmente sentía que todo iba a mejorar, que la situación económica mejoraría y no vería a su imperio caer en desgracia.

*** 

Esa misma madrugada, Bennett se coló en la habitación de Alysa como una sombra, teniendo en sus manos unas tijeras.

La observó dormir cómodamente como un ángel.

Estaba durmiendo de lado, su cabello largo caía sobre el borde de la cama; Bennett tomó un mechón, calculó dos dedos y cortó el cabello.

Fue un corte discreto para que ella no se diera cuenta, aún dormía tranquilamente, y así como entró salió de la habitación.

Observó el cabello mientras caminaba por los pasillos, guardó el mechón en una bolsa plástica, dirigiéndose a la sala de magia. 

Bennett Edevane, el emperador más importante de la dinastía Edevane, se dirigía a una sala para descubrir la verdad sobre su esposa.

Al entrar lo hizo con sigilo, entregó las muestras al mago y él empezó con todo el proceso.

—Hazlo rápido, no tenemos toda la noche 

—Sí, su majestad 

Empezó con el proceso entre las dos muestras, solo tardó unos minutos, pequeños minutos donde cada segundo era eterno.

No podía soportarlo, la espera lo mataba.

Al darse la vuelta el mago, la revelación de la prueba se dio a conocer.

—La emperatriz Alysa es pariente de Ossian —reveló el mago 

Se quedó paralizado al observar la muestra, bajo la cabeza con vergüenza apretando sus dientes.




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