Falsa emperatriz

Falsos sentimientos

Alysa afirmó con la cabeza y las damas empezaron a preparar todo para su baño, cuando todo estaba listo, Alysa tenía una bata puesta y su cabello largo y suelto cubría sus senos por encima de la tela.

Se quitó la bata y se metió en la tina, un baño de agua fría la relajaría para aclarar sus ideas

«Debo decirles que ya no deben llamarme "emperatriz" o "su majestad" se evitarían muchos problemas. ¿Y ahora qué? Fui yo quien dio la cara por la familia Real, pero a qué costo, fui juzgada y señalada, lo más probable es que mis padres adoptivos no se presenten para no dañar su imagen»

Su baño paso rápido y fue vestida con un vestido cómodo,  luego trajeron algo de comida.

—¿Majestad no tiene hambre? —preguntó Catalina

—No, no eso, y por favor no me llames más "su majestad" —Alysa tenía una breve sonrisa en sus labios que luego desapareció

—Su majestad ¿Qué ocurre? —dijo la otra

—¿Pasó algo en la reunión? —Catalina estaba angustiada

—Sí, pasó algo. Me divorcie y seré desterrada cuando concluya el juicio —respondió

Ellas quedaron paralizadas con la respuesta de la emperatriz, no podía creerlo en especial Catalina quien después de varios meses se dignó a aparecer. 

Alysa la observó por encima del hombro con algo de sospecha.

—Catalina, ¿a que se debe tu presencia aquí? Pasaron varios meses y no te volví a ver 

—Después del envenenamiento de Lady Eileen, el emperador volvió a dejarme a su cargo, no quería que nadie se le acercara y me mandó con usted, pero no esperaba que algo tan grave pasara —comentó con desdicha 

Catalina tenía el ceño doblado, con un tono quebradizo al igual que todas sus damas que se acercaron a ella tan rápido como escucharon sus palabras.

—Majestad, ¿si se divorcia quien ocupará el trono? —preguntó Elizabeth 

—Eileen, ella es la amante de Bennett, tiene sangre noble y… supongo que el imperio la amara más que a mí —respondió levantándose de la mesa yendo al balcón 

—¡No puede permitir eso! Usted es la emperatriz debe hacerse un juicio —Noelia protesta y detrás de ella fueron más damas 

—No puedo, la ley no lo aceptaría —respondió, se dirigió a Noelia y tomó sus manos. Ella tenía los ojos aguados —, se enteraran de cosas las cuales son falsas como yo, así que, entenderán rápido esta decisión.

De sus ojos cayó una lágrima, ella la abrazó con cariño mientras la mujer lloraba a su hombro, las demás se acercaron.

Catalina quedó delante de Alysa.

La besó en la mejilla y la abrazó con fuerza, Elizabeth observó con descaro a su sobrina, luego se acercó a ellas también correspondiendo al abrazo grupal de todas. 

Cuando se separaron ellas tenían lágrimas en los ojos, incluida Catalina.

—Majestad por favor… no nos deje, pelee —pidió Catalina con voz quebradiza 

—Gracias Catalina… por ser mi amiga —se acercó a ella besando su mejilla, sus labios quedaron en su oído y su aliento cálido rozó su oreja  —, pero tu traición la mantendré presente en mi memoria 

Un escalofrío recorrió la espalda de Catalina cuando Alysa dijo esas palabras, provocando que temblará, cuando se separó de la emperatriz, ella tenía una hermosa sonrisa en sus labios.

Se dirigió a sus damas haciendo de lado a Catalina, Elisabeth se acercó a ella y la sacó de la habitación de Alysa llevándola a sus aposentos.

La tenía agarrada del brazo, caminando a paso rápido, la lanzó contra la cama con fuerza, su cabello cubrió su rostro y lo retiró con una mano apoyándolo detrás de la oreja.

Elizabeth estaba enojada.

—¡¿Qué hacías en la habitación de la emperatriz?! —la voz de Elizabeth fue fuerte 

—Ayudándola no es obvio —justificó levantándose de la cama

Se acercó a su tía y tan pronto tuvo la oportunidad, Elizabeth la abofeteó.

El golpe sonó, su mano tembló y la mejilla de la chica roja quedó.

—¡No me vengas con eso! ¡Traicionaste a la emperatriz y tras del hecho pretendes ayudarla! —regaño Elizabeth 

—¡Ella es mi amiga, es natural que haga eso! 

Otra cachetada fue lanzada a su rostro y esta vez fue en la otra mejilla. 

—Has deshonrado el nombre de la familia, ¡muestra algo de respeto sinvergüenza! No quiero verte en la habitación de la emperatriz —la tomó de las mejillas acercandola a su rostro —si te apareces, romperé tu rostro delante de mi señora 

Elizabeth la soltó empujándola, el rostro de su sobrina quedó rojo por las cachetadas y detrás de ella podía escuchar sus lágrimas. 

Giró su rostro un poco y la encontró tirada en el suelo suplicando perdón arrodillada.

—Tía, por favor…. Perdóname  

Elizabeth no le prestó atención y solo la ignoró, saliendo de la habitación dejando a Catalina sola en su pesar.

Fue nuevamente a la habitación de Alysa donde la joven estaba acostada en la cama con los brazos cruzados y un pie encima del otro.




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